“Mis ojos han visto” (Lc 2, 30)
Contemplar el Don de la Vida Consagrada
Madre Adela Galindo, Fundadora
En 1997, su Santidad Juan Pablo II, estableció para toda la Iglesia, la Jornada de la Vida Consagrada. Para esta celebración anual eligió la fiesta en que se hace memoria de la Presentación que la Stma Virgen y San José hicieron del Niño Jesús en el templo “para ofrecerlo al Señor”. (Luc 2,22)
El Santo Padre nos revela en su primer mensaje para la Jornada, los 3 motivos que le inspiraron a establecerlas:
1. Para que contemplemos el don de la vida consagrada; don que hemos recibido de lo Alto.
2. Para que profundicemos en el conocimiento y en la estima por este don.
3. Para que celebremos este don que el ES ha querido dar a la Iglesia y al mundo.
Podemos resumirlos en tres palabras: Contemplar, Conocer y Celebrar el don de la Vida Consagrada.
Para hacer esto nos presentó el pasaje del Evangelio de la Presentación, que se nos narra en Lucas, capítulo 2. En la Carta Apostólica sobre el Santo Rosario, proclamada por SS JPII en octubre del 2002, al comentar el cuarto misterio gozoso de la Presentación, el Papa nos dice: “este misterio expresa la dicha de la consagración y el éxtasis de la contemplación del anciano Simeón”.
Vamos a adentrarnos en este relato del evangelio de S. Lucas:
"Llevaron a Jesús para presentarle en Templo ya que todo primogénito varón sería consagrado al Señor. Simeón, estaba en el Templo y esperaba ver la consolación de Israel. Le había sido revelado por el ES que no vería la muerte antes de haber visto al Ungido del Señor. Cuando el niño fue presentado por la Virgen y S. José, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: 'Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos; luz para iluminar a las gentes y gloria de tu pueblo Israel'” ( Lucas 2, 29).
En este pasaje , 5 veces se nos habla de “ver”: o sea, de contemplar con amor, profundidad y anhelo, el don que tanto se anhela ver. Simeón oraba sin cesar, porque anhela “ver” al ungido de Dios; es tanto su anhelo que alcanza la promesa de no morir sin verle. Cuando la Virgen lo presenta y Simeón lo tiene ante sus ojos y “lo ve”, alaba y bendice a Dios por el don que contempla. Ya su corazón puede descansar, por que “lo ha visto” y este don no solo es para verlo el, sino “para ser visto” por todos.
Anhelo de Contemplar el don y manifestarlo para la Contemplación de todos.
Simeón, no dice la Escritura que anhelaba ver “esperaba ver al consagrado de Dios” El nos enseña a anhelar con todo el corazón contemplar el don que hemos recibido... a orar, hacer sacrificios, estar atentos; a dar gracias y gozarnos en el don que se nos presenta. Estamos invitados por el Santo Padre, a re-descubrir con todas las ansias de nuestro corazón el don que hemos recibido de Dios: la vida consagrada. ¿Por que es necesario contemplarlo? Porque haremos lo mismo que Simeón: cuando contempló al niño:” lo tomó en brazos” (Luc 2, 27)este gesto, muestra la acogida con profunda gratitud y alegría del don recibido.
Contemplar el don: “mis ojos han visto”.
El Señor quiere que veamos pus El es la luz del mundo; quiere que veamos con nuestros propios ojos para que seamos testigos. Solo quien ve, testifica: “el que lo vió, lo atestigua”, San Juan 19, 35. Los muchos que fueron a ver a Jesús por el testimonio de la Samaritana, decían al final: “nosotros mismos lo hemos visto” (Jn 4,39). El Santo Padre nos invita a contemplar el don que hemos recibido.
Para S. Agustín contemplar es “la gozosa admiración de una verdad”.. Mirar con el corazón y el intelecto..(Sto Tomás). Detener la mirada interior sobre algo, con una cierta insistencia, dejándose como absorber por la visión de esta cosa. Necesitamos contemplar el don de la vida consagrada con gozosa admiración, con insistencia, dejándonos absorber por lo que vemos.
1. Es elección e iniciativa divina: cada vocación es parte del plan de Dios, el posa su mirada en la persona a quien llama a ser totalmente suya y a seguirle más de cerca. Como en la rivera del mar de Galilea donde Jesús “vió a dos hombres, Simón y Andrés, y les dice, venid conmigo” (Mateo, 4, 18).
