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Mensajes del Corazón de Jesús a Sor Josefa Menéndez

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10 DE FEBRERO DE 1923

Santa Magdalena Sofía continúa diciendo a Sor Josefa:

   “Que la paz de Jesús te guarde, hija mía.  Pronto vendrá, consuélale con gran confianza.  No olvides que si es tu Dios es también tu Padre; más aún, tu Esposo.  No temas y háblale de todo, porque está siempre pronto a escucharte.  ¡Es tan bueno!  ¡Es tan compasivo Su Corazón!”

1 y 4 DE FEBRERO DE 1923

Santa Magdalena Sofía se aparece a Sor Josefa y le comunica la entrada en el Cielo de cinco religiosas y luego añade:

   “No sabes con qué alegría veo llegar aquí (al Convento) a mis hijas.  Las bendigo desde allá arriba, con ternura de madre, y derramo sobre ellas abundantes gracias.  Mi deseo es que cada religiosa de mi Instituto sea para el Corazón de Jesús un lugar de descanso y de amor.

   “No te canses de sufrir.  Las almas que sufren por amor verán grandes cosas, no digo en el tiempo, pero sí en la eternidad.

21 DE ENERO DE 1923

Sor Josefa se reconoce miserable ante Jesús, mas luego la Santísima Virgen María, con tierna compasión, la tranquiliza con palabras de esperanza, no sólo para Sor Josefa sino para todas las almas:

    “…Esa misma miseria es la que atrae la misericordia de Jesús; en Su Corazón te ha escondido para que nada pueda dañarte.  Abísmate en tu pequeñez y en tu nada, pero cree en Su amor y confía que nunca te abandonará.  No tengas más ambición que la de darle muchas almas, mucha gloria y mucho amor”.

Sor Josefa le pide su bendición y María traza en su frente la señal de la cruz mientras le dice:

    “Sí, te bendigo de todo corazón”.

21 DE ENERO DE 1923

Sor Josefa expresa su temor ante la trascendencia de las palabras de la Santísima Virgen María.  Ella, con ternura maternal, le dice:

     “Hija mía, no temas.  La Obra de Jesús ha de fundarse en amor y sacrificio.  No te apures; Jesús que es Todopoderoso lo hará todo.  Es fuerte y os sostendrá; es misericordioso y os ama.

    “El conoce el fondo de los corazones y permite todo lo que sucede hasta el menor detalle.  Si te parece, a veces, que Sus planes divinos se frustran, no lo creas; con eso quiere que permanezcas siempre en humildad”.

21 DE ENERO DE 1923

La Santísima Virgen María revela a Sor Josefa un trascendental detalle acerca de los mensajes de Jesús:

     “Jesús quiere que, mientras vivas, estas palabras permanezcan ocultas, pero, después de tu muerte, en todo el mundo se conocerán y, gracias a ellas, muchas almas hallarán salvación, siguiendo el camino real de confianza y abandono en el Corazón misericordioso de Jesús”.

21 DE ENERO DE 1923

Sor Josefa, acerca de sus sufrimientos y de su resistencia a las tentaciones y tormentos del maligno, la Santísima Virgen María le dice:

     “Porque has vencido tu repugnancia por amor, ganaste para el Cielo un alma que estaba en gran peligro de perderse.  ¡Si supieras cuántas almas se pueden salvar con estos sacrificios tan pequeños!”

8 DE ENERO DE 1923

Jesús continúa diciendo a Josefa acerca del maligno:

     “No le temas y confía en Mi Corazón que os guarda como a las niñas de Mis ojos.   Sí, Josefa, tengo predilección por esta casa, aunque le haga sentir, a veces, la amargura de Mi cáliz”.

8 DE ENERO DE 1923

Sor Josefa escribe: “tenía esta mañana un gran deseo de recibir a Jesús, pues estos días, como sufro mucho, la Comunión es para mí un gran descanso.  Así que hoy, después de pasar en el infierno una noche espantosa, sentía aún mayores ansias de comulgar.  Cuando volvía a mi sitio, vi a Jesús que andaba delante de mí y volviéndose me dijo:

     “Josefa, ven, Mi Corazón te espera”.

Sor Josefa renueva sus votos y Jesús le repite:

     “Sí, Mi Corazón te espera”.

Sor Josefa renueva sus votos por segunda vez y Jesús le dice:

     “Yo he descansado en ti, ahora tú descansarás en Mí”.

