La Maternidad Espiritual de la Santísima Virgen
y su Poder Intercesor
Madre Adela Galindo, SCTJM
Fundadora
©
Solo para uso privado
Se nos ha dado un gran anuncio que es una gran alegría. Este anuncio no
vino de parte de ángeles, o de profetas, sino por la boca del mismo
Jesucristo: tenemos una madre espiritual: La Santísima Virgen.
Como ejerce su maternidad espiritual
Esta Maternidad espiritual sobre los hombres la ejerce de varias
formas:
1. Trasmitiendo la vida divina: ella nos trasmite la vida de su Hijo.
Primero, por que la vida es Cristo, y Ella nos ha dado a Cristo, a Aquel
quien es la Vida. Además, fue la mujer asociada por excelencia al
sacrificio de Cristo que nos ganó la vida eterna, la vida divina. Por
ser la criatura que ha cooperado de una manera única y singular en la
obra de redención, es también, por designio divino, la que nos
distribuye las gracias de Cristo, y así nos alimenta, nos guía, protege,
nos ayuda a crecer en la vida de la gracia y en la vida sobrenatural a
fin de alcanzar la perfección de Cristo, de llegar a ser a la estatura
de Cristo (cfr. Ef 4,13).
• es un don tener una madre que cuida nuestra vida espiritual. A veces
damos mas atención a la vida natural que a la sobrenatural. Sin embargo,
es una realidad superior “No
temáis a los que matan el cuerpo sino el alma" (San Mateo 10, 28).
Leemos en la Constitución dogmática Lumen Gentium: María...
“concibiendo a Cristo, engendrándolo, alimentándolo, presentándolo al
Padre en el templo, padeciendo con su hijo cuando moría en la Cruz,
cooperó en forma enteramente impar, a la obra del Salvador con la
obediencia, la fe, la esperanza y la ardiente caridad con el fin de
restaurar la vida sobrenatural de las almas. Por eso es nuestra Madre en
el orden de la gracia” (Concilio Vaticano II, LG #
61).
2. Intercediendo en favor nuestro: con actos de súplica dirigida a
Cristo para obtener gracias para nosotros. Padres de la Iglesia:
omnipotencia suplicante
- Por su perfecta comunión con Cristo, ella desea lo que El desea..
- Por su fe: la fe mueve montañas. Al decir “hagan lo que El les diga”
(San Juan 2,5).
Ella expone la necesidad y deja todo lo demás a su juicio, segura de que
la solución que dé es la mejor, la mas indicada, la que lo resuelve de
manera mas conveniente. Deja al Señor el campo totalmente libre para que
haga su propia voluntad, pero es por que Ella estaba segura de que su
voluntad era lo mas perfecto que podría hacerse y lo que de verdad
resolvía el asunto. Confía en su sabiduría, en su superior conocimiento,
en su visión mas amplia y profunda de las cosas que abarca aspectos y
circunstancias que Ella podía desconocer. Expone lo que ocurre y lo deja
en sus manos. Es esta clase de fe, la que compromete a Dios con mas
fuerza que los argumentos mas astutos y contundentes. Cuando la Virgen
le habló, su hora no había llegado todavía; después de hablarle con fe
tanta fe, su hora llegó en seguida. La fe de María Santísima, empapando
aquella breve frase de tres palabras, alteró el tiempo e hizo apresurar
la hora en que el Señor descubrió su divinidad con una manifestación
extraordinaria que fortaleció y aumentó la fe de todos los discípulos.
3. Su mediación universal de las gracias
Distribuye las gracias que
Cristo nos logró con su redención y que ella nos ha alcanzado con su
intercesión. “La función maternal de María para con los hombres de
ninguna manera oscurece ni disminuye esta única mediación de Cristo,
antes bien muestra su eficacia. Porque todo el influjo salvífico de la
Bienaventurada Virgen en favor de los hombres, nace del beneplácito divino
y brota de la superabundancia de los méritos de Cristo, se apoya en su
mediación, de ella depende totalmente y de la misma saca su eficacia, y
lejos de impedirla, fomenta la unión inmediata de los creyentes con
Cristo.” (Constitución Dogmática Lumen Gentium
# 60)
4. Visitando e interviniendo en nuestras vidas, en la vida de la Iglesia
y del mundo de manera especial cuando se está en peligro de perderse, de
errar o de caer en la oscuridad.. Así como la columna de nube durante el
día, y la columna de fuego durante la noche precedía a los israelitas en
el desierto para enseñarles el camino, y nunca dejó dejó de ocupar su
lugar en frente del pueblo, la Virgen Santísima, la nueva columna descrita en
el sueño de San Juan Bosco, va delante de nosotros en tiempos de
confusión y batalla, llevándonos seguros al Corazón de Jesús y a su
Iglesia.
