Todo por el Corazón de Jesús a través del Corazón de María!

El amor hasta el extremo
en San Maximiliano Kolbe


 “Mirarán al que traspasaron” (Jn 19,37). Éste es el tema bíblico que guía este año nuestra reflexión cuaresmal. La Cuaresma es un tiempo propicio para aprender a permanecer con María y Juan, el discípulo predilecto, junto a Aquel que en la Cruz consuma el sacrificio de su vida para toda la humanidad (cf. Jn 19,25). Por tanto, con una atención más viva, dirijamos nuestra mirada, en este tiempo de penitencia y de oración, a Cristo crucificado que, muriendo en el Calvario, nos ha revelado plenamente el amor de Dios”
[1].

Nuestro Santo padre Benedicto XVI, nos introdujo a la cuaresma con estas palabras. Bajo este contexto hablaremos de un hombre que supo vivir como cristiano, que supo estar como Maria y Juan contemplando al pie de la cruz de Cristo: San Maximiliano Kolbe….como nos lo dice nuestra Madre... “El religioso de gran vida contemplativa, que supo llevar a la acción el fruto de su contemplación”
[2]

Jesús en la cruz nos revela el amor perfecto, como cristianos tenemos que estar conscientes que no es suficiente amar, Jesús nos manda a amar como Él amó….hasta el extremo, esa es la medida del amor, ese es el mandato de Cristo “…que os améis los unos a los otros como yo os he amado”
[3], este mandato fue la base de la vida de este gran hombre que supo realizar la vocación universal que es, configurarnos con Cristo, esa es la finalidad de nuestra existencia, por eso fuimos creados a imagen y semejanza de Dios.
San Maximiliano, murió como vivió…amando hasta el extremo, dando su vida por otra persona en un signo completo de amor y confianza en Dios, pero morir en martirio no es mas que el sello de una vida que día a día moría a él mismo para que su Inmaculada diera vida y creciera. De este punto en delante analizaremos algunos puntos claves en su vida, para entender la grandeza de vivir amando hasta el extremo…hasta el extremo de la muerte.

La santidad se contagia por así decirlo, la Iglesia necesita santos que motiven a otros a imitarlos, tal es el caso de la familia de San Maximiliano quienes encontraron en San Francisco de Asís su imagen a imitar. María Dabrowska, madre de San Maximiliano, era una joven piadosa que pensó en ser religiosa, pero por las situaciones políticas de ese momento no pudo, buscando en todo la voluntad de Dios, unió su vida a Julio Kolbe, perteneciente a la Tercera Orden Franciscana, de la cual era dirigente y en la que ingresó ella también. San Francisco era el ideal en el que forjaron su familia y por lo tanto inculcaron a sus hijos.”Maximiliano deseaba desbordar de alegría como San Francisco; y como Francisco deseaba conversar con los pájaros"
[4]. Maximiliano era un niño como todos, su personalidad fuerte y voluntariosa le acarreaba problemas, pero ante todo su nobleza sobresalía…. ¿Que lo haría diferente?....la respuesta es fácil, sus elecciones. Fuimos creados para amar…Dios, nuestro creador, no solo ama, si no que Él mismo es el amor. Pero sin perder de vista esta realidad debemos estar conscientes que somos seres libres, es decir de nosotros depende optar por el amor o no.

El amor, no es otra cosa que la participación en la divinidad de Dios…para enfocarnos claramente en el Amor hasta el Extremo en la vida de San Maximiliano, desglosaremos el Amor hasta el extremo en dos grandes vertientes completamente penetradas:

• Puríficativa .-se refiere a la voluntad. La vertiente puríficativa se convierte en el formador directo de la voluntad, recordemos que la voluntad es la potencia que gobierna las potencias.
• Unitiva.- Tiene como finalidad conducir el alma a la unión con Dios.

Analizaremos primeramente la vertiente puríficativa, es decir, nos enfocaremos por completo a contemplar como este gran Santo fue formando su voluntad, hasta llegar a una perfecta unión con la voluntad de Dios, En las etapas de su vida, claramente sobresalen sus elecciones…..sus elecciones de amor, que van formando su voluntad, en este breve análisis de su vida comprobaremos también que el amor hasta el extremo no es solo un destino, si no una decisión diaria.

