Corazones Consagrados - La Caridad no tiene hora

“La Caridad de Cristo nos urge”
Invitación a la reconciliación
Diácono Vicente Moreno, miembro de la Familia de los Corazones Traspasados de Jesús y María.
 
 
Con este lema o consigna misionera dará inicio a su Misión Episcopal el Reverendo Padre Frenando Isern, sacerdote de nuestra arquidiócesis de Miami y quien en este mes fuera designado por su Santidad Benedicto XVI como el nuevo obispo de la diócesis de la ciudad de El Pueblo, en el estado de Colorado. La consigna misionera fue tomada por Monseñor Isern de la Segunda carta de San Pablo a la Iglesia de Corintio, (2 Cor; 5-14). Es propio de los obispos iniciar y demarcar su labor misionera con un compromiso orientado en los principios de vida enseñados y vividos por Cristo Jesús, y en verdad el lema seleccionado por Monseñor Isern encarna igualmente la orientación que la Iglesia quiere darnos en momentos tan críticos en nuestras vidas.

“La Caridad de Cristo”, es una invitación para reevaluar nuestra vida espiritual y nuestras relaciones con Dios, con la Iglesia y con nuestros hermanos. En mas de una oportunidad los hombres perdemos la orientación de nuestras vidas y es precisamente en esas circunstancias en las que nuestros pastores como responsables de la grey, deben de tener claramente orientada su misión y su pedagogía para corregir, animar y guiar a su grey de regreso al buen camino.

Sobre la enseñanza de la Caridad de Cristo, los Obispos reunidos recientemente en Oxaca, Méjico, nos recordaban el deber principal de los cristianos que no es otro que el de ser fermento de amor y de paz en un entorno y en un mundo permeado por las fuerzas del mal que buscan a toda costa la destrucción del hombre. Los obispos en esta oportunidad reconocieron y taxativamente enumeraron algunos de los males que se han enraizado en nuestras sociedades debido a la ausencia de la Caridad de Cristo en ellas, males que son entre otros los siguientes: “la polarización de ideas y principios morales que divide y paraliza la convivencia social; el daño económico, cultural, ambiental generado por los conflictos bélicos; la injusticia social, la pobreza lacerante, la impunidad y la corrupción generalizada; las divisiones sociales y las pérdidas de vidas humanas por causa de la violencia”.

Como podemos deducir, las observaciones de los Obispos en Oxaca, reflejan con exactitud la realidad que Monseñor Isern deberá de enfrentar en su diócesis, y que de igual manera es una realidad que nosotros debemos afrontar en nuestra arquidiócesis de Miami. Esta misma percepción de la sociedad americana la tuvo nuestra querida Madre Teresa de Calcuta, cuando en una de sus visitas a New York observo que la ausencia de la Caridad de Cristo era evidente y palpable en Los Estados Unidos.

Sobre este mismo tema pastoral de San Pablo, su Excelencia Juan Luis Cipriani Thorne, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, con motivo del inicio de tercer milenio, escribió una carta pastoral en la que enfatizaba en forma especial la necesidad apremiante de volver a retomar y a ejercitar los mandatos evangélicos en especial el del perdón y el de la reconciliación tan necesitados en nuestras sociedades. Monseñor Cipriani nos insta a entender que el perdón no es un sentimiento, sino ante todo: Un Acto de la Voluntad, y que debe de ser claro para el cristiano que cuando una persona nos ofende se crea en nosotros un "sentimiento" (generalmente de resentimiento pudiendo incluso llegar al odio) del cual, de manera ordinaria, no podemos tener control pues responde a una acción que toca un área "espiritual”.
 
Este sentimiento insano, afirma el prelado, se incrementará con la repetición de acciones semejantes a las que lo originaron, creando consecuentemente una reacción o impulso que terminara escalando el estado de violencia tan nefasto en nuestras sociedades. Perdonar es la decisión a la que la Caridad de Cristo nos urge y ello implica que el perdón exija una renuncia a nosotros mismos, a nuestro afán de venganza, a desechar las acciones de odio. En pocas palabras, la “Caridad de Cristo” nos anima e insta a perdonar, a devolver bien a cambio del mal, a “colocar la otra mejilla” y a romper el círculo de “acción y reacción”. Solo si nosotros perdonamos, tendremos también el perdón de Dios, y experimentaremos la verdadera alegría de amar. NO es fácil... pero todo es posible con la gracia de Dios.

Laus Deo

 
siervas_logo_color.jpg (14049 bytes)
Regreso a la página principal
www.corazones.org
Esta página es obra de Las  Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María