“MI INMACULADO CORAZÓN TRIUNFARÁ”
Madre Adela Galindo,
SCTJM
Fundadora
Solo
para uso privado -©
Palabras de Madre Adela al concluir la bendición y dedicación de
la gruta de la Virgen de Fátima en la Parroquia S. Miguel Arcangel,
Miami, FL –
Diciembre 16, 2009
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¡Qué gran fuente de amor materno se ha
abierto hoy, en la parroquia de San Miguel Arcángel, al solemnemente
dedicar y bendecir la Gruta que se ha construido a Nuestra Señora de
Fátima. Creo que podemos percibir con gratitud y reverencia, el
detalle de que esta dedicación se llevase a cabo hoy, el primer dia
de la Novena del Niño Dios. Podríamos, con gran confianza leer en
este signo, que el Señor ha querido que aquí, se le construya a su
Madre, una casita- esta gruta- preparando así, el nacimiento del
Niño.. Que hermosa Navidad celebrará esta parroquia, al haber
preparado con tanto amor y dedicación, una casita para que la Madre
del Redentor, pueda espiritualmente dar a luz al Niño en cada uno de
nuestros corazones. Que Adviento tan significativo para esta
parroquia, y para toda nuestra Arquidiócesis… le hemos construido,
como San José, una Casita, un establo para que la Madre comunique
con plena libertad y generosidad, la vida de Jesús que lleva en su
corazón y vientre materno.
En cada una de sus apariciones, las cuales son una particular
manifestación de su presencia y mediación materna, la Santísima
Virgen pide que se construya un santuario, una gruta, una casita… La
Madre siempre se ocupa de “que construyamos una casa” donde ella
pueda atraer a sus hijos a orar y a través de la oración acercarlos
mas al Corazón de Dios. En esa “casita”, Santuario o gruta, ella
quiere llevarnos a contemplar más profundamente los misterios de la
vida de Su Hijo.. por eso en cada lugar consagrado a Ella, nos
invita a rezar y meditar, con los ojos de su corazón, el Santo
Rosario. En estos lugares dedicados a Nuestra Madre, estos pequeños
Belén y Nazaret, Ella quiere nutrirnos, formarnos y moldearnos, para
que crezcamos en gracia, sabiduría y estatura espiritual y humana,
asemejándonos cada vez más a su Hijo. En sus “casitas”,
multiplicadas por todo el mundo… Ella “quien es el camino más corto,
más perfecto, mas fácil y más directo” de llegar a Cristo, como nos
enseña S. Luis M. Grignon de Montort, nos dirige con prontitud y
determinación al encuentro personal con su Hijo, en los Sacramentos.
Es en estos lugares consagrados a su Corazón Materno, donde la
Virgen Santísima, nos obtiene, como en Cana, los milagros de los
vinos que nos hacen falta.
Nuestra Madre, nos pide que construyamos “santuarios, casitas,
grutas”… como signo visible de su cuidado materno, signos que nos
revelan que su Corazón es un lugar de refugio, de descanso, de
consuelo, de protección… lugar donde Ella nos guarda y como dijese a
la Sierva de Dios, Sor Lucia, en su segunda aparición: “tu sufres
por esto? “Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te
conducirá a Dios." O como dijese a S. Juan Diego: “Deseo vivamente
que se me erija aquí un templo, para en él mostrar y dar todo mi
amor, compasión, auxilio y defensa pues yo soy vuestra piadosa
madre; para allí oír sus lamentos, y remediar todas sus miserias,
penas y dolores”… Lugares, donde ella, nos mira a nuestros ojos y
nos dice: “No estoy Yo aquí que soy tu Madre?”.