• apariciones: preocupación materna por las situaciones del mundo, de la
Iglesia y de los pecadores.
• no viene cuando mas la necesitamos a reavivar la fe, a regresarnos a
su Hijo?
¿CuÁndo comienza esta maternidad espiritual de María?
Desde la Anunciación, cuando la Santísima Virgen recibe el llamado para ser
la Madre del Redentor, de forma implícita y escondida, también se revela
el llamado a ser madre de todos los hombres. La Madre de la Cabeza debía
ser también la Madre del cuerpo. La Madre del Redentor, sería la Madre
de los redimidos. La Madre física de Cristo, sería la Madre espiritual
del cuerpo místico de Cristo. La Virgen Santísima al engendrar física y naturalmente a
Cristo, engendra espiritual y sobrenaturalmente a todos los miembros del
cuerpo místico de Cristo, o sea, a todo el género humano. La Cabeza como
sus místicos miembros son frutos del mismo seno, el de María; entonces,
ella es Madre del Cristo total: la cabeza y el cuerpo-fisícamente de la
Cabeza, espiritualmente de los miembros, así nos explica el Papa San Pío
X en su encíclica Ad Diem Illum Laetissimum. La maternidad espiritual de María es el
complemento de su maternidad divina.
“Por la Encarnación redentora, María ha quedado hecha no solo la Madre
de Dios en el orden físico de la naturaleza, sino también en el orden
sobrenatural de la gracia, Madre de todos los hombres”
(Pio XII en 1947)
En los Evangelios:
Vemos algunos signos de la maternidad espiritual de la Santísima Virgen sobre
los hombres (en sus dos facetas- intercesión y dispensación de las
gracias):
• En la Visitación, cuando con su presencia alcanza las gracias de
santificación para Juan Bautista y la gracia del Espíritu
Santo sobre Isabel,
logrando así el primer milagro en el orden sobrenatural.
• En Caná, su intercesión y mediación maternal logra el primer milagro
en el orden de la naturaleza.
Estos signos de su maternidad espiritual alcanzan su plena realización
en el Calvario, cuando de manera explícita, según el Evangelio de San
Juan capítulo 19, Cristo desde la Cruz se dirige al discípulo amado y en él,
a cada uno de nosotros y nos la da como Madre. “He aquí a tu Madre;
Madre he aquí a tu Hijo”(San Juan 19, 26-27). Si la maternidad espiritual de María respecto
de los hombres ya había sido delineada desde la Anunciación, en la Cruz
es establecida claramente. Las palabras de Cristo proclamaron
oficialmente y confirmaron en esa hora solemne, la maternidad espiritual
de María, que ya existía esencialmente desde la Anunciación, pero que
estaba consumándose y completándose formalmente por su dolorosísima
asociación y participación en el sacrificio redentor. En Nazaret, María
Santísima nos concibió, en el Calvario nos dió a luz.
Nos dio a luz en el dolor
Esta maternidad espiritual sobre los hombres, confirmada y completada en
la Cruz, costó a nuestra Madre grandes sufrimientos, ella nos dio a luz
con intensos dolores de parto: su Corazón fue traspasado. Nos dio a luz
viendo a su Hijo morir: su maternidad hacia nosotros es fruto del dolor.
Con el mismo fiat que acogió el anuncio del ángel, para la maternidad
divina, con ese mismo fiat, acogió el anuncio de Cristo en la Cruz, para
su maternidad espiritual. Desde ese mismo momento acoge a Juan, y en
él
a todos los hombres, como hijos... su Corazón es espiritualmente
traspasado y abierto a los hombres para siempre
Cuando el ángel le dijo: “alégrate, vas a concebir en el seno y dar a
luz un hijo”(San Lucas 1, 28-31), Ella abrió su
Corazón inmaculado para acoger con fe y
obediencia la invitación a la maternidad divina. En el segundo anuncio
de maternidad: "Cuando Jesús dijo: "Mujer, he aquí a tu hijo"
(San Juan 19,26), abrió de
una manera nueva el Corazón de la Madre. Un poco mas tarde, el soldado
traspasa el Corazón de Jesús: Con esas palabras, el Corazón de María es
abierto, para recibir a los que el Corazón traspasado de Jesús iba a
alcanzar con su poder redentor." (S.S. Juan Pablo II
en 1982). Desde la Cruz: igual que
el Corazón de Jesús quedó eternamente abierto para derramar gracias de
salvación sobre la humanidad, el Corazón de María quedó eternamente
abierto para acoger como madre a los que aceptan la redención de su
Hijo.
