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Estudios científicos
Estudios contrarios a la autenticidad: La prueba de Carbono 14

El carbono 14 es inestable y se descompone con el tiempo. Al medir la cantidad restante en una fibra, los científicos buscan descubrir su edad.

Tras las pruebas de Carbono 14, realizadas con el Santo Sudario en el año 1988 por laboratorios de Oxford, Tucson, y Zurig, los investigadores anunciaron que la reliquia es un lienzo medieval cuya fecha se encuadra entre 1260 y 1390. Los resultados fueron hechos públicos por el ex arzobispo de Turín, el cardenal Ballestero el 13 de octubre, de 1988. 

«No toca a la Iglesia --subraya el cardenal de Turín Giovanni Saldarini,-- rebatir el resultado de los exámenes efectuados con el método del Carbono 14. Las cuestiones que suscita el lienzo sobre el plano de la investigación, siguen siendo competencia de la ciencia». -TURIN, 9 abril 98 (ZENIT).

Sin embargo, nuevos estudios científicos han puesto en duda la validez de estas pruebas de carbono 14.  El químico Alan Adler, profesor emeritus de Western Conneticut State University dice que la tela que se tomó para las pruebas viene de una porción del Santo Sudario que tiene marcas de agua y quemaduras.  Contiene además reparaciones que la hacen diferente al resto del Sudario.  El científico ruso Dimitri Kouznetsov y el físico John Jackson sugieren que el perfil de carbono de la tela fue afectado por el fuego de 1532.

El doctor Leoncio Garcia-Valdes descubrió que una pieza de arte de los indios Mayas, que se pensaba era un plagio, y mas tarde se comprobó que había un error con el carbono 14 porque la pieza estaba cubierta de una capa de bacteria. Podría el Sudario estar cubierto también por bacteria.

Los científicos que hicieron la prueba desmienten estas objeciones. La Iglesia va permitir mas estudios en el futuro. Además las pruebas de Carbono 14 no han podido explicar por qué los numerosos estudios científicos anteriores dieron resultados favorables a la autenticidad.

Nueva Prueba Química Demuestra error en Prueba del Carbono 14 de 1988.
Dallas, Texas. 19 Enero, 2005
. Fuente AMSTAR.

La organización científica dedicada a investigar el sudario de Turín, "American Shroud of Turin Association for Research" (AMSTAR), anunció que la prueba de Carbón 14 del año 1988 no fue hecha en la tela original del sudario sino en en un parche del mismo, indicando por tanto una fecha erronea de la edad del sudario. "Ahora evidencia conclusiva, recogida en los últimos dos años, prueba que la muestra utilizada para calcular la edad del Sudario fue en realidad tomada de un parche re-cosido expertamente." dice el Presidente de AMSTAR, Tom D'Muhala. "Prueba química demuestra que el lino del Sudario es en realidad muy viejo -- mucho mas viejo que la fecha del radio carbono publicada en 1988"

"Aunque parece poco posible, la muestra utilizada para la prueba de la edad del Sudario de Turín en 1988 fue tomada de un area re-cosida del Sudario" reporta el químico Raymond Rogers, del Laboratorio Nacional de Los Alamos en New Mexico, USA. Los descubrimientos de Rogers estan publicados en el número corriente de Thermochimica Acta, revista científica de química.

"Los resultados de "Pyrolysis-mass-spectrometry" de la muestra, unidos a observaciones microscópicas y microquímicas, demuestran que la muestra de radiocarbono no fue parte de la tela original del Sudario de Turin que esta en la actualidad en la Catedral de Turín, en Italia" dice Rogers.

