RECIBIENDO LA EFUSIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
Madre Adela Galindo, SCTJM
Fundadora
© Solo para uso privado
¿Qué nos dicen las Sagradas Escrituras acerca de la divina persona del Espíritu Santo?
Antiguo Testamento:
Aquí no aparece con claridad y distinción la persona divina del Espíritu Santo, como tampoco las del Padre y del Hijo. Sin embargo, hay multitud de indicios y vestigios que, a la luz del NT aparecen como claras alusiones al Espíritu Santo.
La expresión hebrea ruah (espíritu de Dios) aparece en la Antigua Ley en diversos sentidos:
1- Viento: por el que Dios da a conocer su presencia, su fuerza o su ira.
2- Soplo de vida: que Dios inspira en los hombres y hasta los animales. Ez. 37: huesos secos
3- Soplo creador: el viento de Dios que hace salir al mundo de la nada.
En relación a fenómenos religiosos:
1- En el arte: de los obreros del tabernáculo
2- En el poder de gobernar: recibido por Moisés y trasmitido por el a los ancianos y Josué.
3- En la fuerza guerrera y valor de los libertadores de Israel
4- Inspiración profética: individual o colectivamente
Tercer grupo de textos:
Soplo de santidad: firmeza, santidad, buena voluntad, contrición, humildad, sumisión a la voluntad de Dios, enderezamiento de sendas, rectitud, justicia y paz, conocimiento de la voluntad divina y don de sabiduría.
Fenómeno esencialmente mesiánicos:
-El Mesías será poseído sin limites por el Esp. de Dios
-En la época del Mesías se producirá una intensa efusión del Espíritu Santo.
Nuevo Testamento:
Aquí aparece la plena revelación del Espíritu Santo como tercera persona de la Trinidad:
-Llena a Juan Bautista antes de nacer.
-Cubre con su sombra a la Stma. Virgen / Encarnación
-Isabel reconoce a María como "Madre de mi Señor".
-Descansa sobre Simeón para reconocer al niño Jesús.
-Jesús tiene sobre si el Espíritu de Dios, es movido por el, ungido por su poder. Comienza su ministerio lleno del Espíritu Santo, se lo enviará a los apóstoles para llevar su testimonio hasta el confín de la tierra.
-Se realizó en Pentecostés con los signos de viento y fuego. Efusión primera, renovada luego colectivamente en diversas ocasiones, por iniciativa divina.
-Jesús promete enviarlo a los apóstoles: les enseñará todas las cosas; les recordará todo lo que les ha dicho; les guiará hacia la verdad completa y les comunicará las cosas venideras; glorificará a Cristo porque tomará de lo de El y lo dará a conocer.
-Los apóstoles rezan, imponen manos, pero el Espíritu Santo es donación directa de Dios.
-San Pablo: somos templo del Espíritu Santo; vivir en Cristo y en El es la misma cosa; es distribuidor de todo don; escudriña los secretos de Dios; es el don por excelencia; nos mueve de forma que agradecemos a Dios y no debemos resistirle ni contristarle.
Nombres apropiados del Espíritu Santo:
Son muchos los nombres que la tradición, la liturgia de la Iglesia y la misma S. Escritura apropian al Espíritu Santo.
Paráclito: Maestro y Consolador. Maestro porque enseñara todas las cosas y consolador porque impedirá que los apóstoles se sientan huérfanos con la suavidad de su consolación (Jn 14).
Abogado: que pedirá por nosotros "con gemidos inefables".
Creador: Dios envía el Espíritu Santo y las cosas son creadas por amor.
-De Cristo: llena por completo el alma de Cristo.
-De verdad: el verdadero Espíritu de Dios se opone al esp. del mundo y a la sabiduría mundana.
Virtud del altísimo: o poder.
Dedo de Dios: toda la potencia constructiva y creadora. Por el se verifican todas las maravillas de Dios, principalmente en el orden de la gracia y de la santificación.
Huésped del alma: mora en nuestras almas en virtud del Bautismo Sacramental.
Sello: marcados, pertenecemos a Cristo.
Unión, nexo, vinculo, beso: expresa la unión inseparable y estrechísima entre el Padre y el Hijo en virtud del ES, que procede de los dos en una común espiración de amor.
Fuente viva, fuego, caridad, unción espiritual: muestra el carácter o personalidad.
