"Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica. Está presente en el sacrificio de la Misa,
sea en la persona del ministro,
sea sobre todo bajo las especies eucarÃsticas. Está presente con su fuerza en los Sacramentos. Está presente en su palabra, es El quien habla.
Está presente, por último, cuando la Iglesia súplica y canta salmos.
Realmente, en esta obra tan grande por la que Dios es perfectamente glorificado y los hombres santificados,
Cristo asocia siempre consigo a su amadÃsima Esposa la Iglesia,
que invoca a su Señor y por El tributa culto al Padre Eterno."
(Constitución Dogmatica Sacrosanctum Concilium n. 7)