La Maternidad Espiritual de la Santísima Virgen y su Poder Intercesor
Madre Adela Galindo, SCTJM
Fundadora
© Solo para uso privado
Se nos ha dado un gran anuncio que es una gran alegría. Este anuncio no vino de parte de ángeles, o de profetas, sino por la boca del mismo Jesucristo: tenemos una madre espiritual: La Santísima Virgen.
Como ejerce su maternidad espiritual
Esta Maternidad espiritual sobre los hombres la ejerce de varias formas:
1. Trasmitiendo la vida divina: ella nos trasmite la vida de su Hijo.
Primero, por que la vida es Cristo, y Ella nos ha dado a Cristo, a Aquel quien es la Vida. Además, fue la mujer asociada por excelencia al sacrificio de Cristo que nos ganó la vida eterna, la vida divina. Por ser la criatura que ha cooperado de una manera única y singular en la obra de redención, es también, por designio divino, la que nos distribuye las gracias de Cristo, y así nos alimenta, nos guía, protege, nos ayuda a crecer en la vida de la gracia y en la vida sobrenatural a fin de alcanzar la perfección de Cristo, de llegar a ser a la estatura de Cristo (cfr. Ef 4,13).
• es un don tener una madre que cuida nuestra vida espiritual. A veces damos mas atención a la vida natural que a la sobrenatural. Sin embargo, es una realidad superior “No temáis a los que matan el cuerpo sino el alma" (San Mateo 10, 28).
Leemos en la Constitución dogmática Lumen Gentium: María... “concibiendo a Cristo, engendrándolo, alimentándolo, presentándolo al Padre en el templo, padeciendo con su hijo cuando moría en la Cruz, cooperó en forma enteramente impar, a la obra del Salvador con la obediencia, la fe, la esperanza y la ardiente caridad con el fin de restaurar la vida sobrenatural de las almas. Por eso es nuestra Madre en el orden de la gracia” (Concilio Vaticano II, LG # 61).
2. Intercediendo en favor nuestro: con actos de súplica dirigida a Cristo para obtener gracias para nosotros. Padres de la Iglesia: omnipotencia suplicante
- Por su perfecta comunión con Cristo, ella desea lo que El desea..
- Por su fe: la fe mueve montañas. Al decir “hagan lo que El les diga” (San Juan 2,5). Ella expone la necesidad y deja todo lo demás a su juicio, segura de que la solución que dé es la mejor, la mas indicada, la que lo resuelve de manera mas conveniente. Deja al Señor el campo totalmente libre para que haga su propia voluntad, pero es por que Ella estaba segura de que su voluntad era lo mas perfecto que podría hacerse y lo que de verdad resolvía el asunto. Confía en su sabiduría, en su superior conocimiento, en su visión mas amplia y profunda de las cosas que abarca aspectos y circunstancias que Ella podía desconocer. Expone lo que ocurre y lo deja en sus manos. Es esta clase de fe, la que compromete a Dios con mas fuerza que los argumentos mas astutos y contundentes. Cuando la Virgen le habló, su hora no había llegado todavía; después de hablarle con fe tanta fe, su hora llegó en seguida. La fe de María Santísima, empapando aquella breve frase de tres palabras, alteró el tiempo e hizo apresurar la hora en que el Señor descubrió su divinidad con una manifestación extraordinaria que fortaleció y aumentó la fe de todos los discípulos.
3. Su mediación universal de las gracias
Distribuye las gracias que Cristo nos logró con su redención y que ella nos ha alcanzado con su intercesión. “La función maternal de María para con los hombres de ninguna manera oscurece ni disminuye esta única mediación de Cristo, antes bien muestra su eficacia. Porque todo el influjo salvífico de la Bienaventurada Virgen en favor de los hombres, nace del beneplácito divino y brota de la superabundancia de los méritos de Cristo, se apoya en su mediación, de ella depende totalmente y de la misma saca su eficacia, y lejos de impedirla, fomenta la unión inmediata de los creyentes con Cristo.” (Constitución Dogmática Lumen Gentium # 60)
4. Visitando e interviniendo en nuestras vidas, en la vida de la Iglesia y del mundo de manera especial cuando se está en peligro de perderse, de errar o de caer en la oscuridad.. Así como la columna de nube durante el día, y la columna de fuego durante la noche precedía a los israelitas en el desierto para enseñarles el camino, y nunca dejó dejó de ocupar su lugar en frente del pueblo, la Virgen Santísima, la nueva columna descrita en el sueño de San Juan Bosco, va delante de nosotros en tiempos de confusión y batalla, llevándonos seguros al Corazón de Jesús y a su Iglesia.