"La muestra de radiocarbono tiene propiedades químicas completamente diferentes que la principal parte del sudario-reliquia" explica Rogers. "La muestra analizada fue teñida utilizando tecnología que comenzó a aparecer en Italia alrededor del tiempo en que calló a los Turcos mamelucos el último bastión de los Cruzados en AD 1291. La muestra de radiocarbono no puede ser anterior a, aproximadamente AD 1290, lo que concuerda con la edad determinada en 1988. Sin embargo, el Sudario mismo en realidad mucho mas antiguo"

La nueva investigación de Rogers claramente desaprueba las conclusiones anunciadas en 1988 por el portavoz del  Museo Británico, Mike Tite, cuando el declaró que el Sudario era de origen medieval y probablemente un engaño.  El Museo Británico coordinó las pruebas de Radiocarbono de 1988 y actuó como vocero oficial de todos los descubrimientos.

Casi inmediatamente, analistas del Sudario cuestionaron la validez de las muestras utilizadas para la prueba de carbono. Investigadores, utilizando fotografías de alta resolución del Sudario, encontraron señales de un re-tejido "invisible" en el area utilizada para la prueba.

Contacte: Michael Minor (972) 932-5141  USA.


Estudios científicos favorables a la autenticidad.

No es un secreto que los enemigos de la fe se enfurecen contra las pruebas favorables a la autenticidad y han creado numerosas publicaciones tratando de desacreditar con toda clase de mentiras la impecable evidencia que no pueden rebatir con la razón.   Por ejemplo algunos siguen diciendo que la sangre no es mas que pintura medieval, que el rostro de Cristo está inspirado en las pinturas góticas, etc.

Observemos la evidencia.

b tria red-sm.gif (298 bytes)La Sorpresa de la Fotografía.
El 28 de mayo de 1898, Secondo Pía, al hacer las primeras fotografías de la Sábana Santa tuvo una gran sorpresa en el cuarto oscuro:  La imagen en negativo apareció majestuosamente como una imagen en positivo con extraordinaria claridad y detalle.   Así se dio cuenta de que la imagen representada en la tela constituye un auténtico negativo.  Es evidente que un plagio medieval no podía prever la fotografía. Simplemente no se conoce en la historia de la iconografía anterior al siglo XX, de ningún otro caso una imagen que sea un negativo.

Científicamente se ha podido comprobar:

b tria red-sm.gif (298 bytes)Expertos de la NASA en 1977, utilizando un ordenador descubrieron que la imagen tiene propiedades tridimensionales, que no pertenecen ni a las pinturas ni a las fotografías.

En 1978 la Iglesia permitió a un equipo internacional de mas de dos docenas de eminentes científicos investigar el Lienzo.   Los análisis fueron extensos, envolviendo diversos métodos desde rayos x, microscopía hasta análisis químicos.  He aquí algunos de los resultados mas sorprendentes: 

b tria red-sm.gif (298 bytes)Los estudios del tejido sitúa su procedencia en el área sirio-palestina en el siglo I.

b tria red-sm.gif (298 bytes)En 1978, el biólogo y criminólogo suizo Max Frei Sulzer del Centro Internacional de Sindonología, tomó muestras del polvo del Sábana. y pudo comprobar la existencia de polen de flores de Palestina.    También se ha encontrado áloe y mirra como la que utilizaban en el medio oriente los judíos para preparar los cadáveres. El falsificador medieval hubiera tenido que adelantarse a la invención del microscopio para añadir elementos invisibles al ojo humano: polen, tierra, suero, aromas para la sepultura... 

b tria red-sm.gif (298 bytes)Sobre los ojos hay huellas de monedas acuñadas en el año 29 D.C. bajo Poncio Pilato. Esto corresponde a la costumbre de la época de Jesús de poner las monedas para mantener los párpados cerrados. Fueron descubiertas en 1954 y en 1978 reconocidas en mayor detalle.

b tria red-sm.gif (298 bytes)Los análisis de las huellas de sangre, hechos en el 1978 por Pierluigi Baima Bollone y otros, han indicado la presencia de sangre humana, del tipo AB. Estudios del grupo STURP uso  espectroscopia , florescencia de rayos x y rayos ultravioletas, termografía y radiografía y otros mecanismos sofisticados para comprobar la presencia de la sangre.

