MIÉRCOLES PRIMERO DE ADVIENTO,
Liturgia de las horas
PRIMERA LECTURA
Del Libro del Profeta Isaías 5, 1-7
SEGUNDA LECTURA
De los Sermones de
San Bernardo, Abad
(Sermón 5 en el Adviento del Señor, 1-3: Opera omnia, Edición
Cisterciense, 4, 1966, 188-190)
Vendrá a nosotros el Verbo de Dios
Conocemos
tres venidas del Señor. Además de la primera y de la última, hay una
venida intermedia. Aquellas son visibles, pero ésta no. En la primera el
Señor se manifestó en la tierra y vivió entre los
hombres, cuando --como él mismo dice-- lo vieron y lo odiaron. En la
última contemplarán todos la salvación que Dios nos envía y mirarán a
quien traspasaron. La venida intermedia es oculta, sólo la ven los
elegidos, en sí mismos, y gracias a ella reciben la salvación. En la
primera el Señor vino revestido de la debilidad de la carne, en esta
venida intermedia viene espiritualmente, manifestando la fuerza de su
gracia; en la última vendrá en el esplendor de su gloria.
Esta
venida intermedia es como un camino que conduce de la primera a la
última. EN la primera Cristo fue nuestra redención; en al última se
manifestará como nuestra vida; en esta venida intermedia es nuestro
descanso y nuestro consuelo.
Pero,
para que no pienses que estas cosas que decimos sobre la venida
intermedia son invención nuestra, oye al mismo Señor: El que me ama
guardará mi palabra; mi Padre lo amará y vendremos a fijar en él nuestra
morada. He leído también en otra parte: El que teme al Señor
obrará bien. Pero veo que se dice aún algo más acerca del que ama a
Dios y guarda su palabra. ¿Dónde debe guardarla? No hay duda que en el
corazón, como dice el profeta: En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra ti.
Conserva
tú también la palabra de Dios, porque son dichosos los que la
conservan. Que ella entre hasta lo más íntimo de tu alma, que
penetre tus afectos y hasta tus mismas costumbres. Come lo bueno, y tu
alma se deleitara como si comiera un alimento sabroso. No te olvides de
comer tu pan, no sea que se seque tu corazón; antes bien sacia tu alma
con este manjar delicioso.
Si
guardas así la palabra de Dios es indudable que Dios te guardará a ti.
Vendrá a ti el Hijo con el Padre, vendrá el gran profeta que renovará a
Jerusalén, y él hará nuevas todas las cosas. Gracias a esta venida,
nosotros, que somos imagen del hombre terreno, seremos también imagen
del hombre celestial. Y, así como el primer Adán irrumpió en todo el
hombre y lo llenó y envolvió por completo, así ahora lo poseerá
totalmente Cristo, que lo ha creado y redimido, y que también un día lo
glorificará.
Esta
página es obra de Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y
María.