Cada gruta solemnemente dedicada a la Virgen, cada santuario, nos
recuerda la poderosa acción de Dios en la historia. Esa intervención
singular de Dios en un momento histórico, irrumpiendo en la vida de
la humanidad para recordarnos su constante búsqueda por el corazón
humano. Esta gruta, es memoria viviente, del don que recibimos de la
presencia de la Virgen en Fátima, Portugal, en 1917… es memoria
viviente de cada palabra que la Virgen, con pedagogía materna, quiso
enseñarnos, amonestarnos, dirigirnos y formarnos. Es memoria
viviente de cada llamada… de cada aviso, de cada senda trazada por
las manos inmaculadas de la Virgen. Esta gruta nos recuerda, pero
con la memoria que no solo mira el pasado como un recuerdo añorado,
sino como un presente que se actualiza por el poder de la gracia
salvífica… Esta gruta es memoria viviente de ciertas promesas del
Corazón Materno de la Virgen que fueron luz para el sendero de
Lucia, Jacinta y Francisco, y son también lámpara que ilumina
nuestros senderos: “Al Final mi Inmaculado Corazón Triunfará-
Vencerá”.
Este lema, que nos recuerda esa hermosa y realista promesa de la
Virgen, está escrito sobre esta gruta. Este lema representa la
particular gracia que en este lugar nuestra Madre alcanzará para
cada uno de nuestros corazones. Esta gruta, podríamos decir, está
dedicada a hacer una realidad viviente esta promesa… a ser lugar
particularmente consagrado para que nuestros corazones experimenten
de forma real, encarnada, el triunfo de la gracia sobre el pecado,
el triunfo del amor sobre el egoísmo, el triunfo de la luz sobre la
oscuridad, el triunfo de la verdad sobre el error… el triunfo del
orden y harmonía de Dios, sobre el desorden y la desorientación de
nuestros corazones. Aquí, vendremos muchos, con nuestras alegrías y
con nuestros sufrimientos, a los pies de Nuestra Madre y adentro de
esta gruta, vendremos con nuestras cruces, batallas, con nuestras
enfermedades, y angustias, con nuestros conflictos y grandes
dificultades… vendremos con todas las realidades de nuestra vida en
este valle de lágrimas… pero también vendremos con la confianza que
nos inspira su Corazón inmaculado y materno que nos dice, que al
final de cada una de esas situaciones, su amor vencerá, pero vencerá
si nosotros, dentro de su Corazón, nos dejamos transformar para ese
triunfo, nos dejamos dirigir por ella, para hacer de cada batalla
que libramos, de cada dificultad que enfrentamos, de cada enfermedad
que nos abate, de cada crisis económica que nos asfixia, de cada
situación o crisis familiar que nos traspasa el corazón, si, de cada
batalla, dejamos que Ella nos enseñe con su sabiduría inmaculada, a
darle a Dios un gran triunfo.
Esto es lo que significa que “al final su Inmaculado Corazón
Triunfará”: Que al final de cada una de nuestras arduas y dolorosas
luchas, damos espacio en nuestro corazón a Dios, para que la
potencia de Su Amor, dirija todas nuestras opciones, todos nuestros
caminos, todos nuestros pensamientos y sentimientos, para darle a
Dios, a su Gracia, a su Misericordia y a su Amor, un triunfo mayor.
“Al final su Inmaculado Corazón vencerá”…que poderoso y luminoso
lema lleva esta gruta, y que fuente de amor materno se ha abierto
hoy, aquí, en la parroquia de S. Miguel. Fuente abierta, en el
momento, en que Nuestro Arzobispo bendijo, dedicó esta gruta,
haciendo de ella un lugar sagrado… Se abrió una fuente cuando el
carisma petrino coronó -aquí en el corazón de Nuestra Arquidiocesis’
a la Virgen y selló con su autoridad episcopal el carisma de esta
gruta, un lugar para darle plena libertad al triunfo del Inmaculado
Corazón en nuestros corazones.
May we receive in this grotto, the grace to be more identified with
the heart of the Blessed Mother, heart, that as we heard in the
prayer of Dedication, was a wise and obedient heart… perfectly
carried out the Father´s will… was a new and gentle heart, in which
the Father was well pleased… a heart on which the law of the New
Covenant was inscribed…. An undivided a pure heart…a steadfast and
watchful hear, who endures without fear the sword of sorrow, and
awaited in faith the resurrection of Her Son. May our hearts
experience the fullness of the triumph of the Immaculate Heart by
allowing Her Maternity give birth in us, a new and pure heart.