El Sagrado corazón y la divina misericordia
Madre Adela Galindo, SCTJM
Fundadora
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Según los Papas de los últimos 150 años, no hay devoción más importante para la vida de la Iglesia que la que profesemos al Corazón de Jesús. Por ejemplo, el Papa Pío IX dijo: “La Iglesia y la Sociedad, no tienen mas esperanza que en el Corazón de Jesús; El es quien los curará de todos sus males”. Predicad y difundid por todas partes la devoción al Sagrado Corazón, ella será la salvación del mundo. Apresuraos para esta misión, organizaros y constituiros.”
En 1899 el Papa León XIII, consagró el mundo al Sagrado Corazón en el umbral del nuevo siglo, llamando a este acto, el más grande de su pontificado. Definió al Sagrado Corazón con “el símbolo y la imagen sensible del amor infinito de Jesucristo”. El no quiso que nada escapara a la influencia del Sagrado Corazón, pues consideraba que era el remedio a todos los problemas de la era moderna.
En 1928, el Papa Pio XI escribe una encíclica sobre la necesidad de expiación al Sagrado Corazón: el “espíritu de expiación y reparación” necesarios en estos tiempos. El deber de consolar a Cristo y de unirse a su pasión para expiar con Él por los pecados propios y los del mundo entero. Pide que se haga reparación, para con ello, atraer la misericordia y las gracias necesarias para la salvación del mundo. “Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” (Rom 5,20). Considera que este abundar de gracia, solo proviene de la reparación.
El Papa Pío XII: escribe la gran encíclica: Haurietis Aquas, tomar de la fuente de agua
ante los males que azotan al individuo, naciones, familias y el orbe entero, ¿Dónde se hallará un remedio eficaz?
* Concluye que la devoción al Sagrado Corazón es la que satisface las necesidades actuales de la Iglesia y del género humano. ¿Qué puede haber mas eficaz que el amor de Cristo, que su Corazón revela y manifiesta?
* Considera la devoción al Sagrado Corazón como bandera y manantial de unidad, de salvación, misericordia y paz.
Pablo VI: después del Concilio Vaticano II pidió a la Iglesia renovar la devoción al Sagrado Corazón, tanto en la vida personal como pública ya que de su plenitud todos hemos recibido, y debemos de Él aprender a vivir perfectamente según su Corazón para responder a las exigencias de nuestros tiempos.
El Siervo de Dios Juan Pablo II, el gran apóstol del Corazón Misericordioso de Jesús ha dicho repetidamente: “En diferentes ocasiones he expresado mi convicción de que la devoción al Sagrado Corazón corresponde mas que nunca, a las expectaciones y necesidades de nuestro tiempo. He hecho hincapié en revelar que los elementos esenciales de esta devoción pertenecen de una forma perenne a la espiritualidad de la Iglesia a través de su historia”. (SS. Juan Pablo II, 1987)
“Cristo ofrece su divino y humano Corazón, fuente de reconciliación y principio de nueva vida en el Espíritu Santo, a todas los hombres y mujeres de hoy que están sumergidos en un mundo secularizado en el cual corren el peligro de perder el centro de la gravedad de sus vidas” (S.S. Juan Pablo II, Junio 28 de 1998)
El Catecismo de la Iglesia Católica promulgado en 1994 por S.S. Juan Pablo II, contiene una excepcional descripción del símbolo del Sagrado Corazón: “Nos ha amado a todos con un corazón humano. Por esta razón, el sagrado Corazón de Jesús, traspasado por nuestros pecados y para nuestra salvación (cf. Jn 19, 34), es considerado como el principal indicador y símbolo...del amor con que el divino Redentor ama continuamente al eterno Padre y a todos los hombres" (Catecismo de la Iglesia Católica # 478)
• el hombre del año 2000 necesita del Corazón de Cristo para conocer a Dios y conocerse a si mismo; lo necesita para construir la civilización del amor.