b tria red-sm.gif (298 bytes)"La sangre es sangre de un hombre que padeció una muerte traumática" asegura el químico Alan Adler quien además asegura que tanto los análisis químicos como la florescencia amarillo-verdosa visible bajo luz fluorescente, indican la presencia de flujos de sangre. Esta sustancia era desconocida hasta el siglo XX, por lo que no puede ser la obra de un artista medieval. Adler piensa que la imagen fue producida por algún proceso de radiación. 

b tria red-sm.gif (298 bytes)La Imagen: No existen indicios del uso de brochas en la imagen. No se utilizó ninguno de los métodos artísticos conocidos para hacer la imagen. La imagen tiene solo una fibra de profundidad.

b tria red-sm.gif (298 bytes)El mismo grupo de científicos de STURP, comprobaron la absoluta ausencia de pigmentos, tintas u otros medios de pintura en la Sábana Santa. No hay imagen del cuerpo bajo las manchas de sangre. Por lo tanto, la imagen se formó después de las manchas de sangre.  La imagen del cuerpo del Hombre de la Sábana no está hecha manualmente: no es una pintura, ni una quemadura (las quemaduras existentes no son parte de la imagen sino que fueron causadas por un incendio en 1532). El origen de la misma es un enigma científico que todavía no se ha resuelto. No se conocen los mecanismos físico-químicos que han producido esta oxidación y deshidratación de las fibras más superficiales del tejido. Sobre la Sábana no hay huellas de pigmentos colorantes. La  imagen es el resultado de deshidratación y oxidación de la celulosa contenida en las fibras en la superficie de la tela.  Pero como se formó es aun un misterio.  

b tria red-sm.gif (298 bytes)Desde el campo de la medicina: La imagen que aparece en negativo permite un minucioso estudios anatómico y de las diferentes heridas que aparecen en le cuerpo.  El primer cirujano que comprobó la absoluta exactitud anatómica de esas heridas fue el profesor de Anatomía Comparada de la Sorbona, Yves Delage, de la Academia de Ciencias de París. Este profesor era agnóstico, sin embargo no le quedó la menor duda de que solo un hombre que hubiera padecido los tormentos físicos de Jesús podría haber dejado tales huellas.

Una multitud de médicos han podido confirmar los hallazgos del Doctor Delage. Pierre Barbet (cirujano del Hospital de S. José de París), Giovanni Judica Cordiglia (profesor de Medicina Legal de la universidad de Milán), Dr. Roberto Bucklin (medico forense, patólogo del Hospital de los Angeles, California),  el Dr. Rudolf W: Hynek (de la Academia de medicina de Praga)... todos coinciden en afirmar que la representación de las  heridas es anatómicamente perfecta y con detalles desconocidos en la Edad Media. Por ejemplo, el halo de suero alrededor de las manchas de sangre -no visible a simple vista; salpicaduras y sinuosidades de los regueros sanguíneos, el hinchazón del abdomen -típico de la asfixia- etc... 

b tria red-sm.gif (298 bytes)La Sábana Santa revela datos desconocidos en tiempos medievales. En el siglo XIV, la iconografía tenía un ínfimo desarrollo del realismo anatómico. Además todas las imágenes de la época demuestran que se desconocían los elementos históricos y arqueológicos sobre la flagelación y la crucifixión según se hacía en el siglo I.  Sin embargo se ha podido demostrar que el Sábana Santa no sigue la iconografía medieval sino que muestra estos elementos con suma precisión tal como corresponden al tiempo de Cristo.