Jesús le abre Su Corazón y la hace entrar en El.  Josefa describe esta morada como “momentos de Cielo”.  Luego Josefa le habla a Jesús del miedo que ella le tiene al maligno y de sus amenazas y le ruega a Jesús que no permitiera nunca que el maligno la engañe.  Jesús le responde:

     “¿Por qué temes?  ¿No sabes que soy más poderoso que él y que todos sus enemigos?  Toda la rabia del demonio no puede hacerte más daño que el que consienta Mi amor.  Soy Yo el que permito las pruebas y tentaciones de Mis almas.  Porque si el sufrimiento es necesario para todos, mucho más a las almas escogidas.  Las purifica, y así puedo servirme de ellas para arrebatar otras almas del infierno”.

1922

27 DE DICIEMBRE DE 1922

Esa misma noche llega Jesús, hermosísimo, encendida y muy abierta la llaga de Su Corazón.  Jesús le dice a Josefa:

     “Ven, entra en Mi Corazón y descansa en El.  Después Me darás el tuyo para que Yo descanse”.

Sor Josefa escribe: “yo creía que estaba en el Cielo…  Es imposible explicar lo que es entrar en Su Corazón”.

27 DE DICIEMBRE DE 1922

El Apóstol San Juan continúa su maravilloso mensaje a Sor Josefa:

     “Alma escogida, predilecta del Maestro: fija en Su Corazón tu morada.  Deja que Sus llamas te abrasen; deja que Su dulzura celestial te purifique y te embriague.  Que tu alma no se pose en la tierra sino para tomar el preciso sustento, como la mariposa sobre la flor.  Para quien ama a Cristo con toda el alma, el mundo debe ser un pasadizo oscuro y sombrío, que atraviesa deprisa y sin detenerse”.

San Juan guarda un momento de silencio.  Cruzadas las manos sobre el pecho, estaba hermosísimo.  Parecía un ángel.  Sor Josefa le pregunta si el Corazón de Jesús se complace en las almas religiosas, ya que ama tanto la virginidad.  San Juan, mirando al cielo y como si su rostro se iluminare, le responde:

     “Las almas vírgenes son moradas de amor donde descansa el Cordero Inmaculado.  Pero entre ellas, las hay que son la admiración de los cielos; en ellas fija Su mirada purísima el Celestial Esposo y deposita el suavísimo néctar que destila Su Corazón”.

Y extendiendo su brazo derecho como para bendecirla, añade:

     “Déjate poseer y consumir por El.  Vive tan sólo para procurarle gloria y amor.  Que Su paz te guarde”.

27 DE DICIEMBRE DE 1922

Durante la adoración, el Apóstol San Juan visita a Sor Josefa.  Su figura está llena de noble majestad…  Todo él emana un resplandor muy puro y habla despacio y grave, penetrando sus palabras hasta el fondo.  Su voz es a la vez firme y suave.  Josefa renueva sus votos y San Juan le dice:

     “Esposa del Divino Corazón, ya que a nuestro adorable Maestro le place deleitarse en las almas puras, vengo para reanimar en ti el fuego de amor divino que te ha de consumir.

     “El nos amó primero.  Sea nuestro amor agradecido, constante, tierno y generoso.  Y, sobre todo, puro, sin mezcla de propio interés.  Tengamos sin cesar ante los ojos la bondad de ese Corazón Divino, a fin de que éste sea el móvil principal de nuestro amor; buscar sólo la gloria del Amado”.

26 DE DICIEMBRE DE 1922

Antes de la Comunión, Sor Josefa pide a la Santísima Virgen María que le enseñe a amar y consolar a Jesús.  María se presenta ante ella con el Niño Jesús en brazos y le dice:

     “Mira, hija querida, te traigo a Jesús…  Colócale muy dentro, en el fondo de tu corazón, porque tiene mucho frío; tú, al menos, ámale mucho y Le darás calor, ¡te ama tanto y es tan bueno!  Que El solo sea el Rey de tu corazón”.

Jesús, para que Josefa comprenda la importancia de la solicitud que El le ha hecho (en el mensaje #287), le dice a Su Madre:

     “Madre, he pedido a Josefa que Me haga un vestido adornado con muchas almas.  ¡Son tantas las que huyen de Mí!  Ya sabéis Vos que reservo su conquista a las almas más amadas; y si ellas Me corresponden, darán a Mi Corazón un consuelo inmenso”.

Josefa le dice a Jesús que ese es su deseo, pero que a veces sin darse cuenta Le resiste porque el demonio la enreda.  María le dice entonces a Josefa:

     “No temas, Jesús no te pide más que buena voluntad.  Esfuérzate cuanto puedas para mostrarle tu amor.  Te quiere pequeña, muy pequeña…  Es verdad que a veces eres muy ingrata… ¿sabes por qué?  Porque te miras a ti misma más que a JesúsDemuéstrale tu amor haciendo lo que te manda, sin pensar si cuesta o no cuesta.  Si te manda hablar, habla.  Si callar, calla.  Si amar, ama.  Si cuida El de ti, lo demás ¿qué te importa?...  Adiós, hija; no te olvides de la túnica de mi Hijo.  Dale calor y dale almas”.