Este Papa, Papa del Corazón de Jesús, escribió una de sus primeras encíclicas sobre el tema: "Rico en Misericordia", y nos dijo: “Creer en el Hijo crucificado significa creer que el amor está presente en el mundo y que este amor es más fuerte que toda clase de mal, en que el hombre, la humanidad, el mundo están metidos. Creer en ese amor significa creer en la misericordia. pues, es ésta la dimensión indispensable del amor de Su Corazón”.
A lo largo de toda la encíclica, el Santo Padre subraya que la Iglesia, especialmente en nuestros tiempos modernos, tiene "el derecho y el deber" de "profesar y proclamar la misericordia de Dios", de "introducirla y encarnarla" en las vidas de todos y de "invocar la misericordia de Dios", implorándola para el mundo entero.
"El mensaje de la Divina Misericordia siempre ha estado cerca de mi como algo muy querido..., en cierto sentido forma una imagen de mi Pontificado”
El Siervo de Dios Juan Pablo II, quien nos ha dirigido constantemente al Corazón de Jesús, ha sido el Papa que abrió la causa de Santa Faustina, que la beatificó y canonizó. Bendijo e inauguró la Basílica de la Divina Misericordia en Cracovia diciendo: «Ha llegado la hora de hacer llegar el mensaje del Corazón Misericordioso a todos, especialmente a aquellos cuya humanidad y dignidad parecen perderse en el misterio de la iniquidad. Ha llegado la hora en que el mensaje de Divina Misericordia derrame en los corazones y se convierta en chispa de una nueva civilización: de la civilización del amor».
En la canonización de Santa Faustina: “Contemplar sobre todo la herida de su Corazón, fuente de la que brota la gran ola de misericordia que se derrama sobre la humanidad. La misericordia divina llega a los hombres a través del Corazón de Cristo crucificado: "Hija mía, di que soy el Amor y la Misericordia en persona".
Tantos santos han contemplado la grandeza del amor y la misericordia del Corazón traspasado de Cristo. Los Papas recientes, como hemos visto, enfáticamente han dirigido a la Iglesia entera hacia la fuente abierta de la Redención, el Corazón de Jesús. Precisamente, este fue el punto mas importante del Año Jubilar: “llevarnos a la fuente abierta de redención, el Corazón abierto de Cristo”. De esta fuente abierta, brotan la Sangre y el Agua, los dos rayos que muestra la imagen del Corazón Misericordioso de Cristo.
Unidad de la revelación del Sagrado Corazón de Santa Margarita María con la revelación del Corazón Misericordioso a Santa María Faustina
El primer aspecto que debe quedar claro es que el Sagrado Corazón de Cristo es la fuente de la Divina Misericordia: Por lo tanto la devoción al Corazón de Jesús y a la Divina Misericordia son absolutamente inseparables.
“Debes saber, hija mía que mi Corazón es la misericordia misma. De este mar de misericordia las gracias se derraman sobre todo el mundo ... Toda gracia de salvación y santificación brota de esta fuente. Deseo que tu corazón sea la sede de mi misericordia. Deseo que esta misericordia se derrame sobre todo el mundo a través de tu corazón. Cualquiera que se acerque a ti, no puede marcharse sin confiar en esta misericordia mía que tanto deseo para las almas “(Diario # 1777).
El centro de la vida espiritual de Santa Faustina era el Corazón de Jesús, pero enfocado en el amor misericordioso que brota de su Corazón.
A Santa Margarita de Alacoque el Sagrado Corazón, le revela la profundidad de su amor por los hombres, amor hasta el extremo de dejarse traspasar, consumir, llegar hasta los mayores sufrimientos. Este amor del Corazón de Jesús se convierte en misericordia cuando toca al hombre. La misericordia, es el amor del Corazón de Dios, que toca la miseria, pecado, fragilidad. Al tocar a los hombres, se convierte en misericordia. Jesús dice a Santa Margarita: "Mi Divino Corazón, está tan apasionado de Amor a los hombres, en particular hacia ti, que, no pudiendo contener en el las llamas de su ardiente caridad, es menester que las derrame valiéndose de ti y se manifieste a ellos para enriquecerlos con los preciosos dones que te estoy descubriendo los cuales contienen las gracias santificantes y saludables necesarias para separarles del abismo de perdición".