• Cuando Maximiliano era pequeño la Virgen María le ofreció dos coronas, una corona blanca y otra roja. La blanca era la virtud de la pureza. Y la roja, el martirio, él eligió libremente ambas coronas, Nuestra Madre Santísima no lo forzó…le ofreció, así es nuestra vida, el Señor nos ofrece sus gracias, sus dones, pero nosotros elegimos.

• Durante su juventud. El quería luchar por la justicia, por la paz, un domingo escucha en la homilía de la Misa la noticia de que los padres franciscanos abren un nuevo seminario, esa noticia hizo despertar y madurar su vocación y al inicio del siguiente curso ingresa al seminario junto con su hermano Francisco. Pero, de pronto, ambos hermanos entran en una fuerte crisis interior. Maximiliano se convence y convence a su hermano de que lo mejor es abandonar el seminario y seguir la carrera militar. Un día antes de comenzar el noviciado hablaría con su superior, pero recibe una visita providencial, María Dabrowka, su madre, que viene, a visitar a sus hijos. Sin saber nada de todo aquello, ella les cuenta con gran ilusión que José, el hermano pequeño, también va a ingresar en la orden franciscana. Y como además ella y su marido son terciarios franciscanos, toda la familia estará presidida por el espíritu de San Francisco. Aquella visita disipa sus dudas. Al día siguiente, ambos hermanos reciben el hábito conventual. Es entonces cuando adopta el nombre de Fray Maximiliano María y emite su profesión simple bajo la Regla de San Francisco con apenas diecisiete años de edad. Nunca más volvió a tener dudas de su vocación. Tiempo mas tarde, en una carta de Maximiliano a su madre, recordará con emoción aquel memorable episodio, que siempre consideró salvador de su vocación: "La providencia, en su infinita misericordia, por medio de la Inmaculada, te envió a nosotros en aquel crítico momento. Han pasado ya nueve años desde aquel día, y pienso en ello con temor y gratitud hacia la Inmaculada. ¿Qué habría sido de nosotros si no nos sostuviese con su mano?"….De nuevo Maximiliano decidió amar.

La humanidad cada vez se lanza al peligro de la vida superficial, opaca, escéptica y hasta sin esperanza…. Cuántos rostros tristes, cansados de la vida, somnolientos, y sin embargo se creen libres por que no están sujetos a nada; se creen inteligentes porque someten todo a discusión; se sienten aristócratas porque tienen la enfermedad de la duda que nos les permite relacionarse y solidarizarse con los demás y aún con ellos mismos. Y todo, porque no conocen ni tienen a Cristo...San Maximiliano con su decisión de amor, opto por tener a Dios en el corazón, como centro de su existencia y compartirlo con todos, no se puede tener a Cristo sólo para uno mismo; únicamente se puede pertenecer a Cristo en unión con todos los que son suyos o lo serán. Esa es la verdadera comunión, hace salir de uno mismo para ir hacia Él y hacia la unidad de todos los cristianos, es por eso que el alma que conoce la fuente del amor, busca compartirla, él quería impregnar del amor de Cristo a los demás…Porque como San José Maria Escrivá decía “ Es necesario, pues, despertar a quienes hayan podido caer en ese mal sueño: recordarles que la vida no es cosa de juego, sino tesoro divino, que hay que hacer fructificar. Es necesario también enseñar el camino, a quienes tienen buena voluntad y buenos deseos, pero no saben cómo llevarlos a la práctica. Cristo nos urge. Cada uno de vosotros ha de ser no sólo apóstol, sino apóstol de apóstoles, que arrastre a otros, que mueva a los demás para que también ellos den a conocer a Jesucristo”.

