CIUDAD DEL VATICANO, martes 12 de mayo de 2009 (ZENIT.org).- Los sacerdotes
y fieles que realicen unos determinados ejercicios de piedad durante el Año
Sacerdotal recibirán la indulgencia plenaria.
Así informa un decreto hecho público hoy por la Oficina de Información de la
Santa Sede, firmado por el cardenal James Francis Stafford y el obispo
Gianfranco Girotti, O.F.M. penitenciario mayor y regente de la Penitenciaría
Apostólica, respectivamente.
La Iglesia celebrará el Año sacerdotal del 19 de junio de 2009 al mismo día
del año siguiente con motivo del 150 aniversario de la muerte de San Juan
María Vianney, Cura de Ars.
El Año Sacerdotal empezará el 19 de junio, solemnidad del Sagrado Corazón de
Jesús, con la celebración, presidida por el Papa, de las Vísperas ante las
reliquias de San Juan María Vianney, llevadas a Roma por el obispo de Belley-Ars.
Benedicto XVI concluirá el "sagrado periodo" un año después en la Plaza de
San Pedro con sacerdotes de todo el mundo, que "renovarán la fidelidad a
Cristo y el vínculo de fraternidad", según el texto.
El decreto explica detalladamente las modalidades para la obtención de las
indulgencias.
En primer lugar, podrán obtener la indulgencia plenaria los sacerdotes que
"arrepentidos de corazón", recen cualquier día las Laudes o Vísperas ante el
Santísimo Sacramento expuesto a la adoración pública o en el sagrario y,
siguiendo el ejemplo de San María Vianney, se ofrezcan para celebrar los
sacramentos, sobre todo la Confesión, "con espíritu generoso y dispuesto".
El texto señala que los sacerdotes podrán beneficiarse de la indulgencia
plenaria aplicable a otros sacerdotes difuntos como sufragio, si en
conformidad con las disposiciones vigentes se confiesan, comulgan y rezan
por las intenciones del Papa.
También recibirán indulgencia parcial, siempre aplicable a los hermanos en
el sacerdocio difuntos, "cada vez que recen oraciones debidamente aprobadas
para llevar una vida santa y cumplir los oficios que se les han confiado".
Por otra parte, todos los cristianos podrán beneficiarse de la indulgencia
plenaria siempre que "arrepentidos de corazón" asistan a la Santa Misa y
ofrezcan por los sacerdotes de la Iglesia oraciones a Jesucristo y cualquier
obra buena.
Todo ello complementado con el sacramento de la confesión y la oración por
las intenciones del Papa "los días en que se abre y se clausura el Año
sacerdotal, el día del 150 aniversario de la muerte de San Juan María
Vianney, los primeros jueves de mes o cualquier otro día establecido por los
Ordinarios de los lugares para la utilidad de los fieles".
Los ancianos, los enfermos y todos aquellos que por motivos legítimos no
puedan salir de casa, también podrán obtener la Indulgencia plenaria, si con
ánimo alejado del pecado y el propósito de cumplir las tres condiciones
necesarias tan pronto como les sea posible, "en los días indicados rezan por
la santificación de los sacerdotes y ofrecen a Dios por medio de María,
Reina de los Apóstoles, sus enfermedades y sufrimientos".
El decreto indica que se concederá la Indulgencia parcial a todos los fieles
cada vez que recen cinco Padrenuestros, Ave Marías y Glorias, y otra oración
debidamente aprobada "en honor del Sagrado Corazón de Jesús para que los
sacerdotes se conserven en pureza y santidad de vida".
El texto señala que el santo Cura de Ars "aquí en la tierra fue un
maravilloso modelo de verdadero pastor de la grey de Cristo".
También destaca que las indulgencias pueden ayudar a los sacerdotes, junto
con la oración y las buenas obras, a obtener "la gracia de resplandecer con
la fe, la esperanza, la caridad y las demás virtudes" y "mostrar con su
conducta de vida, también con su aspecto exterior, que están plenamente
dedicados al bien espiritual de la gente".