• apariciones: preocupación materna por las situaciones del mundo, de la Iglesia y de los pecadores.
• no viene cuando mas la necesitamos a reavivar la fe, a regresarnos a su Hijo?
¿CuÁndo comienza esta maternidad espiritual de María?
Desde la Anunciación, cuando la Santísima Virgen recibe el llamado para ser la Madre del Redentor, de forma implícita y escondida, también se revela el llamado a ser madre de todos los hombres. La Madre de la Cabeza debía ser también la Madre del cuerpo. La Madre del Redentor, sería la Madre de los redimidos. La Madre física de Cristo, sería la Madre espiritual del cuerpo místico de Cristo. La Virgen Santísima al engendrar física y naturalmente a Cristo, engendra espiritual y sobrenaturalmente a todos los miembros del cuerpo místico de Cristo, o sea, a todo el género humano. La Cabeza como sus místicos miembros son frutos del mismo seno, el de María; entonces, ella es Madre del Cristo total: la cabeza y el cuerpo-fisícamente de la Cabeza, espiritualmente de los miembros, así nos explica el Papa San Pío X en su encíclica Ad Diem Illum Laetissimum. La maternidad espiritual de María es el complemento de su maternidad divina.
“Por la Encarnación redentora, María ha quedado hecha no solo la Madre de Dios en el orden físico de la naturaleza, sino también en el orden sobrenatural de la gracia, Madre de todos los hombres” (Pio XII en 1947)
En los Evangelios:
Vemos algunos signos de la maternidad espiritual de la Santísima Virgen sobre los hombres (en sus dos facetas- intercesión y dispensación de las gracias):
• En la Visitación, cuando con su presencia alcanza las gracias de santificación para Juan Bautista y la gracia del Espíritu Santo sobre Isabel, logrando así el primer milagro en el orden sobrenatural.
• En Caná, su intercesión y mediación maternal logra el primer milagro en el orden de la naturaleza.
Estos signos de su maternidad espiritual alcanzan su plena realización en el Calvario, cuando de manera explícita, según el Evangelio de San Juan capítulo 19, Cristo desde la Cruz se dirige al discípulo amado y en él, a cada uno de nosotros y nos la da como Madre. “He aquí a tu Madre; Madre he aquí a tu Hijo”(San Juan 19, 26-27). Si la maternidad espiritual de María respecto de los hombres ya había sido delineada desde la Anunciación, en la Cruz es establecida claramente. Las palabras de Cristo proclamaron oficialmente y confirmaron en esa hora solemne, la maternidad espiritual de María, que ya existía esencialmente desde la Anunciación, pero que estaba consumándose y completándose formalmente por su dolorosísima asociación y participación en el sacrificio redentor. En Nazaret, María Santísima nos concibió, en el Calvario nos dió a luz.
Nos dio a luz en el dolor
Esta maternidad espiritual sobre los hombres, confirmada y completada en la Cruz, costó a nuestra Madre grandes sufrimientos, ella nos dio a luz con intensos dolores de parto: su Corazón fue traspasado. Nos dio a luz viendo a su Hijo morir: su maternidad hacia nosotros es fruto del dolor. Con el mismo fiat que acogió el anuncio del ángel, para la maternidad divina, con ese mismo fiat, acogió el anuncio de Cristo en la Cruz, para su maternidad espiritual. Desde ese mismo momento acoge a Juan, y en él a todos los hombres, como hijos... su Corazón es espiritualmente traspasado y abierto a los hombres para siempre
Cuando el ángel le dijo: “alégrate, vas a concebir en el seno y dar a luz un hijo”(San Lucas 1, 28-31), Ella abrió su Corazón inmaculado para acoger con fe y obediencia la invitación a la maternidad divina. En el segundo anuncio de maternidad: "Cuando Jesús dijo: "Mujer, he aquí a tu hijo" (San Juan 19,26), abrió de una manera nueva el Corazón de la Madre. Un poco mas tarde, el soldado traspasa el Corazón de Jesús: Con esas palabras, el Corazón de María es abierto, para recibir a los que el Corazón traspasado de Jesús iba a alcanzar con su poder redentor." (S.S. Juan Pablo II en 1982). Desde la Cruz: igual que el Corazón de Jesús quedó eternamente abierto para derramar gracias de salvación sobre la humanidad, el Corazón de María quedó eternamente abierto para acoger como madre a los que aceptan la redención de su Hijo.
