PROFECÍA recibida al final de la Eucaristía celebrada en el altar mayor de la Basílica de San Pedro, Vaticano, en la clausura de la Conferencia Carismática, Lunes de Pentecostés, 1975.

El Papa Pablo VI permitió al Cardenal Suennens celebrar la Santa Misa en el altar mayor de San Pedro en el Vaticano, sobre los restos mortales de San Pedro y San Pablo, para la conferencia de la Renovación Carismática. Al final de la misa, concurrida por unos 10,000 miembros de la Renovación, se impartió esta profecía que debemos hoy recordar:

“Porque yo los amo, quiero mostrarles lo que estoy haciendo en el mundo hoy. Quiero prepararles para lo que ha de venir. Días de oscuridad vendrán sobre el mundo, días de tribulación... Edificios que hoy están en pie, no lo estarán más. Seguridades que están allí para mi pueblo, ya no lo estarán más.
Quiero que estén preparados, pueblo mío, para conocerme solo a MI, para llenarse solo de Mí y tenerme de una forma más profunda que nunca.

Yo los guiaré hacia el desierto... Yo los despojaré de todo de lo que hoy dependen, para que dependan solamente de Mi. Viene un tiempo de oscuridad sobre el mundo, pero un tiempo de gloria viene para mi Iglesia, un tiempo de Gloria viene para mi pueblo. Yo derramaré sobre ustedes todos los dones de mi Espíritu, Yo los prepararé para el combate espiritual; Yo los preparare para un tiempo de evangelización como el mundo nunca ha visto antes ... Y cuando no tengan nada sino a Mi, lo tendrán todo: Tierra, campos, hogares y hermano y hermanas, amor, felicidad y paz como nunca antes. Estén alertas pueblo mío, Yo quiero prepararlos...

Les hablo a ustedes del amanecer de una nueva era para mí Iglesia. Les hablo de un día como nunca antes se ha visto... Prepárense para la acción que hoy empieza, porque las cosas que hoy ven alrededor suyo cambiarán; la batalla que hoy deben comenzar es diferente, es nueva. Necesitan de mi sabiduría que todavía no la tienen. Necesitan el poder de mi Santo Espíritu, en una forma que hasta ahora no han poseído, necesitan comprender Mi voluntad y las maneras cómo yo actúo, que ustedes todavía no comprenden. Abran sus ojos, abran sus corazones para prepararse para Mí y para el día que hoy he comenzado.

Mi Iglesia será diferente; mi pueblo será diferente; dificultades y tribulaciones vendrán sobre ustedes. Las comodidades que hoy conocen estarán lejos de ustedes, pero la comodidad que ustedes tendrán es el consuelo de mi Santo Espíritu. Enviarán por ustedes para quitarles la vida, pero Yo les sostendré. Vengan a Mí. Júntense, únanse a mi alrededor, Prepárense, porque yo proclamo un nuevo día de victoria y de triunfo para su Dios. Miren, ya ha comenzado.

Yo renovaré mi Iglesia. Yo renovaré a mi pueblo; Yo haré de mi pueblo uno. Les llamo a alejarse de los placeres del mundo. Les llamo a alejarse de los deseos del mundo. Les llamo a alejarse de buscar la aprobación del mundo en sus vidas. Quiero transformar sus vidas ... Tengo una palabra para mi Iglesia. Estoy haciendo resonar mi llamado. Estoy formando un poderoso ejército ... Mi poder está sobre ellos. Ellos seguirán a mis pastores escogidos... Sean los pastores como yo los he mandado ser ... Estoy renovando a mi pueblo. Renovaré mi Iglesia. Liberaré el mundo.

Sepan que Yo, soy su Dios; traje a Pedro y a Pablo a Roma para testimoniar mi gloria. Yo los he escogido a ustedes también y los he traído a Roma para ser testigos de mi gloria, confirmada hoy por su Pastor. Id a sanar las naciones. Sabed que yo estoy con ustedes; y aunque tengan que pasar tribulaciones y pruebas, Yo estaré con ustedes, hasta el final. Les estoy preparando un lugar en la gloria. Mírenme a Mí., Yo les liberaré del poder del maligno. Yo estoy con ustedes hoy, todos los, días, hasta la consumación de los tiempos.

Han conocido la verdad estos días. Han experimentado la verdad estos días. Está claro para ustedes en este momento lo que es la verdad. Es la verdad de mi Reino, mi Reino que prevalecerá... Quiero que tomen esa verdad, que descansen en esa verdad, que crean en esa verdad, que no la comprometan, que no la pierdan en confusión, que no sean tímidos acerca de ella, sino que la sostengan simplemente, en amor, pero que se mantengan firmemente enraizados en la verdad como piedras fundamentales sobre las cuales mi Iglesia pueda tener nueva vida y nuevo poder.”

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