25 DE DICIEMBRE DE 1922

Jesús continúa diciendo a Sor Josefa el día de la Navidad:

     “Busco calor de amor y sólo las almas Me lo pueden dar.  ¡Josefa!  Procúrame ese calor, dándome almas.  Son muchas las que te esperan; no retrases Mi Obra.  Si tú Me das almas, Yo te daré Mi Corazón.  Dime, ¿cuál de los dos ofrece mejor regalo?...  Adiós; volveré pronto.  Entretanto, empieza Mi vestido; dame almas a fuerza de amor.  Mira que muchas se alejan…  No las dejes escapar…  ¡Pobres almas!...  ¡No Me las abandones, Josefa!”

25 DE DICIEMBRE DE 1922

El día de la Navidad Sor Josefa le dice a Jesús cuánto ella Lo ama.  Jesús de repente se presenta ante ella como un bebé pequeño y le dice:

     “Sí, Josefa, Soy tu Rey”.

Sor Josefa le dice a Jesús cuán dispuesta está a pelear sin descanso por El.  Jesús le dice:

     “Por eso precisamente Soy tu Rey; porque luchas  No temas a los enemigos… te sabré defender.  Quiero que tú también seas pequeña… con la humildad, la sencillez, la prontitud en obedecer”.

Jesús le pide entonces un regalo con motivo de la Navidad:

     “Quiero que Me hagas un vestido, adornado de muchas almas: estas almas tan amadas de Mi Corazón…  ¿Ves, Josefa, que pequeñito Soy?  Pues quiero que tú seas más pequeñita todavía.  ¿Sabes cómo?  Con tu sencillez, tu humildad, tu prontitud en obedecer”.

22 DE DICIEMBRE DE 1922

Sor Josefa le dice a Jesús que lleva cinco días llamándole y El no llegaba, ante lo cual el Señor le responde:

     “¡Cinco días llamándome, Josefa!  Y Yo, ¡cuántos días, cuántos meses, cuántos años paso llamando a las almas y no Me responden!  ¡Antes, al contrario, se alejan de Mí!  Cuando tú Me llamas, Yo no Me alejo; estoy cerca, muy cerca de ti.  Consuélame llamándome y deseándome.  Con esta hambre apagarás Mi sed”.

Estas palabras del Señor pueden dar ánimo a aquellas almas que Le llaman aparentemente en vano.  Aunque Jesús parezca tardar, las almas deben recordar durante su espera, acerca del valor de reparación que ellas pueden hacer por aquellas que no buscan al Señor.  La sed que un alma siente por Jesús apaga la sed del Señor por las almas que no Lo necesitan, no Lo buscan, no Le escuchan.

17 DE DICIEMBRE DE 1922

Poco antes de la Misa de nueve, entra Jesús en la celda de Sor Josefa y le dice:

     “Ayer me consolaste porque no Me dejaste solo.  ¡Tantas almas Me olvidan!  ¡Y tantas se preocupan sólo de bagatelas!  ¡Y a Mí Me dejan solo, días enteros…!  …Otras, aunque les hablo continuamente, no Me escuchan… porque su corazón está demasiado apegado a las cosas de la tierra”.

16 DE DICIEMBRE DE 1922

Jesús le pregunta a Sor Josefa:

     “Josefa, ¿comprendes el amor que tengo a las almas?”

Sor Josefa le responde: “creo que sí, Señor, pues siempre estáis pensando en ellas”.  Jesús agrega, refiriéndose a la Congregación a la que Josefa pertenece:

     “Por eso amo a Mi Sociedad (del Sagrado Corazón) y Mi Corazón descansa en ella…  Porque ha comprendido el precio de las almas y la importancia de glorificar Mi Corazón.  Adiós, Josefa; consuélame y repara”.

16 DE DICIEMBRE DE 1922

En este día Jesús revela a Josefa una fracción del secreto del verdadero amor:

     “Hoy Me vas a consolar.  Entrarás en Mi Corazón y te presentarás a Mi Padre revestida con todos Mis méritos.  Le pedirás perdón por tantas almas ingratas y le dirás que con tu pequeñez estás dispuesta a reparar las ofensas que recibe.  Que aunque eres una víctima muy miserable te cubre la Sangre de Mi Corazón.

     “Pasarás así el día, pidiendo perdón y reparando, uniendo tus sentimientos al celo y el ardor que Me devoran.

     “No quiero que las almas se aparten de Mí,  ¡Las amo tanto!

     “Y quiero que sepan que Yo deseo ser su recompensa y su felicidad.  Sobre todo, las almas escogidas…  ¿Comprenderán al fin la predilección que siento por ellas?”