Luz beatísima, padre de los pobres, dador de dones, luz de los corazones: luz de Cristo, luz de la verdad, luz del evangelio, llena nuestras almas pobres por el pecado, distribuye los dones espirituales.
En el sacramento del Bautismo
Recibimos el Espíritu Santo en el bautismo que nos hace participar de la naturaleza divina:
-Hermanos de Cristo y coherederos del cielo
-Nos infunde las virtudes infusas y los dones
La efusión del Espíritu o bautismo en el Espíritu Santo:
Uno de los elementos mas significativos del movimiento llamado Renovación en el Espíritu Santo o Renovación Carismática es el encuentro personal con Cristo vivo y glorificado. Esta gracia es fruto de la efusión del Espíritu Santo. Se trata de la renovación de nuestro bautismo. A través de esta gracia la persona experimenta un nuevo amor y un nuevo deseo de servir a Cristo. Entra en una relación personal con El.
Las bases bíblicas para entender el bautismo en el Espíritu:
-En Hechos 1,5 Cristo definió Pentecostés como una experiencia de "bautismo en el espíritu". Este acontecimiento fue definitivamente una experiencia religiosa: estaban en oración, recibieron el bautismo, manifestaciones externas y gran gozo, hablaron en lenguas y una poderosa unción para la predicación que traspasaba los corazones.
-La predicación de Pedro proclama que todo el que se arrepienta y se bautiza, recibe el don del Espíritu.
-Este don del Espíritu Santo puede recibirse después de recibir el sacramento del bautismo. Esto es lo que ocurrió a los discípulos de Samaria (Hechos 8,14-15)
-Pedro considera la experiencia religiosa de Cornelio y su familia (Hechos 10) en la misma linea al don del del primer Pentecostés. Estos, escuchando la predicación de Pedro recibieron un bautismo en el Espíritu y después se les impartió el sacramento.
Enseñanza de San Pablo:
San Pablo enseña que Cristo ofrece al hombre una nueva vida en el poder del Espíritu Santo.
-Es el espíritu de Poder: (1 Cor 2; Rom 15; Tes 1)
-Nos ayuda a orar (Rom 8)
-Nos libera de la carne y el pecado (Rom 8)
-Nos revela la sabiduría de Dios (1 Cor 2; Jun 14)
En los hechos de los apóstoles vemos con claridad la actividad del Espíritu Santo en la Iglesia naciente. Se le ha considerado muchas veces, el evangelio del Espíritu Santo.
Desde la primera pagina el Espíritu Santo se manifiesta de forma sorprendente, incluso extraña, pues sus intervenciones son no solo numerosas, sino inesperadas, fulgurantes a veces. Visiblemente, el es quien pone en juego y anima tanto a los apóstoles como a la comunidad de fieles. Interviene el los detalles de la vida cotidiana de la Iglesia y de su expansión por el imperio romano. Dirige a los apóstoles a donde ir, a quien predicar, bautizar, en que pueblo entrar o no ir. Conduce el gran proyecto apostólico.
-El es quien santifica, perfecciona a los cristianos. Su gran misión es la de santificar el alma, haciéndola a imagen de Cristo, con sus mismos sentimientos, palabras, acciones.
-El es quien alienta y dicta las palabras que es necesario decir ante el Sanedrín, procónsules o ante los gobernadores de Roma, como también en la predicación diaria.
-El que inspira las audacias apostólicas: El Espíritu Santo dijo a Felipe: acércate y ponte junto a ese carro.
-Es la fuerza de los mártires: "pero el (Esteban) lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba de pie a la diestra de Dios" (Hechos 8)
-Conduce a Pedro a la casa de Cornelio: "le dijo el Espíritu Santo, ahí tienes unos hombres que te buscan".
-El Espíritu Santo escogió a los apóstoles: "dijo el Espíritu Santo: separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado"
-Es la alegría de los perseguidos y su seguridad: "Pablo y Bernabé perseguidos se llenan de gozo y del Espíritu Santo"
-Preside las decisiones sobre el porvenir de la Iglesia naciente: "El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido no imponeros otras cargas" (Hecho 15)
-Traza la ruta de los apóstoles, los guía, los mueve y los detiene;" El Espíritu Santo les había impedido predicar la palabra en Asia". (Hecho 16)
-Dirige la acción misionera de Pablo: "solo se que en cada ciudad el Espíritu Santo me testifica que me aguardan prisiones y tribulaciones.