He aquí a tu hijo:
San Juan y cada uno de nosotros.
Al pie de la Cruz estaba María Santísima, y junto a ella San Juan. Este
apóstol (según el Magisterio de la Iglesia, de los Padres y Papas)
representa a toda la humanidad , de manera particular a los fieles, a
los que desean ser “discípulos amados”. Al pie de la Cruz, Cristo,
confía al discípulo amado y en él a todos los hombres y a la Iglesia, al
cuidado maternal de María. Para que lo que Ella ha hecho con El, lo haga
ahora con su cuerpo místico. "En Juan, el discípulo amado, cada persona
descubre que es hijo o hija de aquella que dio al mundo al Hijo de
Dios".
S.S. Juan Pablo
II escribe en la encíclica Madre del Redentor # 45 : "La maternidad en el orden de la gracia
igual que en el orden natural caracteriza la unión de la madre con
el
hijo. En esta luz se hace mas comprensible el hecho que, en el
testamento de Cristo en el Gólgota, la nueva maternidad de su madre haya
sido expresada en singular, refiriéndose a un hombre:
"Ahí tienes a tu
hijo" (San Juan 19, 26). En estas mismas palabras esta indicado el motivo de la dimensión
mariana de la vida de los discípulos de Cristo; no solo de Juan, sino de
todo cristiano. El Redentor confía su madre al discípulo y al mismo
tiempo, se le da como madre. La maternidad de María, que se convierte en
herencia del hombre, es un don: un don que Cristo mismo hace
personalmente a cada hombre”
La maternidad de María según el Siervo de Dios Juan Pablo
II:
• Es el deseo expreso de Cristo, su testamento final.
• Es universal y personal. Ella es Madre de la Iglesia, y madre de cada
miembro. Cada uno de nosotros debe entrar en una relación personal con
ella, de Madre e hijo. Quiere que seamos hijos, relación íntima, la que
Cristo mismo tuvo con Ella. Ser extensión del amor de Cristo hacia su
Madre. Amarla como El la ama.
• Es un don de Cristo a cada uno. Cada discípulo
debe tener una dimensión mariana en su vida.
• La misión maternal de María debe ser acogida por cada uno. Este es el
significado profundo del escudo papal. “El discípulo la acogió en su
casa” (San Juan 19, 27), en su corazón. Respondió al don de Cristo. La hizo partícipe
de su vida, problemas, de su vida espiritual, de sus decisiones, de su
vida física. "Y ya que María fue dada como Madre personalmente a
él,
el discípulo responde con con "la entrega". La entrega es la respuesta
al amor de una persona, y, en concreto al amor de la madre. "Entregándose
filialmente a María, el cristiano, como el apóstol Juan, introduce a
María en todo el espacio de su vida interior, es decir, en su yo humano
y cristiano".
• Cristo nos confía, nos entrega, nos consagra al cuidado maternal de su
Madre, por que sabe que lo necesitamos, para desarrollarnos en la vida
de perfección y para defendernos en la batalla contra el demonio.
• Esta maternidad tiene efectos reales en nuestras vidas: participa en
la transmisión de la vida espiritual, de la restauración de las almas.
Tiene la misión de guiarnos, protegernos, educarnos, formarnos y velar
por nuestras necesidades. Por ser nuestra Madre, es la poderosa
intercesora y la mediadora de las gracias.
Su maternidad después de la Cruz
Si toda la vida terrena de María, fue marcada por la solicitud maternal
hacia su Hijo, y hacia los hombres, con mucha mas fuerza lo sería desde
el momento de la Cruz, cuando esta maternidad es completada y
confirmada, y del Corazón traspasado de Su Hijo, nace la Iglesia, el
Cuerpo Místico de su Hijo. Tendría que hacer con la Iglesia, lo que hizo
con su Hijo.