Por ejemplo, que Cristo no cargó con toda la cruz, sino sólo con el madero horizontal («patibulum») y que no lo clavaron por las palmas y sino por las muñecas. Estudios  han demostrado que un cuerpo colgado por las palmas se desgarraría mientras que uno clavado por las muñecas se sostiene. Mientras que en tiempos medievales representaban la corona de espinas en forma de aro horizontal sobre la frente, la Sábana Santa revela que las espinas fueron impuestas en forma de casco. 

b tria red-sm.gif (298 bytes)Para lograr una semblanza perfecta, como la impresa en el lienzo, en caso de que la Sábana Santa fuera medieval, se requeriría que se martirizara a una víctima, la sometiera en vida a setecientas heridas y que una vez muerta, le traspasaran el corazón con una lanza.

 b tria red-sm.gif (298 bytes)Pero además se requeriría que la víctima tuviera un rostro perfectamente afín con las decenas de iconos de Cristo difundidos en el arte bizantino desde el siglo VI.  La afinidad del rostro de la Sábana Santa y los antiguos iconos ha sido documentada por Giovanni Tamburelli en el año 1989, quien encontró muchos puntos de congruencia de tal manera que habría que pensar que la faz del lienzo fue el prototipo para la iconografía cristiana primitiva (en cuanto a las características del rostro. Ya hemos visto que no pudieron copiar los detalles anatómicos).

b tria red-sm.gif (298 bytes)El tejido del lienzo, envolvió un auténtico cadáver durante un período de 30 a 36 horas, como lo demuestran las setecientas heridas pequeñas y grandes calcadas sobre el lino por contacto. Exámenes minuciosos conducidos por médicos han asegurado además que se trata de una perfecta imagen de un cuerpo humano, torturado por la corona de espinas, azotes, la cruz, traspasado por la lanza... Los efectos naturales de esos tormentos sobre un cuerpo humano están claramente manifiestos de tal forma que sería imposible de imitar y menos sin las técnicas modernas.

Está científicamente reconocido por todos los expertos de todas las tendencias que, independientemente de que la Sábana haya sido o no utilizada para envolver el cuerpo de Cristo en el siglo I, se trata de un caso arqueológico único en el mundo. Hoy día el lienzo es estudiado por treinta disciplinas diferentes.


La teoría que explica mejor el origen de la imagen es la de una radiación no penetrante que se atenúa al pasar el aire y que disminuye con la distancia. En la tela, tratada con áloe y mirra, se imprimieron los rasgos del cuerpo como si se tratara de una plancha fotográfica. Esto explica su carácter tri-dimensional.

La radiación sobrenatural del momento de la resurrección puede ser la causa misteriosa de la impresión de la imagen del cuerpo en el lienzo. En ese caso se trata de la verdadera imagen de Cristo en el momento preciso que su cuerpo va a resucitar. Semejante radiación explicaría la dificultad de los científicos en descubrir su origen, ya que se trata de algo sobrenatural.  También explica el fallido resultado de la prueba de carbono ya que esta no tomó en cuenta los efectos de la radiación en el lienzo.


Dimensión Espiritual
Ver también: "contemplar el rostro de Cristo"

Sin querer entrar en polémica sobre la autenticidad de la Sábana Santa, el cardenal de Turín, Giovanni Saldarini, custodio pontificio de la reliquia, confirmó el significado religioso de la imagen impresa en el lienzo:  «Quiero confirmar que la Sábana Santa remite inevitablemente al relato de la Pasión de Jesús. El lienzo no es Cristo, pero sí una referencia a Él. En esto y sólo en esto está su fuerza evocativa y su valor. El sudario conserva su valor como objeto de culto, imagen sagrada del Crucificado: tiene una autenticidad propia como imagen, cuyo valor es preeminente respecto al eventual valor histórico».- 9 de abril, 98.

Señales de la Pasión
Para los creyentes la Sábana de Turín es un "sublime icono de la Pasión", como la definió el papa Pablo VI en la exposición del 1978. Ese es el motivo del interés y de la veneración de la Sábana Santa a través de los siglos. La ostensión pública es ante todo un acontecimiento religioso que se ha de vivir en un clima de recogimiento y oración.