He aquí a tu hijo: San Juan y cada uno de nosotros.
Al pie de la Cruz estaba María Santísima, y junto a ella San Juan. Este apóstol (según el Magisterio de la Iglesia, de los Padres y Papas) representa a toda la humanidad , de manera particular a los fieles, a los que desean ser “discípulos amados”. Al pie de la Cruz, Cristo, confía al discípulo amado y en él a todos los hombres y a la Iglesia, al cuidado maternal de María. Para que lo que Ella ha hecho con El, lo haga ahora con su cuerpo místico. "En Juan, el discípulo amado, cada persona descubre que es hijo o hija de aquella que dio al mundo al Hijo de Dios".
S.S. Juan Pablo II escribe en la encíclica Madre del Redentor # 45 : "La maternidad en el orden de la gracia igual que en el orden natural caracteriza la unión de la madre con el hijo. En esta luz se hace mas comprensible el hecho que, en el testamento de Cristo en el Gólgota, la nueva maternidad de su madre haya sido expresada en singular, refiriéndose a un hombre: "Ahí tienes a tu hijo" (San Juan 19, 26). En estas mismas palabras esta indicado el motivo de la dimensión mariana de la vida de los discípulos de Cristo; no solo de Juan, sino de todo cristiano. El Redentor confía su madre al discípulo y al mismo tiempo, se le da como madre. La maternidad de María, que se convierte en herencia del hombre, es un don: un don que Cristo mismo hace personalmente a cada hombre”
La maternidad de María según el Siervo de Dios Juan Pablo II:
• Es el deseo expreso de Cristo, su testamento final.
• Es universal y personal. Ella es Madre de la Iglesia, y madre de cada miembro. Cada uno de nosotros debe entrar en una relación personal con ella, de Madre e hijo. Quiere que seamos hijos, relación íntima, la que Cristo mismo tuvo con Ella. Ser extensión del amor de Cristo hacia su Madre. Amarla como El la ama.
• Es un don de Cristo a cada uno. Cada discípulo debe tener una dimensión mariana en su vida.
• La misión maternal de María debe ser acogida por cada uno. Este es el significado profundo del escudo papal. “El discípulo la acogió en su casa” (San Juan 19, 27), en su corazón. Respondió al don de Cristo. La hizo partícipe de su vida, problemas, de su vida espiritual, de sus decisiones, de su vida física. "Y ya que María fue dada como Madre personalmente a él, el discípulo responde con con "la entrega". La entrega es la respuesta al amor de una persona, y, en concreto al amor de la madre. "Entregándose filialmente a María, el cristiano, como el apóstol Juan, introduce a María en todo el espacio de su vida interior, es decir, en su yo humano y cristiano".
• Cristo nos confía, nos entrega, nos consagra al cuidado maternal de su Madre, por que sabe que lo necesitamos, para desarrollarnos en la vida de perfección y para defendernos en la batalla contra el demonio.
• Esta maternidad tiene efectos reales en nuestras vidas: participa en la transmisión de la vida espiritual, de la restauración de las almas. Tiene la misión de guiarnos, protegernos, educarnos, formarnos y velar por nuestras necesidades. Por ser nuestra Madre, es la poderosa intercesora y la mediadora de las gracias.
