Propósito de Nuestras
Peregrinaciones
El apostolado de las
peregrinaciones, es uno de los medios
a través del cual
las Siervas de los Corazones Traspasados de
Jesús y María,
nos disponemos a
llevar a
muchos corazones a descubrir, conocer y amar
los Tesoros de la Iglesia, profundizando en el
don y a la vez, descubriendo nuestra
responsabilidad de atesorarlos. Las
peregrinaciones son también una oportunidad de
compartir y transmitir el carisma que Dios ha
confiado a nuestra Familia espiritual. Se
convierten en una escuela ambulante de formación
y profundización en nuestra identidad y
misión.
Nuestra peregrinaciones son hechas en un
ambiente de familia espiritual, es por ello que
no son anunciadas en medios públicos, y por lo
que se requiere de los participantes un
compromiso de fe, adhesión de corazón a la
Iglesia y la disponibilidad propia para caminar
juntos en la senda espiritual, formativa y
familiar que cada peregrinación traza ante
nosotros.
Nuestras peregrinaciones
nacieron por un impulso del Espíritu a nuestra
Congregación. Tienen una fisonomía muy clara
desde su origen, un propósito muy definido y una
forma particular de llevarse a cabo que revela
en todas sus dimensiones, nuestro carisma y
visión. Las peregrinaciones son un apostolado,
no un negocio para nosotras, por lo tanto, todo
el espíritu debe ser coherente con el propósito
por el cuál se hace esta Peregrinación: crecer
en el amor a los Corazones Traspasados de Jesús
y María, en el amor y fidelidad filial a la
Santa Madre Iglesia y en el conocimiento de sus
tesoros (santos, santuarios, reliquias,
espiritualidades) y de manera particular
profundizar en una elemento fundamental del
carisma de esta Familia.
Cada
año
elegimos
un recorrido con un tema
fundamental
que marca un mapa espiritual para nuestras
peregrinaciones. Los Lugares Santos y la
formación que se imparte en ellos, nos llevan a
contemplar, ponderar, profundizar y palpar los
tesoros del Magisterio de la Iglesia y las
gracias que se comunican a través de peregrinar
a estos lugares. Caminamos juntos como familia la
senda espiritual y formativa que nos marcan
estos lugares santos.
Nuestras peregrinaciones, como toda nuestra vida
y apostolados, se basan en cuatro corrientes
espirituales y fundamentales, que fluyen en una
sola: Eucarística, Mariana, abierta al poder y
carismas del Espíritu Santo, y en el corazón de
la Iglesia. Peregrinamos juntos con un solo corazón y una sola mente: en lazos de caridad
fraterna, edificando la senda con comunión de
corazones.
Todo se prepara en espíritu de oración
Con muchas horas de amor,
atención, dedicación y trabajo, preparamos estas
peregrinaciones. Cada detalle, según nuestras
posibilidades, es atendido y preparado. No solo
los detalles prácticos, organizativos, sino que
todo es preparado con mucha oración
y
sacrificios, con fidelidad a todo lo que
discernimos ser el propósito específico de cada
peregrinación, su razón de ser y su meta. Con
todo el corazón
y en oración, se preparan todos
los
detalles
espirituales como organizativos,
para las
peregrinaciones.
Pedimos
a los
que
peregrinan con nuestra familia,
que
atesoren y
guarden en su corazón, como la Virgen, todo lo
que se les provee para dirigir sus corazones
hacia el propósito espiritual de la
peregrinación: el libro que contiene tantos
tesoros, las indicaciones, las reflexiones,
enseñanzas, oraciones en común… etc. Sobre todo
la participación diaria en
familia
de la Santa Misa. También, pedimos que
tengan la disposición
de peregrinar en forma
que construyamos juntos
un ambiente
espiritual, ordenado,
sano,
estructurado y familiar.
Espíritu de la Peregrinación
El itinerario se diseña
de acuerdo al
propósito para cada peregrinación. En cada
peregrinación queremos caminar juntos hacia la
Casa y la Escuela de los Corazones de Jesús Y
María. Entrar
en
los misterios de amor del
Corazón de
Cristo a través del Corazón Materno de María
para ser testigos del triunfo del Amor en
nuestro momento histórico. Ser testigos del
amor, es el llamado particular de la Iglesia del
Tercer Milenio,
gracias que se nos concede
a través de la mediación materna
de la Santísima Virgen: ¡Totus Tuus!! El
propósito de la peregrinación es adentrarnos en
los tesoros de la Iglesia, abriendo nuestros
corazones a una profunda experiencia de conversión,
maduración y solidez en nuestra idenditad
católica y lanzarnos con
nuevo
ímpetu
apostólico a cumplir la misión que el Señor tiene
para cada uno de nosotros, comprometiéndonos en la Nueva Evangelización del
Mundo.
En espíritu de familia,
en unidad y alegría,
peregrinamos juntos, enlazando nuestros
corazones como un rosario viviente. El
peregrinar en comunidad, conlleva grandes
bendiciones, pero éstas requieren opciones de
amor y sacrificio por el bien común. Lo
importante será lo que el Señor nos enseñe en
cada lugar, la recepción a todas las gracias y
enseñanzas, y la responsabilidad personal de
asimilarlas y hacerlas crecer. Lo más
importante no es cuanto veamos o hagamos, sino
que se dé el fruto máximo y mayor, en nuestros
corazones.
Este fruto se dará a través de un camino de
oración, de servicio, cooperación con Dios y con
los hermanos, la meditación
y estudio de
las Sagradas Escrituras,
Tradición y Magisterio de la Iglesia y bajo
la dirección y formación de las Siervas de los
Corazones Traspasados de Jesús y María. Cada peregrinación es hecha con un propósito
espiritual específico y pedimos que los que se
sienten llamados a participar, se preparen
adecuadamente para que este propósito pueda
llevarse a cabo.
Diariamente celebramos la Santa
Misa, la Liturgia de las Horas y rezamos el
Santo Rosario. Durante la peregrinación tenemos
momentos de Adoración Eucarística y también,
tiempos de orar los unos por los otros. Hay
momentos de silencio y
de recogerse en profunda
oración. Tambien,
momentos específicos de reflexiones y
enseñanzas, como tambien, tiempo de gozarnos como familia y celebrar el don de caminar
juntos en esta peregrinación.
En todo abrirnos a las gracias
del Espíritu que nos quiere
transformar en imágenes vivientes del amor de
los Corazones Traspasados de Jesús y María