• En vista de sus excelentes cualidades intelectuales, es enviado a Roma. Allí permanece siete años, hasta terminar sus dos doctorados en Filosofía y en Teología, y es ordenado sacerdote ¿Por qué dos Doctorados?...Para conocer mas al amado, para tener las respuestas que el mundo necesita y porque como dice nuestra Madre “Todos los dones o talentos que el Señor nos concede tienen como fin la caridad…. Quien ama desarrolla todos sus talentos y se esfuerza por pensar”
[5] . Son unos años muy fecundos y decisivos en su vida, en los que funda un movimiento llamado "La Milicia de la Inmaculada" con el siguiente lema “Tenemos que ganar el mundo entero y cada alma, ahora y en el futuro hasta el final de los tiempos, para la Inmaculada y a través de ella, para el Corazón Eucarístico de Jesús”.Sus bases fueron las siguientes :La Inmaculada es la plenitud de la gracia, es la Virgen luchadora contra el mal y la medalla milagrosa es el signo de la presencia y acción de la Virgen entre los hombres: es insignia y escudo de sus devotos. Es necesario, pues, formar una asociación de devotos y consagrados, para que bajo el escudo de la Inmaculada, luchen contra el mal y busquen la salvación de todos los hombres.

En la vida de San Maximiliano ser propiedad de la Virgen, no fue una frase hueca, sino una realidad profunda, auténtica, totalitaria y vivencial como él mismo lo decía “Por Ella se vive, se sufre y se muere”….

• 1917 cuarto año de la guerra mundial, desplome del imperio zarista y del triunfo del marxismo soviético, similar a nuestros tiempos donde cada vez es mas difícil caminar y hasta respirar con un futuro desalentador donde pareciera reinar el mal ….en contraste el año de las Apariciones en Fátima…año de la milicia de la Inmaculada. El joven franciscano a los 21 años encuentra en esta frase de San Agustín el compendio de la situación de su tiempo: “Dos amores han construido dos ciudades: el amor de sí mismo hasta el olvido de Dios construyo la ciudad del diablo; el amor de Dios hasta el olvido de sí mismo construyo la ciudad de Dios”…..Entonces el decide construir con su vida la ciudad de Dios.

• Vuelve a Polonia, con veinticinco años y bastante mala salud, aunque con una fuerza espiritual extraordinaria. No le faltan incomprensiones, calumnias y obstáculos, pero él jamás a pesar de las contradicciones perdió el ánimo…porque estaba convencido que lo que vale es amar a Cristo en los demás, es el mismo amor de Cristo que fortalece nuestras almas contra las inclemencias del mundo. El amor brota de Dios y vuelve a Dios, solo un alma que puede contemplar esta realidad, desea amar tanto como es amado. Como fruto de este amor, comienza la publicación de una revista mensual llamada "Caballero de la Inmaculada", con la que quiere conquistar para la gloria de la Virgen el mundo entero con las nobles armas de la cultura y verdad. Se propone "forrar el mundo entero con papel impreso para devolver a las almas la alegría de vivir". La Milicia de la Inmaculada crece muy rápido en vocaciones y en producción editorial.
 
• En 1929 funda “La ciudad de la Inmaculada”, a cuarenta kilómetros de Varsovia, un convento de sacerdotes y hermanos franciscanos comprometidos a promover la Milicia por todas partes por medio del uso de todos los medios de comunicación a su alcance. Bajo su dirección, Niepokalanów se desarrolla con gran fuerza y en pocos años el número de frailes supera los novecientos. El apostolado de sus publicaciones supera el millón de revistas mensuales destinadas para el millón de miembros de la Milicia en todo el mundo. Pero el Padre Kolbe presiente su fin y el acercamiento del calvario para sus hijos espirituales. En marzo del 1938 les dice: "Hijos míos, sabed que un conflicto terrible se avecina. No sabemos cuáles serán las etapas. Pero, para nosotros en Polonia hay que esperar lo peor. En los primeros tres siglos de historia, la Iglesia fue perseguida. La sangre de los mártires hacía germinar el cristianismo. Cuando más tarde la persecución terminó, un Padre de la Iglesia comenzó a lamentar la mediocridad de los fieles y no vio con malos ojos la vuelta de las persecuciones. Debemos alegrarnos de lo que va a suceder, porque en las pruebas nuestro celo se hará más ardiente".

