Nació en Cerdeña a principios del siglo IV, formó parte del clero de Roma y, el año 345, fue elegido primer obispo de Vercelli. Con su predicación, contribuyó al incremento de la religión cristiana e introdujo en su diócesis la vida monástica.
Sufrió muchos sinsabores por la defensa de la fe, siendo desterrado por el emperador Constancio.
Al regresar a su patria, trabajó asiduamente por la restauración de la fe, contra los arrianos. Murió en Vercelli el año 371