15 DE DICIEMBRE DE 1922

Sor Josefa escribe:

     “Esperaba a Nuestro Señor Jesucristo; ha venido muy pronto, hacia las ocho y media…  Traía la Cruz pero no estaba triste.  Su Corazón y Sus ojos, hermosísimos, más que otras veces…  Me puse de rodillas, renové los Votos, Le adoré y Le pedí Su verdadero amor.  Luego le dije: `¡qué alegría, Señor!, ¡me traéis vuestra Cruz!´”.  Jesús le preguntó inmediatamente:

     “¿La quieres?”

Sor Josefa le dice que sí y Jesús le dice:

     “Tómala y consuélame.  Cuida de Mis intereses, que Yo cuidaré de ti”.

Jesús agrega, leyendo el fondo del corazón de Josefa:

     “Sí, es verdad, de nadie necesito; pero deja que te pida amor y que por ti Me manifieste a las almas.  Deja que Mi Corazón se expansione y descanse, derramando Su amor sobre este grupo de almas escogidas….

     Quiero que todas las almas sepan cómo Mi amor las busca, las desea y las espera, para colmarlas de felicidad

     Que las almas fieles no tengan miedo de Mí

     Que los pecadores no huyan de Mí

     Que vengan a refugiarse en Mi Corazón: Yo los recibiré con paternal amor.  Tú, Josefa, ámame.  No temas tu flaqueza.  Yo mismo te sostendré.  Tú Me amas y Yo te amo.  Tú eres Mía y Yo Soy tuyo.  ¿Qué más quieres?”

Sor Josefa escribe: “me ha dicho estas cosas con tanto fuego, que me ha dejado el alma como anegada a El.  No sé explicar lo que me pasa.  Le pido que me enseñe a amar porque es lo único que deseo en la tierra: vivir para amar a mi Jesús tan bueno”.

14 DE DICIEMBRE DE 1922

Jesús prosigue con grave acento:

     “Di a la Madre que todas las circunstancias van dispuestas o permitidas por Mi amorosa Providencia para la realización de Mi Obra; que por la Sociedad de Mi Corazón se salvarán muchas almas.  Que Mis palabras reanimarán el fervor de muchas almas consagradas.  Y que otras, que ahora no saben apreciar el valor de las cosas pequeñas, hechas con verdadero amor, hallarán en Mis enseñanzas un raudal de consuelos y de gracias”.

14 DE DICIEMBRE DE 1922

Jesús le dice a Josefa:

     “¿Ves cómo soy Padre y esposo fiel?  No tengas miedo ni siquiera cuando parece que la borrasca va a descargar sobre ti…  Déjate a Mi cuidado, y no dudes nunca de Mi amor.  No importa que los vientos te sacudan; he fijado la raíz de tu pequeñez en la tierra de Mi Corazón”.

10 DE DICIEMBRE DE 1922

Jesús continúa dictando Su mensaje a Sor Josefa:

     “Hay otras almas que son pocas generosas para realizar con constancia los esfuerzos y sacrificios cotidianos.  Pasan su vida haciendo promesas, sin llegar nunca a cumplirlas.  Aquí hay que distinguir: si esas almas se acostumbran a prometer, pero no se imponen la menor violencia ni hacen nada que pruebe su abnegación ni su amor, les diré esta palabra: ¡cuidado, no prenda el fuego en toda esa paja que habéis amontonado en los graneros, o que el viento no se la lleve en un instante!...”.

Con estas palabras Jesús distingue claramente entre las faltas veniales habitualmente cometidas o no combatidas, y las que son sólo faltas de fragilidad pero no reparadas; de estas últimas el Señor explica:

     “Hay otras, y a ellas Me refiero, que al empezar el día, llenas de buena voluntad y con gran deseo de mostrarme su amor, Me prometen abnegación y generosidad en esta o aquella circunstancia; y cuando llega la ocasión, su carácter, su salud, el amor propio, les impide realizar lo que con tanta sinceridad prometieron horas antes; sin embargo, reconocen su falta, se humillan, piden perdón, vuelven a prometer.  ¡Ah! Que estas almas sepan que Me han agradado tanto como si nunca Me hubiesen ofendido”.

10 DE DICIEMBRE DE 1922

Jesús le dice a Sor Josefa que escriba para Sus almas:

     “Mi amor transforma las menores acciones de las almas dándoles un valor infinito.  Pero va todavía más lejos: Mi Corazón ama tan tiernamente a esas almas escogidas, que se sirve aún de sus miserias y debilidades y muchas veces hasta de sus mismas faltas, para la salvación de otras almas.  Efectivamente; el alma que se ve llena de miserias, no se atribuye a sí misma nada bueno y sus flaquezas la obligan a revestirse de cierta humildad, que no tendría si se encontrase menos imperfecta”.

