La utilización del aceite como elemento de curación y de unción está ya presente desde el Antiguo Testamento. La liturgia cristiana ha aceptado el uso del Antiguo Testamento, cuando eran ungidos con el óleo de la consagración los reyes, sacerdotes y profetas, ya que ellos prefiguraban a Cristo, cuyo nombre significa «el Ungido del Señor».

Los santos óleos son tres:

+ El Santo Crisma. La palabra “crisma” es griega y denomina un ungüento aromático mezcla de aceite de oliva (que representa la fortaleza) y bálsamo oloroso (cuyo aroma representa el suave olor de la vida cristiana). Su etimología proviene de “chrio”, ungir, que ha dado origen al término “Cristos” que significa “El Ungido”. De ahí deriva la palabra Cristo, con la que designamos al Salvador. La unción con el crisma representa la plena difusión de la gracia. Significa que los cristianos, injertados por el bautismo en el misterio pascual de Cristo, han muerto, han sido sepultados y resucitados con él, participando de su sacerdocio real y profético, y recibiendo por la confirmación la unción espiritual del Espíritu Santo, que se les da. La consagración del crisma es de competencia exclusiva del obispo, sólo en caso de necesidad podría hacerlo un presbítero pero siempre dentro de la celebración del sacramento. Los párrocos tienen la obligación de recoger y custodiar dignamente los santos óleos para su uso en los sacramentos en los que se precisan. El crisma se consagra, los otros óleos solamente se bendicen. Hay que aclarar antes de seguir que no es lo mismo bendecir (bene-dicere, o sea desear algo bueno) que consagrar (hacer sagrada una cosa). El sacerdote encargado de su custodia debe velar para que se renueve cada año. Los óleos del año anterior deben quemarse o si sobran en gran cantidad pueden consumirse en alguna lámpara. No obstante, si no hubiese disponible el del año, el sacramento impartido con él sería válido. Con este crisma son ungidos los nuevos bautizados en la coronilla tras el baño del agua. También son signados en la frente los que reciben la confirmación para significar la donación del Espíritu. En la ordenación de presbíteros y obispos se ungen las manos de los presbíteros y la cabeza de los obispos. Por último con el crisma se ungen las paredes y los altares en el rito de la consagración de iglesias.


+ El Oleo de los Catecúmenos, usado para ungir a los que están preparándose para el Bautismo. Este óleo extiende el efecto de los exorcismos, para que los bautizandos reciban la fuerza para renunciar al diablo y al pecado, antes de que se acerquen y renazcan de la fuente de la vida.

 

 

+ El Oleo de los Enfermos, comunmente se abrevia: O.I. (Oleum Infirmorum) usado en el Sacramento de la unción de los enfermos antes llamado extremaunción, éstos son aliviados en sus enfermedades. El óleo de los enfermos remedia las dolencias de alma y cuerpo de los enfermos, para que puedan soportar y vencer con fortaleza el mal, y conseguir el perdón de los pecados. No sólo está indicado para los moribundos: también es aconsejable ungir a los enfermos graves o ancianos ya muy deteriorados en susalud. Lo anterior implica que puede recibirse más de un vez, si hay mejoría y posterior agravamiento.

Según la costumbre tradicional de la liturgia latina la bendición del óleo de los enfermos se hace antes de finalizar la Plegaria eucarística; la bendición del óleo de los catecúmenos y la consagración del crisma tiene lugar después de la comunión. Por razones pastorales, se puede hacer todo el rito de la bendición después de la liturgia de la Palabra.

Hasta el 1974, cuando Pablo VI publicó el nuevo Orden para la Unción de los Enfermos, se prescribía aceite de oliva para la válida administración del sacramento. Pero ahora se permite aceite de cualquier planta en caso de necesidad. La bendición del obispo, aunque ordinariamente es requerida, puede ahora ser dicha por un sacerdote autorizado y, en caso de emergencia, por cualquier sacerdote.

Aceite de los Santos.

Es el aceite que fluye milagrosamente del cuerpo o de las reliquias de algunos santos. Por muchos siglos los fieles han utilizado estos oleos al orar por enfermos ocasionándose muchos milagros. Los mas conocidos son los oleos de:

- Sta. Walburga abadesa de Heidenheim, Bavaria. En 893 AD, se descubrió que aceite fluía en intervalos de sus reliquias.

- San Menas, Mareotis, Líbano.

- San Nicolas de Mira, cuyas reliquias en Bari exuden oleo.

- San Charbel En algunos santuarios se distribuyen oleos benditos.

¿Está permitido a los laicos utilizar el aceite bendito?

Hay que distinguir entre el uso del aceite en el sacramento, que esta reservado a los sacerdotes y el uso en la oración fuera del sacramento que tradicionalmente se permite a los laicos. En al año 2001 la Santa Sede promulgó un documento sobre la colaboración de los fieles no ordenados en el ministerio sacerdotal. Este enseña que quienes no han sido ordenados no pueden ungir con aceite para los enfermos ni con ningún otro aceite. Esto llevó a algunos a concluir que los laicos no pueden utilizar el aceite para orar de ninguna forma, ni aún fuera del uso como sacramento. Sin embargo, el obispo Sam Jacobs escribió la siguiente aclaración: "El documento en cuestión trataba el tema del sacramento de la unción de los enfermos el cual solo puede ser administrado por un sacerdote ordenado. A los laicos no ordenados no se les permite administrar este sacramento con el aceite para los enfermos ni utilizar aceite bendito para administrar el sacramento. Cuando estuve en Roma en Marzo para la visita Ad Limina, yo le pregunté al cardenal Ratzinger sobre este asunto. El me aseguró, frente a los otros obispos de la región V, que el documento solo se refería al sacramento de los enfermos y no a la antigua costumbre de laicos usando los oleos benditos, aun cuando rezan por los enfermos, mientras se haya hecho una clara distinción entre el sacramento de los enfermos y el uso sacramental, como se hace con la sal bendita, palmas, cenizas, etc.

Enlace relacionado:

+ Bendición con aceite de la Virgen de Lujan.

 

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