Ambas son elegidas no solo para experimentar el amor y la misericordia del Corazón de Jesús, sino que reciben la gracia y la misión de ser canales vivos y eficaces del mensaje que darían al mundo.
Sor Josefa Menéndez, mística del año 1920, escribió en su famoso libro “El camino del divino amor” basado en las revelaciones que recibió del Sagrado Corazón. Jesús le explicó que el mensaje del amor misericordioso de su Corazón debía ser proclamado a todo el mundo, preparando así a las revelaciones de Santa Faustina: Escuchemos sus palabras: “Cuantas veces en el transcurso de los siglos, Yo en alguna forma he dado a conocer mi amor por los hombres. Les he revelado cuan ardientemente deseo su salvación. He revelado mi Corazón como una luz que cubre la tierra y como el arma mas poderosa para alcanzar a las almas, y así extender mi reino. Yo quiero que todos tengan confianza en mi amor misericordioso, esperarlo todo de mi misericordia. Deseo enseñarle a los pecadores que la misericordia de mi Corazón es infinita. Que los fríos e indiferentes conozcan el fuego de mi Corazón para encenderlos con mi amor. Confíen en mi misericordia y en mi Corazón. Mi Corazón no es solo un abismo de amor, sino que es también un abismo de misericordia".
A Santa Gertrudis, el Apóstol San Juan le comunicó: “En los últimos tiempos, se les está reservado la gracia de oír la voz elocuente del Corazón de Jesús. A esta voz, el mundo, debilitado en el amor a Dios, se renovará, se levantará de su letargo y una vez más, será inflamado en la llama del amor divino”
Notemos que siempre en las revelaciones del Sagrado Corazón, Jesús manifiesta que es menester revelar su Corazón cuando el mundo se enfría en el amor y que es como un último remedio. Jesús dijo a Santa Margarita: que la revelación de su Corazón era, como un último esfuerzo de su amor, en estos últimos siglos, para calentar a un mundo frío, para intentar salvar las almas que se pierden, como un medio seguro de calmar la justicia divina y de alcanzar misericordia de Dios, y como una fuente abundante de bendiciones.
A Santa Faustina, Jesús le dice: “Deseo que mi Misericordia sea conocida y venerada; le doy a la humanidad la última tabla de salvación, es decir, el refugio en Mi Misericordia.” (Diario # 998)
Del Corazón de Jesús fluye un amor misericordioso
Palabras de Santa Faustina
Oh, Jesús, es a través de tu Corazón Compasivo, como a través de un cristal, que los rayos de la Divina Misericordia llegan a nosotros”. (Diario # 1533)
En una de las apariciones a Santa Margarita:
"Se hallaba expuesto el Santísimo Sacramento, Jesucristo mi Amado se presentó delante de mi todo resplandeciente y transparente como el cristal. Con sus cinco llagas brillantes, como cinco soles y despidiendo rayos de luz de todas partes pero sobre todo de su adorable pecho, que parecía un horno encendido; y, habiéndose abierto, me descubrió su amante y amable Corazón."
Por orden de su confesor Santa Faustina le preguntó al Señor el significado de los rayos que aparecen en la imagen emanando del Corazón y el Señor le respondió: "Los dos rayos significan Sangre y Agua, el rayo pálido representa el Agua que justifica a las almas; el rayo rojo simboliza la Sangre, que es la vida de las almas. Ambos rayos brotaron de las entrañas mas profundas de Mi misericordia cuando mi Corazón agonizante fué abierto por una lanza en la Cruz... Bienaventurado aquel que se refugie en ellos, porque la justa mano de Dios no le seguirá hasta allí." (Diario # 299)
Precisamente, en la encíclica Haurietis Aquas, (Beberéis aguas), sobre el Sagrado Corazón, el Papa Pío XII nos recuerda que del Corazón de Jesús fluyen grandes corrientes de agua y salvación. Cuantos hermanos sedientos en busca de agua van a las fuentes falsas: “han cambiado el agua cristalina de la fuente, por los charcos sucios” (Jeremias 2,13).