A partir de ese momento su Corazón maternal se volcará hacia la Iglesia
naciente. Será una verdadera madre para el cuerpo místico de su Hijo:
estará con ellos con su oración, con su solicitud y diligencia maternal,
con sus intervenciones y visitaciones, con su generosidad y su súplica
poderosa, con su constante y amorosa presencia. Ella intercederá e
intervendrá ante todas y las diversas necesidades de sus hijos. Saldrá
al encuentro de las necesidades del hombre, atrayendo, con su oración,
su mediación y presencia maternal, la acción salvífica y el poder
salvífico de Cristo.
Su maternidad es en sí misma una mediación, por eso el Siervo de Dios
Juan Pablo II le llama
“mediación maternal”. “María se pone entre su Hijo y los hombres en la
realidad de sus privaciones, indigencias y sufrimientos. Se pone en
medio, o sea hace de medidora no como una persona extraña o simple
observadora, sino en su papel de Madre, consciente de que como tal
puede -mas bien- tiene derecho de, hacer presente a su Hijo las
necesidades de los hombres. Su mediación por lo tanto, tiene un carácter
de intercesión: ella intercede por los hombres y también como madre
desea que se manifieste el poder salvífico de Cristo.”
• Si Cristo la llamó a ser madre de todos, no solo le dio deberes sino
también derechos de madre: pedir, alimentar, hacer crecer, proteger,
enseñar, formar, etc.
• Su intercesión tiene doble faceta: el bien del hombre y la
manifestación del poder salvífico de su Hijo.
¿No es esto acaso lo que se reveló en Caná?
Después de la Asunción.
“Esta maternidad de María perdura sin cesar en la economía de la gracia
desde el momento en que prestó fiel asentimiento a la Anunciación, y lo
mantuvo sin vacilación al pie de la cruz hasta la consumación perfecta
de todos los elegidos. Pues una vez asunta a los cielos, no dejó su
oficio salvador, sino que continúa alcanzándonos por su múltiple
intercesión los dones de la salvación eterna. Con amor maternal cuida de
los hermanos de su Hijo que peregrinan, se debaten entre peligros y
angustias y luchan contra el pecado hasta que sean llevados a la patria
feliz. “ (Constitución Dogmática Lumen Gentium
# 62)
• Perdura sin cesar hasta la consumación perfecta de todos los elegidos.
Por lo tanto, hasta el fin de los tiempos. Ver a Cristo formado en
nuestros corazones, ver que vivamos en Cristo y con la vida de Cristo.
Es su misión llevarnos con su intercesión y mediación maternal hasta el
cielo. Que dolor para Ella, no ver en muchas almas, a Cristo y su vida
divina en ellos. Si San Pablo en Gálatas 4, 19 dice: "hijos míos ¡por quienes
sufro dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros”, como lo
podrá decir Ella quien como Madre espiritual está supuesta a dar a luz a
Cristo en nuestros corazones?.
• Ella introduce a los hombres a Cristo y Cristo a los hombres:
pastores, reyes magos, Simeón y Ana, los esposos de Caná y servidores,
los primeros discípulos, la Iglesia.
• En el cielo, no se ha olvidado de nosotros, vive intercediendo e
interviniendo en la vida de cada uno y en la vida de la iglesia. Con
mayor razón es poderosa María en su intercesión después de la Asunción,
después de haber entrado en el cielo en cuerpo y alma, y haber sido
coronada como Reina de cielos y tierra.
• Con amor maternal cuida de los que peregrinamos entre peligros y
angustias. Por ser madre está implicada en nuestras vidas, y en la vida
de la Iglesia.
Implicada en la historia de cada uno y en la de la Iglesia:
Cada uno de nosotros puede testificar la maternidad espiritual de la Satísima Virgen
en nuestras vidas. En cuantas ocaciones y momentos hemos experimentado
la presencia de nuestra madre, la respuesta a nuestras súplicas, su
intervencion librándonos de peligros. No acabaríamos nunca. Los libros
de los santos y santas, están llenos de sus experiencias con la Santísima Virgen.
• Experimentamos su protección.
• Somos librados de tentaciones con la presencia de Maria.
• Protegidos fisicamente.
• Restauradas las familias con el rezo del Santo Rosario
• En la soledad se ha sentido su amor maternal.
• Ante los ataques del demonio, su mirada misericordiosa los ha cesado.
• En el sufrimiento, recibiendo consuelo.
• En nuestra frialdad, hemos recibido su ternura.
