Son cada vez más
fuertes los ataques contra la familia
Juan Pablo II
19 diciembre 2004 (ZENIT.org)
«Por desgracia los ataques
al matrimonio y a la familia se hacen cada día más fuertes y
radicales, tanto desde el punto de vista ideológico como normativo»,
constató el Santo Padre, quien recordó que
«quien destruye este tejido fundamental de la
convivencia humana provoca una herida profunda a la sociedad y daños
con frecuencia irreparables».
«El intento de reducir la familia a una experiencia afectiva
privada, socialmente irrelevante; de confundir los derechos
individuales con los propios del núcleo familiar constituido sobre
el vínculo del matrimonio; de equiparar las convivencias a las
uniones matrimoniales; de aceptar, y en algunos casos favorecer, la
supresión de vidas humanas inocentes con el aborto voluntario; de
alterar los procesos naturales de la procreación de los hijos
introduciendo formas artificiales de fecundación, son sólo algunos
de los ámbitos en los que es evidente la subversión que tiene lugar
en la sociedad».
«No puede derivarse un progreso civil de la devaluación social del
matrimonio y de la perdida de respeto por la dignidad inviolable de
la vida humana. Lo que se presenta como progreso de
civilización o conquista científica, en muchos casos, es de hecho
una derrota para la dignidad humana y para la sociedad».
«La verdad del hombre, su llamada desde la concepción a ser acogido
con amor y en el amor, no puede sacrificarse al dominio de las
tecnologías y a la prevaricación de los deseos sobre los derechos
auténticos. El legítimo deseo de tener un hijo o a la salud no puede
transformarse en un derecho incondicional capaz de justificar la
eliminación de otras vidas humanas»
«La ciencia y las tecnologías están verdaderamente al servicio del
hombre sólo cuando tutelan y promueven a todos los sujetos humanos
involucrados en el proceso de procreación»
«Las asociaciones católicas, junto a
todos los hombres de buena voluntad que creen en los valores de la
familia y de la vida no pueden ceder a las presiones de una cultura
que amenaza los fundamentos mismos del respeto de la vida y de la
promoción de la familia»
El Papa calificó los Foros de las Asociaciones Familias como una de
«las formas de movilización» necesarias, que él mismo ya había
alentado en su exhortación apostólica
«Familiaris consortio» (22 de noviembre de
1981) « para que las familias crezcan
en la conciencia de ser "protagonistas" de la "política familiar" y
se asuman la responsabilidad de transformar la sociedad».
En esta labor, el Papa les dejó como brújula de
acción la
«Carta de los derechos de la familia»
publicada por el Consejo Pontificio de la Familia el 22 de octubre
de 1983.
Zenit, ZS04121908
Esta página
es obra de Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María
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