Jesús agrega:

     “Así, cuando en su trabajo o en su cargo apostólico se siente incapaz y hasta experimenta repugnancia para dirigir a las almas hacia una perfección que ella no tiene, se ve forzada como a anonadarse; y si conociéndose a sí misma recurre a Mí, Me pide perdón de su poco esfuerzo e implora de Mi Corazón valor y fortaleza… ¡ah! entonces… ¡no sabe esta alma con cuánto amor se fijan en ella Mis ojos, y cuán fecundos hago sus trabajos!”

10 DE DICIEMBRE DE 1922

Jesús le dice a Sor Josefa:

     “Josefa, ¿por qué estás triste?...  Dímelo”.

Las palabras de Jesús le permiten a Sor Josefa expresarle su preocupación que las personas que la rodean se percaten de sus vías extraordinarias.  Renueva sus votos al Señor y Jesús le responde:

     “Ya te he dicho que vivirás escondida en Mi Corazón.  ¿Por qué dudas de Mi amor?...  Deja que Mis palabras ayuden a muchas almas que lo necesitan…  Escóndete en Mi Corazón; Yo cuidaré de ti con toda la delicadeza de Mi amor”.

El 12 de diciembre Jesús le confirma Sus palabras:

     “Sí, Josefa; te he dicho que no estés triste, porque Mi amor cuida de ti y se encarga de esconderte en Mi Corazón; no quiero que dudes de Mi amor y no olvides lo que te he repetido tantas veces: que tú no eres más que una criatura pequeña… que debe dejarse en manos de su Creador y abandonarse con entera sumisión a Su Divina Voluntad”.

8 DE DICIEMBRE DE 1922

El día de la Concepción Inmaculada, María se presenta hermosísima a Sor Josefa, y le dice:

     “Hija mía, si quieres dar mucha gloria a Jesús y que se salven muchas almas, déjale que haga de ti lo que quiera y abandónate a Su amor”.

5 DE DICIEMBRE DE 1922

Jesús continúa dictando a Josefa Sus reveladoras Palabras:

No todas las almas pueden predicar ni ir a evangelizar a países lejanos.  Pero todas, sí, todas pueden ayudarse mutuamente y aumentar el número de los escogidos, evitando que muchísimas almas se pierdan eternamente; y todo esto, por efecto de Mi amor y de Mi misericordia.  Pero Mi amor va aún más lejos.  Se sirve, no solamente de la vida ordinaria y de sus menores acciones, sino también de sus miserias… y de sus debilidades… y muchas veces de sus caídas… para bien de otras muchas almas…”

Jesús agrega:

“El amor todo lo transforma y lo diviniza, y la misericordia todo lo perdona”. 

5 DE DICIEMBRE DE 1922

Jesús dice a Sor Josefa:

Escribe… escribe para Mis almas: Mi Corazón no es solamente un abismo de amor, es también un abismo de misericordia, y conociendo todas las miserias del corazón humano, de las que no están exentas Mis almas escogidas, he querido que sus acciones, por pequeñas que sean en sí, puedan por Mí alcanzar un valor infinito, en provecho de los pecadores y de las almas que necesitan ayuda”.

5 DE DICIEMBRE DE 1922

Jesús dice a Sor Josefa:

Sí, soy Yo, ese Jesús que ama a las almas con tanta ternura… este Corazón que sin cesar las llama, cuida de ellas y las guarda… este Corazón que se abrasa en continuo deseo de ser amado de las almas todas, y en particular de Sus almas escogidas”.

2 DE DICIEMBRE DE 1922

Después de dictar Jesús a Sor Josefa Su hermosísimo mensaje, el Señor le dice:

     “Vuelve a tu trabajo y nada temas; Yo soy el Jardinero que cultivará esta florecilla, para que no perezca.  Amame en paz y alegría”.

     Por la noche Jesús se le vuelve a mostrar para tranquilizarla, porque el demonio, engañándola, intenta sembrar en ella la desconfianza y la inquietud.  Jesús le dice:

     “Recuerda lo que dije a Mis discípulos: `porque no sois del mundo, el mundo os aborrece´.  Y ahora os digo a vosotras: porque no sois del diablo, el diablo os persigue; pero Mi Corazón os guarda y estos sufrimientos Me glorifican…”

     Y, dejándole Su Cruz, agrega refiriéndose a un alma consagrada que flaquea en el amor:

     “Ama y sufre; es por un alma”.