San Maximiliano decía a sus hijos, ser santo es lo mas sencillo y fácil, y escribía sobre un pizarrón su formula de Santidad: v = V= S , La v minúscula simboliza nuestra voluntad. La V mayúscula es la voluntad de Dios. Cuando estas voluntades chocan, es el dolor, el sufrimiento. Cuando estas dos voluntades se identifican, cuando nuestra voluntad se identifica con la de Dios, es la santidad, es la paz del corazón
[6]. …Sin duda San Maximiliano fue un auténtico cristiano. Nuestro Santo Padre Benedicto XVI, nos dice “El auténtico cristiano es quien permite a los demás entrar en contacto personal con Cristo y vivir con Él.”[7]

• En mayo de 1941, el Padre Kolbe es conducido a Auschwitz. Allí trabaja inicialmente como peón en el acarreo de cantos rodados y arena para la construcción de un muro alrededor del horno crematorio. En todo momento prosigue su ministerio, a pesar de las terribles condiciones de vida, con su gran generosidad y preocupación por los demás, que nunca le abandonan.

Uno de los problemas mas grandes de la humanidad es lo mucho que nos cuesta entender el valor de las cosas que amamos, es decir separar lo esencial de lo accesorio, San Maximiliano tenia claro en su vida que la esencia de toda su labor apostólica era la santificación del alma, ya que él contemplo que en esa santificación es donde Cristo se glorifica…..Millones y millones poblaron esos campos de exterminio: hombres explotados, humillados, víctimas inocentes de la guerra y del odio. En la entrada del campo, un enorme letrero da a todos esta bienvenida: “El trabajo os hará libres”….San Maximiliano sabia que la auténtica libertad solo se encuentra en Cristo.

• Tiempo después, el 3 de agosto, un prisionero escapa. El terror congela los corazones de aquellos hombres. Todos saben la terrible norma establecida como represalia: por cada evadido, diez de sus compañeros, escogidos al azar, son condenados a morir de hambre en el bunker de la muerte. Al día siguiente, a las seis de la tarde, el comandante del campo, dice, el fugitivo no ha aparecido. De modo que diez de ustedes serán condenados al bunker de la muerte. Los condenados son escogidos. Aterrorizado, cada uno de los señalados sale de la formación, sabiendo que es su final. Entre ellos hay un sargento polaco que lanza un grito de dolor: "Dios mío, tengo esposa e hijos. ¿Quién los va a cuidar?". …Las palabras del sargento sin duda tocan el corazón de muchos presos, pero en el corazón del Padre Kolbe hacen algo más. Mientras los diez condenados se van quitando los zapatos, pues deben ir descalzos al lugar del suplicio, de pronto ocurre algo que nadie podía imaginar. Maximiliano Kolbe sale de su fila y quitándose la gorra se planta delante del comandante. Señala con la mano hacia el sargento polaco y se ofrece a morir en su lugar: "Soy un sacerdote católico polaco, estoy ya viejo. Querría ocupar el puesto de ese hombre que tiene esposa e hijos". El comandante, después de un momento de duda, acepta el cambio.

Los sótanos de la muerte, el castigo más temido que esperaba a las víctimas. Morían lentamente de hambre y sed, mientras sus mentes a veces oscurecidas, presas de pesadillas y locuras…..En medio de esa oscuridad llena de horrores, odio y tragedia…se levanto una llamarada de amor en el gesto de San Maximiliano Kolbe.

Es en este momento crucial donde la vertiente puríficativa encuentra la plenitud de la vertiente unitiva…..es donde el ejercicio de la voluntad lleva al alma a no vacilar, a seguir el camino recto y soportar todo. Es sólo Cristo, con su ejemplo, que nos muestra la fecundidad del dolor, sobre todo en la renuncia a nosotros mismos. Esta cruz que el Señor nos ofrece cada día, al aceptarla, se transforma en el signo del amor y del don total, condición indispensable para ser sus discípulos.

El amor extremo cristiano, cuyo ejemplo más impactante es el de amar al enemigo es la verdadera revolución y el único capaz de romper la cadena de la injusticia, el amor se encuentra antes en los hechos que en las palabras.

La realidad es que el cristiano no busca el sufrimiento por sí mismo, sino el amor. El dolor, por el dolor mismo, no tiene ningún sentido. Pero el amor, si es auténtico, se manifiesta en la entrega. Y la entrega, no de lo que nos sobra, sino de nosotros mismos casi siempre es dolorosa…. Algunos idealistas han muerto por un ideal, los miles de mártires han muerto, unidos a Cristo
, al ofrecerse como máxima prueba de amor.