Su maternidad después de la Cruz
Si toda la vida terrena de María, fue marcada por la solicitud maternal hacia su Hijo, y hacia los hombres, con mucha mas fuerza lo sería desde el momento de la Cruz, cuando esta maternidad es completada y confirmada, y del Corazón traspasado de Su Hijo, nace la Iglesia, el Cuerpo Místico de su Hijo. Tendría que hacer con la Iglesia, lo que hizo con su Hijo.
A partir de ese momento su Corazón maternal se volcará hacia la Iglesia naciente. Será una verdadera madre para el cuerpo místico de su Hijo: estará con ellos con su oración, con su solicitud y diligencia maternal, con sus intervenciones y visitaciones, con su generosidad y su súplica poderosa, con su constante y amorosa presencia. Ella intercederá e intervendrá ante todas y las diversas necesidades de sus hijos. Saldrá al encuentro de las necesidades del hombre, atrayendo, con su oración, su mediación y presencia maternal, la acción salvífica y el poder salvífico de Cristo.
Su maternidad es en sí misma una mediación, por eso el Siervo de Dios Juan Pablo II le llama “mediación maternal”. “María se pone entre su Hijo y los hombres en la realidad de sus privaciones, indigencias y sufrimientos. Se pone en medio, o sea hace de medidora no como una persona extraña o simple observadora, sino en su papel de Madre, consciente de que como tal puede -mas bien- tiene derecho de, hacer presente a su Hijo las necesidades de los hombres. Su mediación por lo tanto, tiene un carácter de intercesión: ella intercede por los hombres y también como madre desea que se manifieste el poder salvífico de Cristo.”
• Si Cristo la llamó a ser madre de todos, no solo le dio deberes sino también derechos de madre: pedir, alimentar, hacer crecer, proteger, enseñar, formar, etc.
• Su intercesión tiene doble faceta: el bien del hombre y la manifestación del poder salvífico de su Hijo.
¿No es esto acaso lo que se reveló en Caná?
Después de la Asunción.
“Esta maternidad de María perdura sin cesar en la economía de la gracia desde el momento en que prestó fiel asentimiento a la Anunciación, y lo mantuvo sin vacilación al pie de la cruz hasta la consumación perfecta de todos los elegidos. Pues una vez asunta a los cielos, no dejó su oficio salvador, sino que continúa alcanzándonos por su múltiple intercesión los dones de la salvación eterna. Con amor maternal cuida de los hermanos de su Hijo que peregrinan, se debaten entre peligros y angustias y luchan contra el pecado hasta que sean llevados a la patria feliz. “ (Constitución Dogmática Lumen Gentium # 62)
• Perdura sin cesar hasta la consumación perfecta de todos los elegidos. Por lo tanto, hasta el fin de los tiempos. Ver a Cristo formado en nuestros corazones, ver que vivamos en Cristo y con la vida de Cristo. Es su misión llevarnos con su intercesión y mediación maternal hasta el cielo. Que dolor para Ella, no ver en muchas almas, a Cristo y su vida divina en ellos. Si San Pablo en Gálatas 4, 19 dice: "hijos míos ¡por quienes sufro dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros”, como lo podrá decir Ella quien como Madre espiritual está supuesta a dar a luz a Cristo en nuestros corazones?.
• Ella introduce a los hombres a Cristo y Cristo a los hombres: pastores, reyes magos, Simeón y Ana, los esposos de Caná y servidores, los primeros discípulos, la Iglesia.
• En el cielo, no se ha olvidado de nosotros, vive intercediendo e interviniendo en la vida de cada uno y en la vida de la iglesia. Con mayor razón es poderosa María en su intercesión después de la Asunción, después de haber entrado en el cielo en cuerpo y alma, y haber sido coronada como Reina de cielos y tierra.
• Con amor maternal cuida de los que peregrinamos entre peligros y angustias. Por ser madre está implicada en nuestras vidas, y en la vida de la Iglesia.
Implicada en la historia de cada uno y en la de la Iglesia:
Cada uno de nosotros puede testificar la maternidad espiritual de la Satísima Virgen en nuestras vidas. En cuantas ocaciones y momentos hemos experimentado la presencia de nuestra madre, la respuesta a nuestras súplicas, su intervencion librándonos de peligros. No acabaríamos nunca. Los libros de los santos y santas, están llenos de sus experiencias con la Santísima Virgen.