2 DE DICIEMBRE DE 1922

Sor Josefa escribe, una a una, las palabras del Señor:

“Yo iré diciendo a las almas cómo las ama Mi Corazón: quiero que Me conozcan bien y así Me hagan conocer a aquellas que Mi amor les confíe.  Deseo con gran ardor que todas las almas escogidas fijen en Mí los ojos para no apartarlos ya más, que no haya entre ellas medianías, cuyo origen la mayor parte de las veces es una falsa comprensión de Mi amor.  No, amar a Mi Corazón no es difícil ni duro; es fácil y suave.  Para llegar a un alto grado de amor no hay que hacer cosas extraordinarias; pureza de intención en la acción más pequeña como en la más grande; unión íntima con mi Corazón; ¡y el amor hará lo demás…!”

2 DE DICIEMBRE DE 1922

Jesús continúa dictando a Sor Josefa:

“Si el alma está en paz y en consuelo, le es fácil pensar en Mí, pero si está en desolación y angustia, que no tema.  ¡Me basta su mirada!...  La entiendo, y con sólo esta mirada alcanzará que Mi Corazón la colme de las más tiernas delicadezas”.

2 DE DICIEMBRE DE 1922

Sor Josefa continúa escribiendo las hermosas y reveladoras palabras de Jesús:

No deseo tan sólo que las almas se unan a Mí de una manera general; quiero que esta unión sea constante, íntima, como es la unión de los que se aman y viven juntos; que aun cuando no siempre están hablando, se miran y se guardan mutuas delicadezas y atenciones de amor”.

2 DE DICIEMBRE DE 1922

Jesús continúa dictando a Sor Josefa Su importante mensaje para las almas.  Refiriéndose el Señor cómo ellas pueden divinizar sus obras, explica:

“Cuando un alma arde en deseos de amor, nada hay difícil para ella; mas cuando se encuentra fría y desalentada, todo se le hace arduo y penoso…  Que venga entonces a cobrar fuerzas en Mi Corazónque Me ofrezca su abatimiento, que lo una al ardor que Me consume y que tenga la seguridad de que un día así empleado, será de incomparable precio para las almas.  ¡Mi Corazón conoce todas las miserias humanas y tiene gran compasión de ellas!”

2 DE DICIEMBRE DE 1922

Apareciendo, Jesús dice a Sor Josefa:

“Escribe para las almas…  Mi Corazón es todo amor y el amor es para todos.  Pero ¿cómo haré Yo comprender a Mis almas escogidas la predilección que siente Mi Corazón por ellas?  Por eso Me sirvo de ellas para salvar a los pecadores y a otras pobres almas, que viven en los peligros del mundo”.

El Señor agrega:

“Por eso también quiero que entiendan el deseo que Me consume de su perfección, y cómo esta perfección consiste en hacer en íntima unión Conmigo las acciones comunes y ordinarias.  Si Mis almas lo comprendieran bien, pueden divinizar sus obras y su vida y ¡cuánto vale un día de vida divina!”

30 DE NOVIEMBRE DE 1922

Jesús, finalizando Su mensaje, calla.  Josefa deja la pluma y queda un instante inmóvil, adorando al Corazón de Cristo, que con tanta condescendencia se le abre.  Y Jesús le dice:

“Adiós, vuelve a tu trabajo.  Ama y sufre.  Déjate cuidar por el mejor de los padres.  Abandónate al amor del más tierno de los esposos”.

Un Dios, Salvador de los hombres por la Cruz, ha de acabar siempre con una lección de sacrificio: éste es el don de los dones, Su más escogido favor

30 DE NOVIEMBRE DE 1922

Sor Josefa sigue adelante en su labor de anotar las maravillosas Palabras de Jesús:

“Mi amor llega a tal punto, que de la nada pueden Mis almas sacar grandes tesoros.  Si desde por la mañana se unen a Mí y ofrecen el día con ardiente deseo de que Mi Corazón se sirva de sus acciones para provecho de sus almas, y van, hora por hora y momento por momento cumpliendo por amor con su deber, ¡qué tesoros adquieren en un día!...  Yo le iré descubriendo más y más Mi amor…  ¡Es inagotable!...  Y ¡es tan fácil al alma que ama dejarse guiar por el amor…!”

30 DE NOVIEMBRE DE 1922

Jesús continúa dictando a Sor Josefa:

“Hay muchas almas que a los ojos del mundo tienen un cargo elevado, y en él, dan grande gloria a Mi Corazón, es cierto; pero tengo otras muchas que, escondidas y en humildes trabajos, son obreras muy útiles a Mi viña porque es el amor que las mueve y saben envolver en oro sobrenatural las acciones más pequeñas, empapándolas en Mi Sangre”.