Después de haber ordenado a los presos que se desnudaran, los empujan al bunker, del que ya solo salen cadáveres directamente para el crematorio. Diariamente, los guardias inspeccionan y ordenan retirar los cadáveres. Aquellos tenebrosos días son de angustia y agonía continuas. Aquel sacerdote enfermo de cuarenta y siete años anima en todo momento a los demás y reza con ellos. Poco a poco, van muriendo todos. Al final, solamente queda él con vida. Como los guardias necesitan ese lugar para otros presos que están llegando, le ponen una inyección de ácido fénico y muere. Es el 14 de agosto de 1941.

Un filosofo alemán decía “De todo lo que se escribe, sólo me gusta lo que un hombre escribe con su propia sangre. Escribe tú con sangre, y comprenderás que la sangre es espíritu”[8]  La vida de la Iglesia, a lo largo de la historia, está formada por una cadena interminable de gestos y obras de amor al prójimo promovidas desde el amor de Dios, es decir el espíritu del martirio es el amor….Como Madre Adela nos dice “Solo el amor hace que el abandono de nuestra vida sea un don bello y lleno de gozo”

Teológicamente el martirio se define así: “sufrimiento voluntario de la condenación a muerte, infligida por odio contra la fe o la ley divina, que se soporta firme y pacientemente y que permite la entrada inmediata en la bienaventuranza” [9].Ese es el martirio cruento, es decir donde hay derramamiento literal de sangre, aclarando que como hemos visto es el amor  lo que cuenta, pues el martirio tiene valor en el amor, ningún honor hace Dios al cuerpo que primero y principalmente no lo haga en el alma, en palabras de San Juan de La Cruz “Aquella manera de morir por si sola no vale nada sin este amor” [10]No todas las almas están llamadas al martirio cruento, aunque así sea su deseo, es por eso que cuenta la intención y disposición del alma dispuesta a darlo todo, incluso su sangre por Dios. Todos los Santos…es mas, todos nosotros estaríamos dispuestas a dar la vida por Cristo.

Pero existe otro martirio de llamado general a todos los cristianos, el martirio testimonial, que consiste en  confesar a Dios día a día, el obedecer en todo sus mandamientos, es derramar nuestra  Fe, como sangre día a día durante toda la vida. La medida del amor viene dada por la capacidad de sacrificarse por el amado, y cuanta mayor disposición a sacrificarse tenga el alma, más se puede decir que ama. La vocación trascendente del hombre y el alcance infinito de su ser para asemejarse a Dios esta en la capacidad de Dios, el hombre es capaz de Dios, de unirse a Dios, como dice el buen San Agustín “No solo creyendo en el…sino sufriendo con El”

La Palabra de Dios nos dice: “A los ojos de los hombres, ellos fueron castigados, pero su esperanza estaba colmada de inmortalidad. Por una leve corrección, recibirán grandes beneficios, porque Dios los puso a prueba y los encontró dignos de él. Los probó como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto por eso brillarán cuando Dios los visite, y se extenderán como chispas por los rastrojos” (Sb 3, 4-8).  

Detrás de un triunfo siempre hay alguien que paga….San Maximiliano, lucho por el triunfo de la Inmaculada. La obra de Maria costo sudor, lágrimas, oraciones, sufrimientos…Sangre….Pero al final el Inmaculado Corazón Triunfará!

Para concluir en el Amor hasta el Extremo, no nos podemos conformar con menos, en el amor lo que cuenta es amar, ejercitémonos en el arte de amar, eso lo lograremos optando por el amor en cada detalle, en cada acción por pequeña que parezca porque como nos lo enseña nuestra Madre “Los actos de Amor van ensanchando el Corazón”

Recapitulando  y concretando: El amor hasta el extremo inicia contemplando al Amor mismo….lo siguiente es  la vertiente puríficativa es decir el ejercicio de la voluntad…Que no es otra cosa que el llamado de esta cuaresma “Peregrinar al Corazón Traspasado”….Teniendo como resultado la plenitud de la vertiente unitiva “Adentrarnos al Corazón Traspasado de Jesús” 

Es mi oración que al igual que San Maximiliano Kolbe, logremos la configuración con Cristo, es decir, que nuestros corazones, latan al mismo ritmo de Su Corazón.

 

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