El Hombre de la Sábana ha sido crucificado como Jesús; y los detalles de las torturas que se observan en el Lienzo, evocan las narraciones de los Evangelios: Las señales de los clavos en manos y pies; la "corona de espinas" alrededor de la cabeza; las señales de los azotes; la herida del costado; la ausencia de fractura de huesos de las piernas.  La "Síndone" es una imagen, que se ha de mirar y se ha de contemplar. Para los creyentes es un "icono de la Pasión", como la definió el papa Pablo VI. El motivo del interés y de la veneración de la Sábana Santa a través de los siglos lo constituyen esos signos de la Pasión del Señor

El Papa Pablo VI: "Mirando a esta imagen sé que crecerá en mí, como en todos mis hermanos creyentes, el encanto misterioso de Él y resonará en nuestros corazones la admonición evangélica de su voz, que nos invita a buscarlo donde todavía Él se oculta y se deja descubrir, amar y servir en figura humana".


El lema de la exposición del año 98, "Todos verán Tu salvación", fue tomado de Isaías 52:10:  "Ha desnudado Yahveh su santo brazo a los ojos de todas las naciones, y han visto todos los cabos de la tierra la salvación de nuestro Dios."

Reflexión de Su Santidad, Juan Pablo II, en su visita a la Sábana Santa en Turín
-24 de mayo, de 1998.

La Sábana Santa:  Espejo del Evangelio.

Con la mirada puesta en la Sábana Santa, deseo saludar cordialmente a todos vosotros, fieles de la Iglesia de Turín. Saludo a los peregrinos que durante el período de esta exposición vienen de todas las partes del mundo para contemplar uno de los signos más desconcertantes del amor doloroso del Redentor.

Al entrar en el catedral, que muestra todavía las heridas producidas por el terrible incendio del año pasado, me he detenido en adoración ante la Eucaristía, el Sacramento que situado en el centro de la atención de la Iglesia y que, bajo apariencias humildes, custodia la presencia verdadera, real y substancial de Cristo. A la luz de la presencia de Cristo en medio de nosotros, me he detenido después ante la Sábana Santa, el precioso lino que puede sernos de ayuda para comprender mejor el misterio del amor del Hijo de Dios por nosotros.

Ante la Sábana Santa, imagen intensa y acongojante de un dolor inenarrable, deseo dar gracias al Señor por este don singular, que exige del creyente una atención amorosa y una disponibilidad total al seguimiento del Señor.

La Sábana Santa es una provocación a la inteligencia. Ante todo, requiere el compromiso de todo hombre, en particular del investigador, para acoger con humildad el mensaje profundo que plantea a su razón y a su vida. La fascinación misteriosa ejercitada por la Sábana Santa lleva a formular preguntas sobre la relación entre el sagrado lienzo y la vicisitud histórica de Jesús. Confía a los científicos la tarea de investigar para llegar hasta respuestas adecuadas a los interrogantes ligados a esta sábana que, según la tradición, habría envuelto el cuerpo de nuestro Redentor cuando fue descendido de la cruz. La Iglesia exhorta a estudiar la Sábana Santa sin posiciones preconcebidas, que dan por descontado resultados que no pueden ser considerados como tales; invita a actuar con libertad interior y cuidadoso respeto tanto de la metodología científica como de la sensibilidad de los creyentes.

Lo que cuenta sobre todo para el creyente es que la Sábana Santa es un espejo del Evangelio. De hecho, si se reflexiona sobre el sagrado lienzo, no se puede olvidar que la imagen que se encuentra presente en él tiene una relación tan profunda con lo que narran los cuatro Evangelios sobre la pasión y muerte de Jesús que cada hombre sensible se siente interiormente tocado y conmovido al contemplarla. Quien se acerca a ella es consciente también de que la Sábana Santa no sólo impresiona el corazón de la gente, sino que hace referencia a Aquel a cuyo servicio la ha puesto la Providencia amorosa del Padre. Por lo tanto, es justo alimentar la conciencia de la preciosidad de esta imagen, que todos ven y que nadie puede explicar por ahora. Para toda persona profunda es motivo de hondas reflexiones que pueden llegar a implicar la vida.

