DIPUTADOS DEBEN RECHAZAR HOLOCAUSTO PRENATAL
por Elida Z. Solórzano
Agosto, 2000

Referencias de Doña Elida Solórzano y lista de sus artículos en Corazones.org


La Asamblea se ha vuelto a reunir y su agenda incluye la reforma y actualización del código penal. Las fuerzas pro abortistas están haciendo todo lo posible para conservar la antigua figura del “aborto terapéutico” que existe en el código desde hace 129 años y que ahora se ha vuelto una mentira que se usa cómo pretexto para legalizar el aborto por cualquier motivo como “derecho de la mujer”. La Asociación Médica Nicaragüense ha declarado que la figura del “aborto terapéutico” ya no se necesita porque ya no se dan los casos de tener que escoger entre la vida del hijo y la de la madre que era lo que amparaba.

Es evidente que los que abogan para que se conserve esta figura legal del “aborto terapéutico” lo que buscan es “el derecho” de poder abortar a un bebé indefenso porque así lo quieren. Pretenden que cuando hay un problema difícil, éste se solucione por el asesinato del más débil. Como si el asesinato fuera lícito cada vez que se tiene un problema grave que resolver. Y se atreven a desinformar diciendo que ese aborto al hacerse en una clínica u hospital será algo “seguro”. ¿Seguro para quién? El niño muere y la mujer incurre en grandes riesgos físicos e ineludibles daños psicológicas y espirituales casi imposibles de borrar. No existe tal cosa como “aborto en condiciones adecuadas” o “aborto seguro”.

Pero, Señor Diputado, usted será asediado con casos terribles y le van a inventar estadísticas para hacerlo pensar, unas veces, “que el problema del aborto es un problema social”, otras veces “que es un problema de salud pública”, y otras veces, asunto de “derecho de la mujer sobre su propio cuerpo”. Le dirán que lo que lleva en el vientre la mujer es un cúmulo de células, apenas un proyecto de vida. No lo es. Es un ser humano en su etapa inicial de desarrollo. Así mismo comenzó a existir usted y todos los demás nicaragüenses. Un “proyecto” sería como un plano de una casa que aunque pase un año sobre un escritorio, nunca se hará una casa por sí mismo. Además, nosotros les enseñaremos de las últimas películas de ultrasonidos para que usted no sea engañado.

Tratarán de influenciarlo para que piense que vivimos en una sociedad irremediablemente pluralista y por lo tanto aunque usted es contrario al aborto “provocado”, sin embargo en una democracia todos deben tener “derecho” de hacer lo que quieren. Y usted hasta puede llegar a pensar “yo soy contrario al aborto pero la verdad es que vivimos en una sociedad pluralista y si la mujer va a hacerse el aborto, al menos que tenga la libertad de hacerlo en buenas condiciones.” Esto es un sofisma. Que no lo vayan engañar.

Qué tal si dijera “Soy contrario a la droga, pero es un hecho que vivimos en una sociedad pluralista y estamos tratando de construir una democracia, por lo tanto el que quiera drogarse, debería de poder conseguir su droga sin riesgos, libremente.” O “ Estoy en contra de la contaminación pero...” “Estoy en contra de la tortura pero...” “Estoy en contra de los pederastras pero...” “Estoy en contra del terrorismo pero...” Es lo mismo. No puede ser.

La democracia no consiste en que cada uno pueda hacer lo que quiere pues a eso se le llama “anarquía”. La anarquía es la selva y la ley de la selva es la ley del más fuerte. Esto lleva a los más grandes abusos de la dignidad humana y sus derechos. ¡La historia es testigo!

No hay un ser más dependiente e indefenso que el bebé en el vientre materno porque ni siquiera podemos oír su llanto. El recién nacido también es dependiente e indefenso pero al menos se puede escuchar su llanto y muchas veces se ha salvado porque alguien lo escuchó llorar desde el basurero. En cambio el bebé dentro del vientre materno es “el más pobre de los pobres”. Legalizar cualquier tipo de aborto siempre es un retroceso de la civilidad. Es permitir que el más fuerte pueda regir la vida del más débil. ¡Es la ley de la selva!

Señor Diputado, usted estará siendo observado durante este tiempo de deliberación sobre el código penal. En un Estado democrático los legisladores son los vigilantes de la calidad democrática de la sociedad. La democracia se puede definir como el consenso fundamental de todo el cuerpo social respecto al derecho de todo ser humano a vivir con dignidad. Este derecho es lo que les toca fomentar y proteger. A ustedes les toca, por tanto, reprimir las acciones de individuos que se arrogan el “derecho” a disponer de la vida, de la libertad o de los bienes de los demás. Pero ante todo, el primer derecho que es inalienable, el derecho a la vida, sin el cual ningún otro derecho sería necesario. Para ello, deben rechazar el holocausto prenatal nicaragüense. Nosotros esperamos de ustedes un rotundo “¡NUNCA AL ABORTO!” y un unánime “¡SI A LA VIDA!

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