Que es esta efusión:
1- Es una oración de fe y no un acto sacramental.
No se trata de un sacramento. La persona se hace cristiana a través de un proceso que consiste de:
a) la conversión y la fe en Cristo
b) la recepción de los sacramentos de iniciación: bautismo, confirmación y eucaristía.
Todo aquel que ha recibido los sacramentos de iniciación cristiana ha sido hecho hijo de Dios, ha sido incorporado a Cristo muerto y resucitado, ha recibido el don del Espíritu Santo, y puede participar en la Eucaristía, banquete de la nueva alianza.
c) La efusión del Espíritu no remplaza sino que está vinculada al sacramento.
La oración por efusión del Espíritu Santo, consiste en una oración llena de fe y esperanza que la comunidad eleva a Jesús para que derrame Su Espíritu, de manera nueva y en mayor abundancia, sobre la persona por la que se pide.
Esta oración se hace generalmente mediante la imposición de las manos, la cual no es un rito sacramental, ni mágico, sino una gesto de amor fraterno, una expresión de comunión humana, un signo externo de solidaridad en la oración, con el deseo ardiente, sometido a la voluntad de Dios, de que Jesús derrame sobre nuestro hermano/a el don del Espíritu Santo que El nos ha comunicado.
2- Es una nueva misión del Espíritu Santo:
Esta nueva efusión del Espíritu Santo puede explicarse como una "misión divina", significa que surge en la criatura una relación nueva para con el Espíritu. Sabemos que, aunque estemos bautizados, necesitamos orar para que las gracias recibidas en el sacramento se aviven en nosotros. Muchos bautizados no crecen con una profunda relación con Jesús. Vemos en la vida de los santos que en algún momento en sus vidas tomaron una profunda conciencia de su fe. Un golpe de gracia que después irá creciendo por toda la vida.
La misión del Espíritu Santo: -aumento de gracia para un nuevo estado de gracia, progreso en virtud, manifestación de un carisma.
3- Es una gracia que renueva y actualiza las gracias ya recibidas.
Esta nueva efusión es una gracia que renueva, actualiza de manera existencial y pone en actividad el rico caudal de gracias que Dios ha dado a cada uno a través de los sacramentos recibidos. En unos pondrá en actividad lo recibido solo en el bautismo y en la confirmación; en otros, lo que Dios ha dado también a través de la reconciliación y la eucaristía. En otros activará la gracia matrimonial...sacerdotal, etc. También beneficia los carismas necesarios para el estado de vida.
La eficacia que tiene para reactivar el Bautismo requiere una respuesta : El hombre pone lo suyo, es decir, realiza una opción de fe, preparada en el arrepentimiento, lo cual permite que la obra de Dios sea "liberada" y desencadene toda su fuerza. La efusión es una confirmación espontánea del sacramento de la confirmación , en la que el Espíritu actúa no en virtud de la institución, sino en virtud de la libre iniciativa del Espíritu y de la disponibilidad de la persona. NO se opone a la institución sino que armoniza perfectamente con ella.
4- Es una gracia que libera de obstáculos y ataduras:
Desde el primer momento de nuestra incorporación a Cristo por los sacramentos de iniciación, poseemos el Espíritu Santo, el cual habita en nosotros en su propio Templo. Sin embargo, debido a obstáculos, heridas, barreras que voluntaria o involuntariamente ponemos, la acción del Espíritu Santo quizás no ha llegado a actuar en plenitud en nosotros.
Esta nueva efusión es una gracia que rompe la dureza de nuestro corazón, remueve las trabas, derriba los obstáculos y nos dispone para que el Espíritu actúe en nosotros con toda libertad. Son gracias de liberación, que el Espíritu Santo quiere obrar en el interior de la persona. El don de Dios llega por fin a "desatarse" y el Espíritu se difunde como perfume en la vida cristiana.
Esta efusión no es la única forma de renovar la gracia bautismal, pero si ocupa un lugar especial por el hecho de estar abierta a todo el pueblo.
5- Nueva experiencia del Espíritu Santo
Es una nueva apertura a la acción, movimientos, dirección, inspiración, del Espíritu Santo. Toda su persona, su mente, sentimientos, pensamientos y voluntad son tocados por la acción de Dios.
6- Principio de vida nueva
Se manifestarán los frutos para edificar nuestras almas y dones o carismas para edificar la iglesia.