30 DE NOVIEMBRE DE 1922

Sor Josefa continúa escribiendo cada una de las Palabras que Jesús le dicta con tanto amor:

“¡Cuánto deseo que las almas comprendan esto: que no es la acción la que tiene en sí valor, sino la intención y el grado de unión con que se hace!  Barriendo y trabajando en el taller de Nazaret, di tanta gloria a Mi Eterno Padre como cuando prediqué durante Mi vida pública”.

30 DE NOVIEMBRE DE 1922

Jesús continúa dictando a Sor Josefa Su maravilloso mensaje.  Sor Josefa anota, una a una, cada Palabra del Señor.  Para dar la debida continuidad al mensaje, retomaremos las Palabras desde el principio del 30 de noviembre de 1922:

“El alma que sabe hacer de su vida una continua unión con la Mía, Me glorifica mucho y trabaja útilmente en bien de las almas.  Está, por ejemplo, ejecutando una acción que en sí misma no vale mucho, pero si la empapa en Mi Sangre o la une a aquella acción hecha por Mí durante Mi Vida mortal, el fruto que logra para las almas es tan grande o mayor quizá que si hubiera predicado al universo entero.

<<Y esto, sea que estudie o que hable, que escriba, ore, barra, cosa o descanse; con tal que la acción reúna dos condiciones: primero, que esté ordenada por la obediencia y el deber, no por el capricho; segundo, que se haga en íntima unión Conmigo, cubriéndola con Mi Sangre y con pureza de intención>>.

30 DE NOVIEMBRE DE 1922

La trascendencia del mensaje que en esta ocasión Jesús dicta a Sor Josefa es un obsequio especial para las almas, un tesoro incalculable para aquellas que decidan vivir de acuerdo a lo que el Señor propone.

          “Escribe para Mis almas”, dice Jesús a Sor Josefa.  “El alma que sabe hacer de su vida una continua unión con la Mía, Me glorifica mucho y trabaja útilmente en bien de las almas.  Está, por ejemplo, ejecutando una acción que en sí misma no vale mucho, pero si la empapa en Mi Sangre o la une a aquella acción hecha por Mí durante Mi Vida mortal, el fruto que logra para las almas es tan grande o mayor quizá que si hubiera predicado al universo entero”.

28 DE NOVIEMBRE DE 1922

Jesús continúa hablando a Josefa.  Ella va anotando Sus Palabras, una a una:

          “Veía, en fin, el amor, que más tarde con esta misma Sangre y unidas a estos mismos tormentos, muchas almas escogidas podrían avalorar sus sacrificios, sus acciones hasta las más triviales, y ganarme con ellas gran número de almas.

          <<Te iré enseñando todo esto con claridad, Josefa, para que veas hasta dónde llega el amor de Mi Corazón a las almas.  Ahora, vuelve a tu trabajo,  Vive en Mí, como Yo vivo en ti.

Sor Josefa sale entonces de su celda y entrega a las Madres las páginas que acaba de escribir.  No las guarda nunca ella misma, y su desprendimiento es tanto mayor, cuanto mejor comprende la importancia que tienen.

28 DE NOVIEMBRE DE 1922

Sor Josefa continúa escribiendo, palabra a palabra, el hermoso mensaje que Jesús le dicta:

          “El amor Me hizo escoger la soledad, el silencio…  Pasar desconocido y someterme voluntariamente a las órdenes de Mi Padre adoptivo y de Mi Madre.

          <<El amor Me llevó a abrazarme con todas las miserias de la naturaleza humana.

<<El amor Me hizo sufrir los desprecios más grandes y los más crueles tormentos, derramar toda Mi Sangre y llegar a morir en una cruz para salvar al hombre.

<<Porque el amor sabía que, más tarde, habría muchas almas que Me seguirían, y pondrían sus delicias en conformar su vida con la Mía.

<<Y el amor miraba más lejos aún: sabía que muchísimas almas en peligro se verían ayudadas con los actos y sacrificios de otras, y recobrarían la vida…

28 DE NOVIEMBRE DE 1922

Jesús continúa dando Su hermoso mensaje:

          “Yo soy todo amor; Mi Corazón es un abismo de amor.

<<El amor Me hizo crear al hombre y todo lo que en el mundo existe, para su servicio.

<<El amor hizo que el Padre diera a Su Hijo para salvar al hombre, perdido por la culpa.

<<El amor hizo que una Virgen pura, renunciando a los encantos de la vida oculta en el templo, consintiera en ser Madre de Dios y aceptara los sufrimientos de la maternidad divina.

<<El amor Me hizo nacer en el rigor del invierno, pobre y falto de todo.

<<El amor Me hizo vivir treinta años en la más absoluta oscuridad, ocupado en humildes trabajos…

28 DE NOVIEMBRE DE 1922

Jesús dice a Sor Josefa:

          “No tengas miedo.  Yo te conozco, pero te amo tanto, que todas estas miserias no podrán apartar de ti Mis ojos ni Mi amor”.

