La Vida Consagrada: Una encarnación de todos los misterios del Santo Rosario
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Queridas Hermanas: La Vida Consagrada parece ser una encarnación de todos los misterios del Santo Rosario. Es un misterio de gozo: el gozo de ser llamada por Dios, el gozo de responder a su llamada con la total donación de uno mismo, el gozo de vivir en comunidad y en generoso servicio a nuestras hermanas; el gozo de una maternidad espiritual que no tiene límites en su fecundidad y es comunicada a través de todos nuestros servicios y apostolados: el gozo de dar a luz a Cristo en muchos corazones y de ir a través de las montañas, campos y océanos para comunicar esta vida a muchos corazones. La Vida Consagrada es un misterio de luz: la luz que fluye de nuestra relación con la Santísima Trinidad, de ser hijas de Dios, esposas de Cristo y templos vivos del Espíritu Santo; la luz que fluye de la mediación maternal de nuestra Señora en cada momento de nuestras vidas; la luz que se comunica a través de nuestra misión apostólica de enseñar, predicar, proclamar el poder transformador del Evangelio, y formar muchos corazones para que sean constructores del Reino del Amor. Es un misterio de luz, que a través de nuestra vocación de ser una brillante y embellecida custodia que sostiene en nuestros vientres espirituales, el Corazón Eucarístico de Jesús. Un misterio de luz, pues estamos llamadas a ser testigos elocuentes de una vida de transfiguración mariana. Es también un misterio de dolor porque la mujer consagrada camina a través de la vida con el sello de la cruz de Cristo en su corazón y coopera, con ardor y dolor, en “dar a luz” en muchos corazones, la vida y la gracia que fluye de Su Corazón Traspasado. Ella, como la Virgen Santísima, coopera en esta obra de “dar vida” a muchos a través de su participación en los dolores y tribulaciones de la vida humana y de todas las dificultades que enfrenta en la misión apostólica. Ella sigue al Esposo a través de la vía del Calvario… camina muy cerca de El y nunca se permite huir de la cruz o no permite que la Sangre de Jesús sea desperdiciada en su corazón porque la recibe con superficialidad. La Vida Consagrada es también un misterio de gloria: experimentamos los efectos poderosos del Misterio Pascual. Vivimos, morimos y resucitamos en Cristo y con Cristo, solamente si vivimos totalmente e incondicionalmente por Cristo. Estamos llamadas a vivir en la Contemplación de su Rostro, su Corazón, su Vida, su Palabra, y desde esta disposición de nuestros corazones a la contemplación, a la oración y la meditación – dentro del cenáculo del Corazón de nuestra Señora y por el poder del Espíritu Santo, somos purificadas, elevadas y santificadas. Es en el Cenáculo, en la Casa y Escuela del Corazón Materno de la Virgen y recibiendo el poder que viene de los Alto, que somos elevadas a una autentica experiencia de la vida de virtud, de la santidad y de la elevación de la totalidad de nuestra persona humana. La vida consagrada es un misterio de gloria, porque se nos da la diadema de las princesas , de aquellas que están totalmente consagradas y disponibles a seguir con fidelidad la dirección, instrucciones y palabras de la Reina. En verdad hermanas, la Vida Consagrada es una encarnación de todos los misterios del Santo Rosario… Cada misterio habla de un evento… nos ayuda a recordar un evento que revela un profundo misterio… Un misterio que debe ser actualizado y encarnado en nuestra vida consagrada, particularmente en nosotras, que hemos recibido un carisma mariano. Encarnemos en nuestra vida diaria los misterios del Santo Rosario y de esta forma llegaremos a ser un rosario viviente. De esta forma iremos a través de las montañas y remaremos los océanos, siendo misioneras del amor con un rosario en nuestro corazón y en nuestras manos. Volver a la página principal de enseñanzas de Madre Adela, sctjm > > > Prohibida la reproducción de esta enseñanza de la Madre Adela Galindo, excepto para uso personal. Esta página es obra de Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María Copyright © 2010 SCTJM
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