Algunos de los frutos:
-conversión interior y transformación de vida
-luz poderosa para comprender mejor el misterio de Dios y su plan de salvación
-compromiso personal con Cristo y gozo
-apertura a la acción del Espíritu Santo
-ejercicio de las virtudes
-entrega generosa al servicio
-deseo de oración y lectura de las S. Escrituras.
-amor a los sacramentos
-devoción a la Stma. Virgen
-amor a la Iglesia
-fuerza para dar testimonio, etc.
7- Fuente de carismas y frutos del Espíritu Santo.
Beneficia al creyente en todo su ser, tocando el cuerpo, el espíritu y el alma. (1Tes 5). Es normal, que la persona, durante o después de la oración, tenga una experiencia de Dios y de Su acción con efectos sensibles: paz, gozo, curación de heridas o enfermedades, amor, reconciliación, etc.
En esta efusión se reciben los dones carismáticos, según el Espíritu Santo quiera distribuirlos: dones de alabanza, profecía, sabiduría, discernimiento de espíritus, lenguas, curación, visión, conocimiento, etc.
Estos dones deseados y discernidos llena de poder a los miembros del Cuerpo para que puedan con amor y entrega generosa ponerse al servicio de la Iglesia.
8- Inicio de un nuevo caminar con el Espíritu
Esta efusión no es sino la actualización de la vida bautismal, ya recibida anteriormente pero que se había adormecido; un nuevo caminar al impulso del Espíritu; un vivir realmente en plenitud la vida cristiana.
Todos los Papas han apoyado la Renovación en el Espíritu Santo desde que esta renovó la conciencia en la Iglesia de esta gracia. Pablo VI imploraba por este nuevo Pentecostés en la Iglesia y en cada individuo: "Una nueva efusión del don de Dios; que venga pues el Espíritu Creador a renovar la faz de la tierra". (Mayo 75). Juan Pablo II igualmente ha hablado abundantemente sobre la necesidad de recibir mas y mas las gracias del Espíritu.
9- Poder para vencer el pecado:
A través de la efusión las personas han recibido una profunda experiencia personal con Jesús y les produce un gran poder para combatir las tendencias de la carne, el pecado y el mundo.
Como se da esta efusión?
Tiene una parte secreta, misteriosa, de Dios. El actúa en cada persona de manera diferente, intima y personal y una parte perceptible: de la comunidad, que es una especie de signo. Consiste sobre todo en tres cosas: amor fraterno, imposición de manos y oración. Son elementos no sacramentales, sino simplemente eclesiales (símbolos tradicionales en la iglesia).
La imposición de manos:
puede tener dos significados: un significado de invocación y otro de consagración. En la efusión del Espíritu Santo la imposición de manos tiene solo un carácter invocatorio. Tiene también referencia a la imagen del Espíritu Santo que cubre con su sombra; recuerda también al Espíritu Santo que aleteaba sobre la superficie de las aguas .
Los otros dos elementos son, la oración y el amor fraterno:
-El amor fraterno es signo y vehículo del Espíritu Santo; el Espíritu Santo que es el Amor, encuentra en el amor fraterno su ambiente natural, su signo por excelencia. Este clima de verdadero amor para con el hermano es crucial para recibir la efusión.
-La oración se coloca en estrecha relación, en el NT, con la efusión del Espíritu Santo. "Jesús mientras estaba en oración el cielo se abrió y descendió el Espíritu Santo". La oración hizo que esto sucediera. Igual en Pentecostés, Jesús dijo: "Yo rogare al Padre y les enviara el consolador" (Jn 14)
La imposición de manos, la oración y el amor fraterno son signos sencillos, simples, pero precisamente las acciones de Dios están marcadas por la simplicidad. Simples en sus expresiones externas, pero poderosas por lo que efectúan en las almas. Simplicidad y poder.
La simplicidad debe resplandecer en todo, en los gestos, en la oración, en los medios.
La efusión sin ser un sacramento es sin embargo, un acontecimiento espiritual. Un acontecimiento, porque es algo que sucede, que deja su signo, que crea una novedad en la vida; pero un acontecimiento espiritual, o sea que acontece al espíritu, al interior de la persona, por el poder del Espíritu Santo.
El don del Espíritu Santo, que es el infinito amor de Dios no lo podemos poseer totalmente, y por esta razón, se necesita pedirlo repetidamente a través de la oración y en diversas ocasiones. Es necesario reavivarlo y reinflamarlo.