26 DE NOVIEMBRE DE 1922

Jesús dice a Sor Josefa:

          “¡Qué satisfacción siente Mi Corazón viendo que Mis almas Me dan libertad y que con sus obras Me dicen: `¡Señor, Vos sois el dueño!´…  ¿Crees que esto no Me glorifica?”

“Toma Mi Cruz; mas no creas tampoco que sólo tú la llevas.  En ti descanso y Me glorifico, pero también en otras almas…  En estas almas que con tanto amor y tanta sumisión acatan y adoran Mi voluntad, sin otro interés que Mi gloria…  Toma Mi Cruz, Josefa…  Pide misericordia para los pecadores, luz para las almas ciegas, amor para los corazones indiferentes…  Consuélame…  Amame…  Abandónate…  Un acto de abandono Me glorifica más que todos los sacrificios”.

26 DE NOVIEMBRE DE 1922

Jesús dice a Sor Josefa:

“No puedes calcular el valor del sufrimiento y cómo éste repara el pecado”.

Por la tarde, mientras Sor Josefa adora a Jesús ante el Sagrario, aparece de pronto con la Cruz y dice:

          “Josefa, esposa Mía; vengo a descansar en ti.  No puedes comprender lo que es el mundo para Mi Corazón.  Los pecadores Me hieren sin compasión.  Y no sólo los pecadores, sino las almas escogidas lanzan constantemente flechas, que Me causan gran dolor”.

26 DE NOVIEMBRE DE 1922

Jesús vuelve al amanecer.  Su rostro lleva impresa la huella de esa hermosura triste, que Josefa no acierta a describir.  Jesús dice:

          “¡Pobres almas!...  ¡Cuántas se han perdido para siempre!...”

25 DE NOVIEMBRE DE 1922

Al cerrar la noche, Jesús le lleva Su cruz a Sor Josefa.  Jesús le dice:

          “¡Cuántos pecados!...  ¡Y cuántas almas han de caer esta noche al infierno!

          Este pensamiento parece oprimir Su Divino Corazón.  Jesús agrega:

          “Al menos, tú consuélame y repara tanta ingratitud.  ¡Cuánto sufre Mi Corazón, viendo que todo lo que he hecho es inútil para estas almas!...  Participa de Mi sufrimiento…  Toma Mi Cruz y permanece unida a Mí.  Ya sabes que no estás sola”.

25 DE NOVIEMBRE DE 1922

Por la mañana, acude el Señor a la celda de Sor Josefa.  Después de mirarla un momento en silencio, y recibir el homenaje de adoración que ella le rinde, postrada y anonadada a Sus pies, Jesús le dice:

          “Quiero que al renovar los votos te ofrezcas con entera sumisión para que Yo disponga de ti libremente, y no encuentre obstáculo a Mis designios.  Ahora escribe…”

A partir de este momento Jesús empieza a revelar con más detalle muchos de los secretos que El guarda en Su Corazón, para iluminar a cuantos lean Sus Palabras:

          “Primero hablaré a LAS ALMAS CONSAGRADAS.  Quiero que Me conozcan, para que enseñen después a las almas que Yo les confíe, cuánta es la bondad y ternura de Mi Corazón, y cómo siendo un Dios infinitamente justo, Yo soy también un Padre lleno de misericordia.  Que las almas escogidas, Mis esposas, Mis religiosos y sacerdotes, enseñen a las pobres almas el amor que por ellas siente Mi Corazón.

          <<Esto te iré enseñando poco a poco, y así Me glorificaré en tu miseria, en tu pequeñez y en tu nada.  No te amo por lo que eres, sino por lo que no eres; porque así tengo dónde colocar Mi grandeza y Mi bondad.

          <<Adiós, Josefa, ¿vendrás también mañana…?  Yo seguiré hablando y tú transmitirás Mis palabras, con gran celo a las almas.  Déjame obrar.  Yo Me glorifico y las almas se salvan…  Quiero que Me sirvas con alegría y que tengas delante de tus ojos que eres un instrumento inútil.  Sólo el amor que siento por ti Me hace olvidar tus resistencias.  Amame con ardor para corresponder a Mi bondad”.

22 DE NOVIEMBRE DE 1922

Por la tarde, durante el Vía Crucis, al llegar a la undécima estación, Jesús se presenta a Sor Josefa y le dice:

          “Josefa, esposa de Mi Corazón, esta es la Cruz que Me hizo llevar el amor que te tengo.  Dime, una vez más, que por Mi amor quieres tú abrazar también la Cruz de Mi Voluntad…  En Mi Corazón hallan la verdadera paz las almas que, por Mi amor, saben negarse a sí mismas”.

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