Por algo decía San Bernardo: “Hay que recurrir a Maria en todas las
necesidades de alma y cuerpo, en todos los tiempos, lugares y cosas con
gran sencillez, confianza y ternura. En las dudas, para que nos
ilumine; en los extravios, para volver al buen camino; en las
tentaciones, para que nos sontenga; en las debilidades, para que nos
fortifique; en las caidas, para que nos levante; en los desalientos,
para que nos infunda nuevos animos; en los escrúpulos, para que los
disipe; en las cruces, trabajos y contratiempos de la vida, para que nos
consuele". Siempre y en todo recurriendo a María como Madre
cariñosa y llena de ternura.
El Siervo de Dios Juan Pablo II, recurría constantemente, de manera personal y como pastor
de la Iglesia, al cuidado maternal de la Virgen Santísima. No hay ni un solo suceso,
ni una sola carta, ni una aloución, ni un ministerio que el no confíe
al cuidado de la Virgen Santísima. El atribuye a la Santísima Virgen su protección del
atentado. “Una mano disparó y otra mano dirigió la bala”. Es esa bala,
la que está hoy en la corona de la imagen de la Virgen en Fátima.
Involucrada en la historia de la Iglesia y del mundo:
“A ti suplicamos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas”.
“Como Madre de la Iglesia, María, elevada al cielo y coronada, no deja
de estar implicada en la historia de la Iglesia, que es la historia entre
el bien y el mal.” (S.S. Juan Pablo II el 18 de agosto 1995)
En el libro del Apocalipsis capítulo 12: se nos presenta María en sus dos
maternidades: Madre de Jesús y Madre de los creyentes. Aparece la mujer
vestida del sol, con la luna bajo los pies y una corona de doce
estrellas en su cabeza,y con dolores de parto queriendo dar a luz.
Aparece también el dragón. Cuando la oscuridad del demonio quiere
invadir la tierra, aparece nuestra Señora para defender a sus hijos
trayendo la luz de Cristo. En el panorama, ya no solo está el demonio,
sino la Virgen María, Madre de Cristo y nuestra que viene, aparece,
visita, para protegernos, guiarnos, iluminarnos y enseñarnos el camino
opuesto al ofrecido por el demonio. Su maternidad no solo nos nutre con
la vida de Cristo, sino que nos defiende del enemigo de Cristo. Ella en
su maternidad está situada en el centro mismo de aquella “enemistad” de
aquella lucha que acompaña la historia de la humanidad en la tierra y la
historia misma de la salvación... En esta historia María, sigue siendo
una señal de esperanza futura (Redemptoris Mater # 11) porque tenemos una Madre.
• Defiende a su Hijo de ser devorado por el dragón.
• Defiende al resto de sus hijos, a quienes el demonio feroz quiere
destruir.
“La gran señal que apareció en el cielo vestida del sol: revestida de la
luz de Cristo. Con la luna bajo sus pies (luna que simboliza el tiempo,
bajo sus pies. Ella tiene autoridad, ejerce dominio sobre el tiempo, es
su patrona. Ella aunque vivió en el tiempo, es superior a las
vicisitudes del tiempo y no es condicionada por el. O sea, tiene el
poder dado por Dios, para aplastar las batallas que se dan en la
historia, en los tiempos específicos). Coronada: participe del poder
real de su Hijo (Ella es reina de cielos y tierra). Con doce estrellas:
simboliza el triunfo de la Iglesia en María.
Cuando la Iglesia, camina por el desierto, entre grandes batallas, mas
presente se hace la Santísima Virgen que viene a
proteger a sus hijos. También, entre mas ardua es la batalla, los hijos
recurren a la Madre, como ha sido siempre el testimonio de la Iglesia.
Desde el siglo III: “Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes
bien, líbranos de todo peligro, oh Virgen, gloriosa y bendita”. "la
experiencia de los fieles ve a la Madre de Dios como a la que esta, de
manera especial unida a la Iglesia en los momentos mas difíciles de su
historia, cuando los ataques hacia ella se hacen cada vez mas
amenazadores. Esto esta en plena concordancia con las visión de la mujer
revelada en Génesis y en el Apocalipsis. Precisamente en los periodos en
que Cristo, y por lo tanto su Iglesia, son el signo de implacable
contradicción, María aparece particularmente cercana a la Iglesia,
porque la Iglesia será siempre el Cuerpo místico de Su Hijo. En estos
periodos de la historia, surge la particular necesidad de confiarse,
consagrarse a María. Dios Padre confió a su único Hijo a la humanidad.