La Sábana Santa constituye de este modo un signo verdaderamente singular que hace referencia a Jesús, la Palabra verdadera del Padre, e invita a modelar la propia existencia según la de Aquel que se dio a sí mismo por nosotros.

En la Sábana Santa Se refleja la imagen del sufrimiento humano. Recuerda al hombre moderno, distraído con frecuencia por el bienestar y por las conquistas tecnológicas, el drama de tantos hermanos y le invita a interrogarse sobre el dolor y a profundizar sobre sus causas.

La imagen del cuerpo martirizado del Crucificado, al testimoniar la tremenda capacidad del hombre para causar dolor y muerte a sus semejantes, se presenta como un icono del sufrimiento del inocente de todos los tiempos: de las innumerables tragedias que han marcado la historia pasada y de los dramas que continúan consumándose en el mundo.

Ante la Sábana Santa, ¿cómo es posible no pensar en los millones de hombres que mueren de hambre, en los horrores perpetrados en tantas guerras que ensangrientan las naciones, en el abuso brutal de mujeres y niños, en los millones de seres humanos que viven entre miserias y humillaciones al margen de las metrópolis, especialmente en los países en vías de desarrollo? ¿Cómo es posible no acordarse con angustia y piedad de cuantos no pueden gozar de los derechos civiles elementales, de las víctimas de la tortura, del terrorismo, de los esclavos de organizaciones criminales?

Al evocar estas dramáticas situaciones, la Sábana Santa no sólo nos lleva a salir de nuestro egoísmo, sino que además nos invita a descubrir el misterio del dolor que, santificado por el sacrificio de Cristo, genera salvación para toda la humanidad.

La Sábana Santa es también imagen del amor de Dios y del pecado del hombre. Invita a redescubrir la causa última de la muerte redentora de Jesús. En el sufrimiento inconmensurable que documenta, el amor de Aquel que «tanto amó al mundo que le dio a su Hijo unigénito» (Jn 3, 16) se hace casi palpable y manifiesta sus sorprendentes dimensiones. Ante ella, los creyentes no pueden dejar de exclamar y con plena verdad: «¡Señor, no me podías amar más!» y darse cuenta inmediatamente de que el responsable de este sufrimiento es el pecado: los pecados de cada ser humano».

Al hablarnos de amor y de pecado, la Sábana Santa nos invita a todos nosotros a imprimir en nuestro espíritu el rostro del amor de Dios para excluir la tremenda realidad del pecado. La contemplación de aquel Cuerpo martirizado ayuda al hombre contemporáneo a liberarse de la superficialidad y del egoísmo con el que con mucha frecuencia trata el amor y el pecado. Haciendo eco de la palabra de Dios y de los siglos de conciencia cristiana, la Sábana Santa susurra: cree en el amor de Dios, el tesoro más grande donado a la humanidad, y huye del pecado, la mayor desgracia de la historia.

La Sábana Santa es también imagen de impotencia: impotencia ante la muerte, en la que se revela la máxima consecuencia del misterio de la Encarnación. El lienzo nos empuja a medirnos con el aspecto más perturbador del misterio de la Encarnación, que es también aquel que muestra cómo Dios se ha hecho hombre, asumiendo nuestra condición humana hasta someterse a la impotencia total del momento en el que la vida se apaga. Es la experiencia del Sábado Santo, transición importante del camino de Jesús hacia la Gloria, de la que se desprende un rayo de luz que embiste el dolor y la muerte de cada hombre.

La fe, al recordarnos la victoria de Cristo, nos comunica la certeza de que el sepulcro no es la última meta de la existencia. Dios nos llama a la resurrección y a la vida inmortal.

