DOMINGO
IX DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA
LECTURA
Recuerda
que fuiste esclavo en Egipto
Lectura del libro del Deuteronomio
55,12-15
Así dice el Señor:
- «Guarda el día del sábado, santificándolo, como el Señor, tu Dios, te ha
mandado.
Durante seis días
puedes trabajar y hacer tus tareas; pero el día séptimo es día de descanso,
dedicado al Señor, tu Dios. No haréis trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni
tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu buey, ni tu asno, ni tu ganado, ni
el forastero que resida en tus ciudades, para que descansen como tú el esclavo
y la esclava.
Recuerda que fuiste esclavo en Egipto, y que te sacó de allí el Señor, tu
Dios, con mano fuerte y con brazo extendido. Por eso te manda el Señor, tu
Dios, guardar el día del sábado.»
Palabra de Dios.
Salmo
responsorial
Sal 80, 3-4. 5-6ab. 6c-8a. 10- 11 ab (.W.: 2a)
Aclamad a Dios, nuestra fuerza.
Acompañad, tocad los panderos, las
cítaras templadas y las arpas; tocad la trompeta por la luna nueva, por la luna
llena, que es nuestra fiesta.
Porque es una ley de Israel, un
precepto del Dios de Jacob, una norma establecida para José al salir de
Egipto.
Oigo un lenguaje desconocido: «Retiré
sus hombros de la carga, y sus manos dejaron la espuerta; clamaste en la
aflicción, y te libré.
No tendrás un dios extraño, no
adorarás un dios extranjero; yo soy el Señor, Dios tuyo, que te saqué del
país de Egipto.
SEGUNDA
LECTURA
La
vida de Jesús se manifiesta en nuestro cuerpo
Lectura de la segunda carta del
apóstol san Pablo a los Corintios 49 6-11
Hermanos:
El Dios que dijo:
«Brille la luz del seno de la tiniebla» ha brillado en nuestros corazones,
para que nosotros iluminemos, dando a conocer la gloria de Dios, reflejada en
Cristo.
Este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan
extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros.
Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no
desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan;
en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús;
para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.
Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús;
para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
Palabra de Dios.
Aleluya cf.
Jn 17, 17b.a
Tu
palabra, Señor, es verdad; conságranos en la verdad.
EVANGELIO
El
Hijo del hombre es señor también del sábado
Lectura del santo
evangelio según san Marcos 2, 23-3, 6
Un sábado, atravesaba
el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando
espigas. Los fariseos le dijeron:
- «Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?»
Él les respondió: - «¿No
habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron
faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote
Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes,
y les dio también a sus compañeros.» Y
añadió:
- «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que
el Hijo del hombre es señor también del sábado.»
Entró otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un
brazo.
Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo.
Jesús le dijo al que tenía la
parálisis: - «Levántate y ponte
ahí en medio.»
Y a ellos les preguntó: - «¿Qué
está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a
un hombre o dejarlo, morir?» Se
quedaron callados.
Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le, dijo al
hombre:
- «Extiende el brazo.» Lo
extendió y quedó restablecido.
En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los
herodianos el modo de acabar con él.
Palabra de Dios.
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los Corazones Traspasados de Jesús y María.
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