La criatura humana a quien El le confió primero a su Hijo, fue María. Y
hasta el fin de los tiempos ella permanecerá como a la que Dios confía
su misterio de Salvación en favor de los hombres". (S.S. Juan Pablo II
en 1976 a Pablo
VI)
Tenemos 2000 años de historia donde hemos visto muchas veces la
intervención de la Santísima Virgen en situaciones claves de la vida de la Iglesia y
del mundo. Ella interviniendo como Madre y Reina en la historia del
mundo. En Fatima la Virgen trajo un detalle particular en su vestido:
una estrella. Nos quiso recordar su misión poderosa de intercesora.
Ester significa estrella: Ella es la nueva Ester que se presenta ante el
Rey intercediendo por el pueblo. Recordemos la historia de Ester:
-Aman enemigo de los Judios, logra que el rey le de el consentimiento de
exterminio.
-El día trece del mes: se da el decreto de exterminio.
-Reunirse a ayunar y a hacer penitencia.
-Se presenta con su belleza ante el Rey.
-Pide la liberacion de su pueblo de sus enemigos que quieren
aniquilarles.
-Logra el favor del Rey, quien reversa toda la acción del enemigo hacia
el mismo.
“El realismo de la lucha que continúa en la historia, pone de relieve
también, la perspectiva de la victoria definitiva por obra de la mujer,
de María, que es nuestra abogada y aliada potente de todas las naciones
de la tierra.”
Algunos ejemplos:
-El Pilar: en el año 40, se apareció en España al apóstol Santiago, para
animarlo en la campaña de Evangelización de ese país, la cual Santiago
creía no tener mucho éxito. La Virgen Santísima, deja un Pilar con una pequeña estatua
como prueba de su presencia. Pilar, porque Ella siempre intervendrá para
sostener y apoyar nuestra fe. Le manda a construir una capilla y así se
convierte en la primera iglesia dedicada a la Virgen Santísima en la era cristiana. De
la fe que España recibe, hemos nosotros recibido.
-Covadonga: vemos la intervención de la Virgen en la reconquista de
España que comienza en la montaña de Covadonga de las manos de los
moros. En esa cueva la Virgen se aparece y anima a la batalla, logrando así
la victoria y el establecimiento del cristianismo de nuevo en España.
Vemos a la Virgen intervenir en la misión de la Iglesia en la expansión
del Reino.
-Guadalupe: En 1531, cuando la evangelización de los indios parecía
imposible para los misioneros españoles, se aparece la Virgen, como
mediadora de unidad entre ellos, utilizando como madre todo aquello que
podría llegar al corazón de los indios, y apoyar la autoridad espiritual
de los misioneros y del obispo. Ella, logra la evangelización de 3000
millones de indios, revelando su maternidad espiritual.
-Santo Domingo: logra la conversión de los albigenses, herejes, a
través del Santo Rosario dado por la Virgen como medio eficaz contra las
herejías.
-Lepanto: En el siglo XVI, los mahometanos estaban invadiendo a Europa
donde imponían a fuerza su religión y destruían el cristianismo.
Amenazaban invadir Roma, y el Papa Pío V, convoco a los católicos para
defender la religión. Se formo un ejercito y fueron en busca del
enemigo. El 7 de Octubre de 1572, se encontraron los dos ejército en el
golfo de Lepanto. Ellos tenían 282 barcos y 88000 soldados. Los
cristianos mucho mas inferior en numero. Antes de empezar la batalla, se
confesaron, tuvieron Misa y rezaron el Rosario y entonaron un canto a la
Madre de Dios. Al principio la batalla era desfavorable para los
cristianos, pues el viento corría en forma contraria y detenía sus
barcos. Entonces, el Papa con una gran multitud de fieles empezó a
recorrer las calles de Roma rezando el Rosario. De forma milagrosa, el
viento cambio de rumbo batió las velas de los barcos y los empujo con
fuerza contra los enemigos, alcanzando la victoria. Por ello, el día 7
de octubre es el día del Rosario.
-Napoleón: sabemos que por intervención de María Auxiliadora, el Papa
Pío VII, quien había sido apresado por Napoleón, regreso a Roma el 24 de
mayo de 1814, y también por Ella fue derrotado el ejercito de Napoleón y
termino este en prisión hasta el resto de sus días.
-Fátima: la Virgen pide la consagración de Rusia para evitar que se
propaguen sus errores. Viene a querer intervenir en el futuro peligroso
que se perfila en el mundo y da los remedios: penitencia, rosario y
consagración.