Solo hay una fuente abierta de salvación: "Aquel día habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para lavar el pecado y la impureza. Aquel día extirparé de esta tierra los nombres de los ídolos y el espíritu de impureza los quitaré de esta tierra" (Zacarias 13,1-2).
El Corazón Traspasado de Jesús, de donde brotan sangre y agua, para nuestra liberación del pecado y la purificación de todas nuestras inmundicias, es la fuente abierta de salvación. Mas que nunca el mundo necesita ir a la fuente abierta en el Calvario, el Corazón de Cristo: "He abierto mi Corazón como fuente viva de misericordia. Invita a las almas a venir a tomar vida de él. Mi misericordia es mas grande que todos tus pecados y los del mundo entero. Permití que una lanza traspasara mi Sagrado Corazón para así abrir ampliamente la fuente de misericordia para ustedes" (Diario # 1425 ).
Para Santa Faustina, los rayos de gracias inconcebibles que brotan del Corazón abierto de Jesús, fuente de Misericordia, invaden a la humanidad entera, trayendo luz y salvación a los pecadores. "Los dos rayos significan Sangre y Agua- el rayo pálido representa el Agua que justifica a las almas; el rayo rojo simboliza la Sangre, que es la vida de las almas-. Ambos rayos brotaron de las entrañas mas profundas de Mi misericordia cuando mi corazón agonizante fue abierto por una lanza en la Cruz... Bienaventurado aquel que se refugie en ellos, porque la justa mano de Dios no le seguirá hasta allí" (Diario # 299)
Nos dice el Siervo de Dios Juan Pablo II, en el centenario de la consagración del mundo al Sagrado Corazón, en 1999: "Del Corazón del Hijo de Dios, muerto en la cruz, ha surgido la fuente perenne de la vida que da esperanza a cada hombre. Del Corazón de Cristo Crucificado nace la nueva humanidad, redimida por el pecado. El hombre del 2000 necesita del Corazón de Cristo para conocer a Dios y para conocerse a si mismo”.
En ambas revelaciones: llamadas a Consolar y suplir
Ambas apóstoles del Corazón de Jesús son llamadas a consolarle: El Corazón de Jesús, manifiesta tanto a Santa Faustina como a Santa Margarita, sus dolores más internos, especialmente como le duele la ingratitud:
A Santa Faustina:
"Mi Corazón está colmado de gran misericordia para las almas y especialmente para los pobres pecadores. Oh, si pudieran comprender que para ellas de Mi Corazón ha brotado Sangre y Agua como de una fuente desbordante de misericordia; para ellas vivo en el tabernáculo; como Rey de Misericordia deseo colmar las almas de gracias, pero no quieren aceptarlas. Por lo menos tú ven a Mí lo más a menudo posible y toma estas gracias que ellas no quieren aceptar y con esto consolarás Mi Corazón. Oh, qué grande es la indiferencia de las almas por tanta bondad, por tantas pruebas de amor. Mi Corazón está recompensado solamente con ingratitud, con olvido por parte de las almas que viven en el mundo" (Diario # 367).