Dios, pensó en cada uno de nosotros desde toda la eternidad y nos ha amado con amor eterno y singular. “antes de haberte formado, Yo en el seno materno te conocía y antes que nacieses, te tenía consagrado” (Jer 1, 5). El nos ha llamado por nombre, como el buen pastor que llama una por una a sus ovejas (Jn 10, 3).
2. Requiere la respuesta amorosa, generosa, gozosa y libre del corazón que escucha la llamada del amor. “y las ovejas de siguen porque conocen su voz” ( Jn 10,4).
• Es un diálogo entre el Corazón del Señor que llama y el corazón humano que responde. “Me has seducido Señor y me he dejado seducir” (Jer 20,7).
3. Pertenencia total: “Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios” (Ez 36, 28).
la Evangelica Testificatio, (exhortación Apostólica sobre la renovación de la Vida Religiosa): esta pertenencia es real.
• “total e irreversible” “ incondicional y absoluta” “el principio de identidad de la persona y el alma de su actividad”. Somos del Señor: “sois linaje elegido, pueblo consagrado para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a la luz, vosotros que un tiempo no eras pueblo y ahora sois pueblo de Dios” (1 Ped 2, 9).
4. Intimidad de corazón: relación esponsal: todo el corazón para Dios con amor indiviso. ‘Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente’ (Mt 22, 37).
• “el significado esponsal de la vida consagrada hace referencia a la entrega plena y exclusiva a su Esposo.” (VC, 34) “Yo te desposaré conmigo para siempre, en justicia y en derecho; en amor y en compasión y tu conocerás a Yahveh” (Oseas 2, 16).
5. Configuración: “la vida consagrada imita mas de cerca y hace presente continuamente en la Iglesia por impulso del ES, la forma de vida que Jesús abrazó y propuso a los discípulos que lo siguieran”. (VC, 22)
• para quien deja todo para seguir a Cristo, su inspiración es identificarse con él asumiendo sus sentimientos y forma de vida: pobre, obediente y casto”. Hacer presente a Jesús, revelar su rostro y su vida en la historia.
6. Donación y oblación: entregarse a Dios como ofrenda de amor. Rom 12:1 “os exhorto, pues hermanos por la misericordia de Dios a que ofrezcáis vuestros cuerpos como un víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual.”
• esta ofrenda conlleva necesarias renuncias, para abrazar lo que uno elige por amor; un bien mayor. Como las parábolas del tesoro escondido en el campo y de la perla preciosa (Mt 13), que cautivan el corazón humano y le mueven a dejarlo todo lo demás para adquirir esa joya. “Por quien perdí todas las cosas y las tengo por basura para ganar a Cristo y ser hallado en él” (Fil 3).
7. Fecundidad espiritual: “de su amor virginal procede una fecundidad particular que contribuye al nacimiento y crecimiento de la vida divina en los corazones”. (VC, 34) Esposas y Madres; Esposos y Padres.
Al contemplar el don que hemos recibido que podríamos exclamar sino las palabras que la Virgen proclamó en el Magnificat al contemplar lo que Dios había hecho en ella y haría a través de Ella: “proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador”. (Luc 1,46)
Celebrar El don de la vc en la Iglesia (al tomarlo en brazos, “bendijo a Dios ” Luc 2, 28).
1. don del ES para enriquecer a la Iglesia: El ES el que da la multitud de formas de vida consagrada y de carismas, en la historia de la Iglesia, suscitados por él aparecen como una planta llena de ramas que hunde sus raíces en el Evangelio y da frutos copiosos en cada época. Un campo lleno de diversas flores.
2. Refleja la santidad de la Iglesia: “Están en el corazón del misterio de la Iglesia: pertenecen inseparablemente a su vida y santidad" (LG, 44).
• “como expresión de la santidad de la Iglesia se debe reconocer una excelencia de la vida consagrada, ya que refleja el mismo modo de vivir de Cristo. Ella es una manifestación particularmente rica de los bienes evangélicos y una realización más completa del fin de la Iglesia, que es la santificación de la humanidad” (VC, 32).
3. Reproduce el rostro de la Iglesia-esposa: “Cuántos hombres y mujeres, han elegido desposarse con Dios (...)” (De exhort. Cast., 13. PL 2, 930 A; CC 2, 1.035, 35-39), estas almas son particularmente capaces de vivir el matrimonio místico con Cristo y, por tanto, de reproducir en sí el rostro y el corazón de la Iglesia-esposa. (SS JPII, 17 de marzo de 1995).