• Experimentamos su protección.
• Somos librados de tentaciones con la presencia de Maria.
• Protegidos fisicamente.
• Restauradas las familias con el rezo del Santo Rosario
• En la soledad se ha sentido su amor maternal.
• Ante los ataques del demonio, su mirada misericordiosa los ha cesado.
• En el sufrimiento, recibiendo consuelo.
• En nuestra frialdad, hemos recibido su ternura.
Por algo decía San Bernardo: “Hay que recurrir a Maria en todas las necesidades de alma y cuerpo, en todos los tiempos, lugares y cosas con gran sencillez, confianza y ternura. En las dudas, para que nos ilumine; en los extravios, para volver al buen camino; en las tentaciones, para que nos sontenga; en las debilidades, para que nos fortifique; en las caidas, para que nos levante; en los desalientos, para que nos infunda nuevos animos; en los escrúpulos, para que los disipe; en las cruces, trabajos y contratiempos de la vida, para que nos consuele". Siempre y en todo recurriendo a María como Madre cariñosa y llena de ternura.
El Siervo de Dios Juan Pablo II, recurría constantemente, de manera personal y como pastor de la Iglesia, al cuidado maternal de la Virgen Santísima. No hay ni un solo suceso, ni una sola carta, ni una aloución, ni un ministerio que el no confíe al cuidado de la Virgen Santísima. El atribuye a la Santísima Virgen su protección del atentado. “Una mano disparó y otra mano dirigió la bala”. Es esa bala, la que está hoy en la corona de la imagen de la Virgen en Fátima.
Involucrada en la historia de la Iglesia y del mundo:
“A ti suplicamos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas”.
“Como Madre de la Iglesia, María, elevada al cielo y coronada, no deja de estar implicada en la historia de la Iglesia, que es la historia entre el bien y el mal.” (S.S. Juan Pablo II el 18 de agosto 1995)
En el libro del Apocalipsis capítulo 12: se nos presenta María en sus dos maternidades: Madre de Jesús y Madre de los creyentes. Aparece la mujer vestida del sol, con la luna bajo los pies y una corona de doce estrellas en su cabeza,y con dolores de parto queriendo dar a luz. Aparece también el dragón. Cuando la oscuridad del demonio quiere invadir la tierra, aparece nuestra Señora para defender a sus hijos trayendo la luz de Cristo. En el panorama, ya no solo está el demonio, sino la Virgen María, Madre de Cristo y nuestra que viene, aparece, visita, para protegernos, guiarnos, iluminarnos y enseñarnos el camino opuesto al ofrecido por el demonio. Su maternidad no solo nos nutre con la vida de Cristo, sino que nos defiende del enemigo de Cristo. Ella en su maternidad está situada en el centro mismo de aquella “enemistad” de aquella lucha que acompaña la historia de la humanidad en la tierra y la historia misma de la salvación... En esta historia María, sigue siendo una señal de esperanza futura (Redemptoris Mater # 11) porque tenemos una Madre.
• Defiende a su Hijo de ser devorado por el dragón.
• Defiende al resto de sus hijos, a quienes el demonio feroz quiere destruir.
“La gran señal que apareció en el cielo vestida del sol: revestida de la luz de Cristo. Con la luna bajo sus pies (luna que simboliza el tiempo, bajo sus pies. Ella tiene autoridad, ejerce dominio sobre el tiempo, es su patrona. Ella aunque vivió en el tiempo, es superior a las vicisitudes del tiempo y no es condicionada por el. O sea, tiene el poder dado por Dios, para aplastar las batallas que se dan en la historia, en los tiempos específicos). Coronada: participe del poder real de su Hijo (Ella es reina de cielos y tierra). Con doce estrellas: simboliza el triunfo de la Iglesia en María.