A Santa Margarita:
"He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y que no ha ahorrado nada hasta el extremo de agotarse y consumirse para testimoniarles su amor. Y, en compensación, sólo recibe, de la mayoría de ellos, ingratitudes por medio de sus irreverencias y sacrilegios, así como por las frialdades y menosprecios que tienen para conmigo en este Sacramento de amor”. “Tu serás mi consuelo si suples por sus ingratitudes según te sea posible”
Elementos comunes
•Veneración de Imágenes:
El Señor le pidió específicamente a Santa Margarita María que la imagen de su Sagrado Corazón sea honrada y venerada por todos los fieles. En la segunda aparición la Santa nos narra: "El divino Corazón se me presentó en un trono de llamas, mas brillante que el sol, y transparente como el cristal, con la llaga adorable, rodeado de una corona de espinas y significando las punzadas producidas por nuestros pecados, y una cruz en la parte superior... Me hizo ver que el ardiente deseo que tenía de ser amado por los hombres y apartarlos del camino de la perdición, en el que los precipita Satanás en gran número, le había hecho manifestar su Corazón a los hombres, con todos los tesoros de amor, de misericordia, de gracias, de santificación, y de salvación que contiene, a fin de que cuantos quieran rendirle y procurarle todo el amor, el honor y la gloria que puedan a la imagen de su Corazón, queden enriquecidos abundante y profusamente con los divinos tesoros del Corazón de Dios. Que deseaba que la figura de su Corazón de carne, fuese expuesta públicamente. Quería también que la llevara sobre mi corazón, para grabar en el, su amor y llenarlo de los dones de que está repleto, y para destruir en el todos los movimientos desordenados. Que esparciría sus gracias y bendiciones por dondequiera que estuviere expuesta su santa imagen para tributarle honores, y que tal bendición sería como un último esfuerzo de su amor.”
A Santa Faustina
"Vi al Señor Jesús vestido de blanco. Una mano estaba levantada en ademán de bendecir y, con la otra mano, se tocaba el vestido, que aparecía un poco abierto en el pecho, brillaban dos rayos largos: uno era rojo y, el otro blanco. Pinta una imagen Mía, según la visión que ves, con la inscripción : "¡Jesús, yo confío en Ti!." Yo deseo que esta Imagen sea venerada, primero en tu capilla y después en el mundo entero. Yo prometo que el alma que honrare esta imagen, no perecerá. También le prometo victoria sobre sus enemigos aquí en la tierra, pero especialmente a la hora de su muerte. Yo el Señor la defenderé como a Mi propia Gloria" (Diario # 47-48).
No solamente ambas imágenes recibieron promesas, pero ambas despertaron un gran movimiento espiritual para llevarlas a los hogares, iglesias, etc... El entronar estas imágenes, es llevar al Corazón de Jesús a los hogares, familias para establecer su reinado.
En ambas revelaciones hay un llamado al Amor y a no temer:
A Santa Margarita le muestra el corazón y le dice:
“He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombre y que no ha ahorrado nada hasta el extremo de agotarse y consumirse para testimoniarles su amor”
A Santa Faustina:
“Mira, mi misericordia es mas grande que tu miseria y la del mundo entero. ¿Quién ha medido tu bondad? Por ti bajé del cielo, por ti dejé que mi Sagrado Corazón fuera abierto por una lanza, y abrí la fuente de la Misericordia para ti” (Diario #1485).
Fiestas Litúrgicas
Fue el mismo Jesús quien a través de Santa Margarita pidió que se estableciera la fiesta del Sagrado Corazón. En la cuarta aparición en 1675: "Eso te pido que el primer viernes después de la octava del Corpus se celebre una fiesta especial para honrar a mi Corazón, y que se comulgue dicho día para pedirle perdón y reparar los ultrajes por él recibidos durante el tiempo que ha permanecido expuesto en los altares. También te prometo que mi Corazón se dilatará para esparcir en abundancia las influencias de su divino amor sobre quienes le hagan ese honor y procuren que se le tribute."
El Señor le pide a Santa Faustina, por lo menos 14 veces, que se instituya oficialmente una "Fiesta de la Misericordia": "Esta Fiesta surge de Mi piedad mas entrañable...Deseo que se celebre con gran solemnidad el primer domingo después de Pascua de Resurrección....Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y abrigo para todas las almas y especialmente para los pobres pecadores. Las entrañas mas profundas de Mi Misericordia se abren ese día. Derramaré un caudaloso océano de gracias sobre aquellas almas que acudan a la fuente de Mi misericordia. El alma que acuda a la Confesión, y que reciba la Sagrada Comunión, obtendrá la remisión total de sus culpas y del castigo" (Diario # 49, 699 ).