-Iroshima: 6 de agosto de 1945 un grupo de sacerdotes jesuitas rezaban el
Santo Rosario, mientras cae la bomba sin causarles algun daño.
-La firma del tratado de Paz en Japón al final de la
Segunda Guerra Mundial,
fue en agosto 15 de 1945. Seis años mas tarde en septiembre 8 de 1951, firma un
tratado mas formal.
-Austria:
70.000 personas se comprometen a rezar el Rosario por 7 años.
El 13 de mayo de 1955 los soviéticos salieron del país.
-Brasil: en 1962 los comunistas tomaron el poder, organizaron un rezo y
precesión del Rosario, 600 mil mujeres por las calles rezando el rosario
y 21 días después, salio el comunismo del país.
-Filipinas: 1986, año mariano local. Gran confrontación del ejercito con
el pueblo, iban a ametrallar a la masa de gente, y se aparece una bella
señora, la describen los guardias como una religiosa, que les dijo:
“¿porque quieren asesinar a mis hijos?”. La guardia bajo sus armas y vino
la liberación de Filipinas. El Cardenal Sin ha abiertamente proclamado
que esta victoria fue obra de la Virgen Santísima.
-Después de la consagración del mundo en el año 1984 y del año mariano de
1987,
viene la caída pacifica del comunismo en Europa. El Santo Padre, ha
dicho que el Año Mariano, fuera una anticipación del jubileo,
incluyendo en si mucho de lo que se deberá expresar plenamente en el año
2000.
-Santo Padre:
su atentado ocurre el día 13 de Mayo de 1981
día de la Virgen de
Fátima. El Santo Padre públicamente ha proclamado que su vida fue
protegida directamente por la intervención de la Santísima Virgen y que los
mensajes de Fátima parecen, con el fin del siglo, acercarse a su
cumplimiento.
-La firma en Washington del Tratado de regulación de las armas nucleares
de rango intermedio fue en diciembre 8 de 1987.
-En enero 1de 1990 cae la muralla de Berlín
-En agosto 22 de 1991, muere el partido comunista en Rusia. La disolución
de la Unión Soviética y la creación de una nueva nación fue en diciembre 8
de
1991.
Tristemente, las intervenciones de nuestra Madre en los acontecimientos
del mundo, no son apreciadas ni reconocidas, se ven meramente como
resultado de esfuerzos humanos.
La Iglesia del Nuevo Mundo caracterizada por la maternidad espiritual de
la Santídima Virgen:
“Deseo vivamente que se me erija aquí un templo, para mostrar y prodigar
en el todo mi amor, mi compasión, mi ayuda y mi defensa. Yo soy su
piadosa Madre, de ti y de todos los moradores de esta tierra y de los
demás devotos míos que me invoquen y en mí confíen” (La Virgen a Juan
Diego en Guadalupe)
La Virgen afirma claramente que es Nuestra Madre, con una maternidad
universal, y expone los actos maternales de su Corazón: amar,
compadecerse, ayudar, defender, tener piedad. Le pide la construcción
de un templo, pero no para exhibirse ella misma o pretender honores,
sino para oír allí los lamentos de sus hijos y remediar todas su
miserias, penas y dolores, para ejercer en estos santuarios, de forma
no exclusiva, pero si especial, su misión de Madre en favor de todos los
hombres.
Santuarios: Nuevos Cana
En la cuarta aparición la Virgen le abre a Juan Diego todo su Corazón de
madre, y le habla con expresiones llenas de afecto maternal: “Oye y ten
entendido, hijo mío el mas pequeño, que es nada lo que te asusta. No se
turbe tu corazón. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi
sombra? ¿No soy tu fuente de vida? ¿No estás, por ventura en mi regazo?
Que nada te aflija”.
-Bajo su sombra: nos protege del sol o de la lluvia.
-Fuente de vida: ella es Madre en el orden de la gracia, que contribuye
en nuestra vida sobrenatural. “vida, dulzura y esperanza nuestra”
-En su regazo: en la cavidad de su manto, guardados, abrigados,
protegidos.
No está la historia de la Iglesia en Latinoamerica llena de la presencia
Maternal de la Virgen. Todas las advocaciones que veneramos en nuestros
países no son el fruto de una intervención de la Virgen en la vida de
nuestros pueblos?.
