MARTES PRIMERO DE ADVIENTO,
liturgia de las horas
PRIMERA LECTURA
Del Libro del Profeta Isaías 2, 6-22; 4, 2-6
SEGUNDA LECTURA
De los Sermones de
San Gregorio Nacianceno, Obispo
(Sermón 45, 9. 22. 26. 28: PG 36, 634-635. 654. 653-659. 662)
¡Qué
admirable intercambio!
El Hijo
de Dios, el que es anterior a todos los siglos, el invisible, el
incomprensible, el incorpóreo, el que es principio de principio, luz de
luz, fuente de vida y de inmortalidad, representación fiel del
arquetipo, sello inamovible, imagen absolutamente perfecta, palabra y
pensamiento del Padre, él mismo se acerca a la criatura hecha a su
imagen y asume la carne para redimir a la carne; se une con un alma
racional para salvar mi alma, par purificar lo semejante por lo
semejante: asume nuestra condición humana, asemejándose a nosotros en
todo, con excepción del pecado. Fue concebido en el seno de una virgen,
que previamente había sido purificado en su alma y en su cuerpo por el
Espíritu (porque convenía que fuese dignamente honrada la maternidad y
que , a la vez, fuese grandemente exaltada la excelencia de la
virginidad); nació Dios con la naturaleza humana que había asumido,
unificando dos cosas contrarias entre si, es decir la carne y el
espíritu. Una de ellas aportó la divinidad, la otra la recibió.
El que
enriquece a otros se hace pobre; soporta la pobreza de mi carne para que
yo alcance los tesoros de su divinidad. El que todo lo tiene, de todo se
despoja; por un breve tiempo se despoja de su gloria par que yo pueda
participar de su plenitud.
¿Por qué
tantas riquezas de bondad? ¿Por qué este admirable misterio en favor
mío? Recibí la imagen divina y no supe conservarla. Él asume mi carne
para dar la salvación al alma creada a su imagen y para dar la
inmortalidad a la carne; se une a nosotros mediante un consorcio mucho
más admirable que el primero.
Convenía
que la santidad fuese otorgada al hombre mediante la humanidad asumida
por Dios; de manera que , habiendo vencido con su poder al tirano que
nos tenía sojuzgados, nos librara y atrajera nuevamente hacia sí por
medio de su Hijo, que realizó esta obra redentora para gloria de su
Padre y que tuvo siempre esta gloria como objetivo de todas sus accione.
Aquel
buen Pastor que dio su vida por las ovejas salió a buscar la oveja
perdida, por las montañas y colinas donde tú ofrecías sacrificios a los
ídolos. Y , cuando encontró a la oveja perdida, la cargó sobre sus
hombros, sobre los que había cargado también el madero de la cruz, y así
la llevó nuevamente a la vida eterna.
La luz
brillante sigue a la antorcha que la había precedido, la Palabra a la
voz, el Esposo al amigo del Esposo, que preparaba par el Señor un pueblo
bien dispuesto y lo purifica con el agua, disponiéndolo a recibir el
bautismo del Espíritu.
Tuvimos
necesidad de que Dios asumiera nuestra carne y muriera, para que
nosotros pudiéramos vivir. Hemos muerto con él para ser purificados,
hemos resucitado con él, porque con él hemos muerto; y con él hemos sido
glorificados, porque juntamente con él hemos resucitado.
Esta página es obra de Las Siervas
de los Corazones Traspasados de Jesús y María.