El Señor le pidió a Santa Margarita que hiciera horas santas de reparación y que los primeros viernes se comulgase también en espíritu de reparación, pero el Señor no le dio oraciones específicas. Que arma mas poderosa para estas horas santas y para los primeros viernes, que rezar la coronilla dictada por el Corazón Misericordioso a Santa Faustina.
En estos tiempos el Espíritu Santo nos dirige la mirada hacia el Corazón de Jesús bajo su aspecto de Misericordia: La devoción a la Divina Misericordia fluye del Sagrado Corazón y la completa harmoniosamente, como un día escribió Santa Faustina: "El amor del corazón de Dios es la flor, y la misericordia su fruto."
Podríamos decir, que la revelación de su Misericordia es la plenitud de la revelación del Amor del Corazón de Jesús: “De esta universal plenitud es precisamente imagen muy espléndida el Corazón de Jesucristo: plenitud de misericordia, propia del Nuevo Testamento, en el cual Dios nuestro Salvador ha manifestado su benignidad y amor para con los hombres.” (Haurities Aquas, Pío XII) “Mi Corazón se alegra de este título de Misericordia” (300)
En su visita al Santuario de la Divina Misericordia en 1997, el Santo Padre dijo:
"La Iglesia relee el mensaje de la Misericordia, para llevar con más eficacia a la generación de este fin de milenio a las futuras , la luz de la esperanza. Sin nunca cesar, pide a Dios misericordia por todos los hombres “en ningún momento y en ningún período histórico -especialmente en una época tan crítica como la nuestra- la Iglesia puede olvidar la oración, que es el grito a la misericordia de Dios, ante las múltiples formas de mal que pesan sobre la humanidad y la amenazan..."
El domingo de la Misericordia del 2001, SS Juan Pablo II nos dijo: "el mensaje que Santa Faustina anunció constituye la respuesta adecuada y decisiva que Dios quiso dar a los interrogantes y a las expectativas de los hombres de nuestro tiempo, marcado por enormes tragedias. Un día Jesús le dijo a sor Faustina: 'La humanidad no encontrará paz hasta que se dirija con confianza a la misericordia divina' (Diario, p. 132). ¡La misericordia divina! Este es el don pascual que la Iglesia recibe de Cristo resucitado y que ofrece a la humanidad, en el alba del tercer milenio."
Palabras en la Canonización: “No es un mensaje nuevo, pero se puede considerar un don de iluminación especial, que nos ayuda a revivir más intensamente el evangelio de la Pascua, para ofrecerlo como un rayo de luz a los hombres y mujeres de nuestro tiempo."
¿Qué nos depararán los próximos años? ¿Cómo será el futuro del hombre en la tierra? No podemos saberlo. Sin embargo, es cierto que, además de los nuevos progresos, no faltarán, por desgracia, experiencias dolorosas. Pero la luz de la misericordia divina, que el Señor quiso volver a entregar al mundo mediante el carisma de sor Faustina, iluminará el camino de los hombres del tercer milenio.
Ojalá se cumpla la firme promesa del Señor Jesús: de aquí debe salir "la chispa que preparará al mundo para su última venida" (cf. Diario, 1732, ed. it., p. 568). Es preciso encender esta chispa de la gracia de Dios. Es preciso transmitir al mundo este fuego de la misericordia. En la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz, y el hombre, la felicidad. Os encomiendo esta tarea a vosotros, amadísimos hermanos y hermanas, a la Iglesia que está en Cracovia y en Polonia, y a todos los devotos de la Misericordia divina que vengan de Polonia y del mundo entero. ¡Sed testigos de la misericordia!
ver también:
La Importancia actual de la Divina Misericordia>>>
Meditación hora de Misericordia>>>
Cristo de la Misericordia>>>