La Sábana Santa es una imagen del silencio. Existe un silencio trágico de la incomunicación, que en la muerte tiene su máxima expresión, y existe el silencio de la fecundidad, que es precisamente el de quien renuncia a hacerse escuchar por el exterior para alcanzar en lo profundo las raíces de la verdad y de la vida. La Sábana Santa expresa no sólo el silencio de la muerte, sino también el silencio valiente y fecundo de la superación de lo efímero, gracias a la inmersión total en el eterno presente de Dios. De este modo, ofrece la conmovedora confirmación del hecho de que la
omnipotencia misericordiosa de nuestro Dios no puede ser detenida por ninguna fuerza del mal; al contrario, sabe hacer concurrir en el bien la misma fuerza del mal. Nuestro tiempo necesita redescubrir la fecundidad del silencio para superar la disipación de los sonidos, de las imágenes, de los cotilleos que con demasiada frecuencia impiden escuchar la voz de Dios.

¡Queridos hermanos y hermanas! Vuestro obispo, el querido cardenal Giovanni Saldarini, custodio pontificio de la Sábana Santa, ha propuesto como tema para esta exposición solemne las palabras: «Todos los hombres verán tu salvación». Sí, la peregrinación que las muchedumbres están realizando a esta ciudad es precisamente un «venid a ver» este signo trágico e iluminador de la Pasión, que anuncia el amor del Redentor. Este icono de Cristo abandonado en la condición dramática y solemne de la muerte, que desde hace siglos es objeto de significativas representaciones y que desde hace cien años, gracias a la fotografía, se ha difundido a través de muchísimas reproducciones, exhorta a ahondar en el centro del misterio de la vida y de la muerte para descubrir el mensaje grande y consolador que nos ha sido dado. La Sábana Santa nos presenta a Jesús en el momento de su máxima impotencia y nos recuerda que en la anulación de esa muerte está la salvación del mundo entero. La Sábana Santa se convierte de este modo en una invitación a vivir cada experiencia, incluida la del sufrimiento y la de la suprema impotencia, con la actitud de quien cree que el amor misericordioso de Dios vence toda pobreza, todo impedimento, toda tentación de desesperación. 

El Espíritu de Dios, que habita en nuestros corazones, suscite en cada uno el deseo y la generosidad necesarios para acoger el mensaje de la Sábana Santa y para hacer de él el criterio inspirador de la existencia. 

Con estos deseos, os imparto a todos, a los peregrinos que visitarán la Sábana Santa y a cuantos están espiritual e idealmente unidos en torno a este signo sorprendente del amor de Cristo, una especial bendición apostólica.
Juan Pablo II


En nuestra época tan descreída y cínica, Dios nos regala La Sábana Santa, un corazón para contemplarla y los medios científicos para estudiarla. Los que tienen ojos que vean, los que tienen corazón, que lo abran, los que tienen inteligencia que discurran sobre lo que Dios nos comunica.  Dios quiere revelarnos no una cosa, sino a su Hijo amado.

Al contemplar La Sábana Santa traigamos al corazón el testimonio de las Escrituras. Al contemplar las llagas:
-Pensemos cuanto nos ama Jesús,  ¿qué mas podía hacer para demostrar Su amor?
-Pensemos en la seriedad del pecado que le hizo sufrir así, decidámonos a renunciar al pecado y la mediocridad con el deseo de amarle sin contar el costo.   "Arrepiéntanse y crean en el Evangelio" (Mc. 1, 15)
-Decidamos tomar en serio nuestra vida ante la realidad de la batalla espiritual, a no tener miedo a ser diferentes que este mundo, a sufrir por amor a El.

La Sábana Santa es un signo que apunta a la Resurrección. Sean cual sean las tinieblas que tengamos que atravesar, Dios quiere recordarnos la victoria definitiva.

¡Cristo ha resucitado. Aleluya!

Padre Jordi Rivero


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