4. Consagrados para la misión:
• la misma vida consagrada bajo la acción del ES se hace misión. La misión se lleva a cabo en el hacer presente a Cristo en el mundo mediante el testimonio de su vida. Este es el quehacer principal de la vida consagrada, cuanto mas se deja conformar a Cristo, más lo hace presente y operante en el mundo para la salvación de los hombres. (VC 72) NMI: plan pastoral: Santidad y Misión.
• la profesión de los Consejos evangélicos, al hacer a la persona totalmente libre para la causa del Evangelio, muestra también la trascendencia que tiene para la misión. La Iglesia a través de los consagrados y los diferentes carismas, responde a los nuevos problemas del mundo de hoy, buscando elaborar y llevar a cabo nuevos proyectos de evangelización.
Hacer el don de la vida consagrada manifiesto, para la contemplación de todas las gentes. ( mis ojos han visto tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos (Luc 2, 30).
En la fiesta de la Presentación existe la tradición de encender velas en la primera parte de la liturgia. Estos Cirios encendidos significan el urgente llamado a que seamos testigos de que “somos” de Cristo y de que anhelamos llegar a ser plenamente identificados con el.“Ya no soy yo quien vive sino Cristo quien vive en mi” (Gal 3, 19) y haciendo presente los rasgos, la vida, los sentimientos y las obras de Cristo, en la historia y en los hombres y mujeres de hoy.
Llamados a ser “luz del mundo”, luz que no se esconde. Como nos dice el Señor en San Mateo 5, 13: “vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse... no se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos. Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt 5, 16).
• Arder de amor por Cristo, consumidos en El y difundiendo en todas partes el Evangelio de su amor.
• gracias al testimonio de las personas consagradas “también los ojos de muchos en nuestro tiempo podrán ver hoy la salvación presentada por Dios “ante todos los hombres”.
Epifanía: Vida Consagrada es una epifanía, manifestación del amor del Corazón de Cristo al mundo:
VC, 75. «Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.. Durante la cena (...) se levantó de la mesa... se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido» (Jn 13, 1-2, 4-5).
• La vida consagrada es vida de amor oblativo, de concreto y generoso servicio a la humanidad. Es una prueba elocuente de que, cuanto más se vive de Cristo, tanto mejor se le puede servir en los demás, llegando hasta las grandes empresas de la misión y aceptando los mayores riesgos. “El amor de Cristo nos apremia (2 Cor 5,14)... no puede permanecer indiferente ante el hecho de que muchos no conocen la plena manifestación del amor de Cristo.
En la presentación, Simeón, el anciano pudiese representar al mundo, cansado, agotado bajo el peso de las sombras, de la incertidumbre, de la oscuridad... el mundo anciano que necesita ver, contemplar, encontrar a su Salvador. “La vida consagrada, está al servicio de ésta definitiva irradiación de la gloria divina, cuando toda carne verá la salvación de Dios” (Lc 3) (VC. 27).
La Vida Consagrada, haciendo presente la vida pobre, obediente y casta de Cristo, se convierte como lo anunció Simeón en este pasaje de la Presentación, en signo de contradicción para el mundo. Es ahí, precisamente donde tiene un gran valor evangelizad, pues le proclama al mundo: vale la pena dejar todo por Cristo.. ¡Es posible ser todo de Cristo.... no anteponer nada a El y a su reino!. Cristo no es simplemente un personaje histórico, sino una persona viva a la que hombres y mujeres se adhieren sin reserva hasta dar la vida por El y por los hermanos.
“Las personas consagradas serán luz en el mundo ante todo profundizando continuamente en la conciencia de haber sido llamadas y escogidas por Dios, al cual deben, pues, orientar toda su vida y ofrecer todo lo que son y tienen, liberándose de los impedimentos que pudieran frenar la total respuesta de amor. De este modo podrán llegar a ser un signo verdadero de Cristo en el mundo. Su estilo de vida debe transparentar también el ideal que profesan, proponiéndose como signo vivo de Dios y como elocuente, aunque con frecuencia silenciosa, predicación del Evangelio”.
Que la Virgen Santísima quien presentó en el Templo al Niño en sus brazos para la contemplación de Simeón; y también a los pastores y magos, nos presente el don que hemos recibido y aprendamos como ella y como Simeón: a descubrir la gran alegría que causa al corazón “el que nuestros ojos hayan visto” el don que hemos recibido.