América es el continente de María, el continente que ha conocido bien de
cerca la maternidad espiritual de María. Nunca renunciemos a tan gran
elección. ¿Continente de la Esperanza? Será por que en el centro de
nuestra vida espiritual, de nuestra cultura, de nuestra Iglesia está la
Santísima Virgen. Situada en el centro mismo de aquella “enemistad” de
aquella lucha que acompaña la historia de la humanidad en la tierra y la
historia misma de la salvación... En esta historia María, sigue siendo
una señal de esperanza futura. (Carta Encíclica Redemptoris Mater # 11), porque tenemos una Madre.
Que la maternal intercesión de María, Madre del Redentor y del amor
hermoso, sea la estrella que nos guíe
con seguridad los pasos de los cristianos al encuentro del Señor”
(Carta ApostólicaTertio
Millennio Adveniente # 59)
Confiar en su intercesión
Debemos recurrir a ella e invocarla en toda necesidad espiritual y
material, completamente seguros que seremos siempre acogidos,
escuchados, y nos alcanzará gracia necesaria y en plena coherencia con
la voluntad de su Hijo.
1. Sabe lo que necesitamos: por que nos ve en Dios. Desde la gloria vive
para velar por sus hijos.
2. Puede concedernos su ayuda: nos logra con una plegaria que Dios de
una orden.
3. Quiere ayudarnos: por que nos ama, por que es nuestra Madre.
Características de la Intercesión de María
El Magnificat: oración de alabanza, en la que su Corazón se desborda de
afectos, en palabras de agradecimiento, en expresiones de jubilosa
admiración por la grandeza divina y por las obras de Dios. En Caná en
cambio, la Virgen hace oración de suplica.
Es una intercesion de apenas 3 palabras: No tienen vino (San Juan 2,3 ). Sin embargo, en
esa brevedad se nos revela una profundidad sobre las características de
la súplica de la Virgen a su Hijo, que merece ser puesta de relieve:
1. Sencillez: exposición de la necesidad, pero con la simplicidad de un
niño. Los niños mas que pedir, exponen, y no es necesario mas porque la
compenetración es tan grande que los padres saben perfectamente todo lo
que la frase del niño encierra, y es mas clara que un largo discurso.
Siendo la Virgen, la criatura perfecta, su oración es la mas
perfecta de las oraciones, la mejor hecha, la que reúe todas la
cualidades en su máxima profundidad.
La sencillez revela los sentimientos mas íntimos.
2. La humildad:
gramaticalmente hablando, la Virgen no hace una petición,
sino que expone una necesidad. Es evidente que que se dirige a su Hijo
queriendo que el remedie la necesidad que expone. La delicadeza con que
se dirige a Jesús, su manera sencilla de insinuar la necesidad, nos
muestra con claridad donde ella se coloca: es su Hijo pero es Dios, era
Dios pero ella es su Madre.
Su humildad le permite dar el tono y el matiz preciso a su oración,
dandole fuerza y al mismo tiempo, no pedir nada. Muestra su dependencia
de Él. Solo el humilde percibe hasta que punto esta necesitado de Dios,
y este reconocimiento de su nada y de su necesidad es a lo que Dios
responde."Ha mirado la humillación de su esclava, desde ahora me
llamarán bienaventurada”.
3. La fe en su Hijo: “Hagan lo que Él les diga” ( San
Juan 2,5)
Era su Madre, lo había acunado en sus brazos, y con todo, se abstiene de
indicarle lo que debe hacer. Expone la necesidad y deja todo lo demás a
su juicio, segura de que la solución que dé al problema, es la mejor, la
m'as indiciada, la que lo resuelve de manera mas conveniente. Deja al
Señor el campo totalmente libre para que haga su propia voluntad, pero
es que porque Ella estaba segura de que su voluntad era lo mas perfecto
que podría hacerse y lo que de verdad resolvía el asunto. Confía en su
sabiduría, en su superior conocimiento, en su visión más amplia y
profunda de las cosas que abarca aspectos y circunstancias que Ella
podía desconocer. Expone lo que ocurre y lo deja en sus manos.
Es esta clase de fe, la que compromete a Dios con mas fuerza que los
argumentos mas astutos y contundentes. Cuando la Virgen le habló, su
hora no había llegado todavía; después de hablarle con fe tanta fe, su
hora llegó en seguida. La fe de María Santísima empapando aquella breve
frase de tres palabras, alteró el tiempo e hizo apresurar la hora en que
el Señor descubrió su divinidad con una manifestación extraordinaria que
fortaleció y aumentó la fe de todos los discípulos.