Cuando la Iglesia, camina por el desierto, entre grandes batallas, mas presente se hace la Santísima Virgen que viene a proteger a sus hijos. También, entre mas ardua es la batalla, los hijos recurren a la Madre, como ha sido siempre el testimonio de la Iglesia. Desde el siglo III: “Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, oh Virgen, gloriosa y bendita”. "la experiencia de los fieles ve a la Madre de Dios como a la que esta, de manera especial unida a la Iglesia en los momentos mas difíciles de su historia, cuando los ataques hacia ella se hacen cada vez mas amenazadores. Esto esta en plena concordancia con las visión de la mujer revelada en Génesis y en el Apocalipsis. Precisamente en los periodos en que Cristo, y por lo tanto su Iglesia, son el signo de implacable contradicción, María aparece particularmente cercana a la Iglesia, porque la Iglesia será siempre el Cuerpo místico de Su Hijo. En estos periodos de la historia, surge la particular necesidad de confiarse, consagrarse a María. Dios Padre confió a su único Hijo a la humanidad. La criatura humana a quien El le confió primero a su Hijo, fue María. Y hasta el fin de los tiempos ella permanecerá como a la que Dios confía su misterio de Salvación en favor de los hombres". (S.S. Juan Pablo II en 1976 a Pablo VI)
Tenemos 2000 años de historia donde hemos visto muchas veces la intervención de la Santísima Virgen en situaciones claves de la vida de la Iglesia y del mundo. Ella interviniendo como Madre y Reina en la historia del mundo. En Fatima la Virgen trajo un detalle particular en su vestido: una estrella. Nos quiso recordar su misión poderosa de intercesora. Ester significa estrella: Ella es la nueva Ester que se presenta ante el Rey intercediendo por el pueblo. Recordemos la historia de Ester:
-Aman enemigo de los Judios, logra que el rey le de el consentimiento de exterminio.
-El día trece del mes: se da el decreto de exterminio.
-Reunirse a ayunar y a hacer penitencia.
-Se presenta con su belleza ante el Rey.
-Pide la liberacion de su pueblo de sus enemigos que quieren aniquilarles.
-Logra el favor del Rey, quien reversa toda la acción del enemigo hacia el mismo.
“El realismo de la lucha que continúa en la historia, pone de relieve también, la perspectiva de la victoria definitiva por obra de la mujer, de María, que es nuestra abogada y aliada potente de todas las naciones de la tierra.”
Algunos ejemplos:
-El Pilar: en el año 40, se apareció en España al apóstol Santiago, para animarlo en la campaña de Evangelización de ese país, la cual Santiago creía no tener mucho éxito. La Virgen Santísima, deja un Pilar con una pequeña estatua como prueba de su presencia. Pilar, porque Ella siempre intervendrá para sostener y apoyar nuestra fe. Le manda a construir una capilla y así se convierte en la primera iglesia dedicada a la Virgen Santísima en la era cristiana. De la fe que España recibe, hemos nosotros recibido.
-Covadonga: vemos la intervención de la Virgen en la reconquista de España que comienza en la montaña de Covadonga de las manos de los moros. En esa cueva la Virgen se aparece y anima a la batalla, logrando así la victoria y el establecimiento del cristianismo de nuevo en España. Vemos a la Virgen intervenir en la misión de la Iglesia en la expansión del Reino.
-Guadalupe: En 1531, cuando la evangelización de los indios parecía imposible para los misioneros españoles, se aparece la Virgen, como mediadora de unidad entre ellos, utilizando como madre todo aquello que podría llegar al corazón de los indios, y apoyar la autoridad espiritual de los misioneros y del obispo. Ella, logra la evangelización de 3000 millones de indios, revelando su maternidad espiritual.
-Santo Domingo: logra la conversión de los albigenses, herejes, a través del Santo Rosario dado por la Virgen como medio eficaz contra las herejías.
-Lepanto: En el siglo XVI, los mahometanos estaban invadiendo a Europa donde imponían a fuerza su religión y destruían el cristianismo. Amenazaban invadir Roma, y el Papa Pío V, convoco a los católicos para defender la religión. Se formo un ejercito y fueron en busca del enemigo. El 7 de Octubre de 1572, se encontraron los dos ejército en el golfo de Lepanto. Ellos tenían 282 barcos y 88000 soldados. Los cristianos mucho mas inferior en numero. Antes de empezar la batalla, se confesaron, tuvieron Misa y rezaron el Rosario y entonaron un canto a la Madre de Dios. Al principio la batalla era desfavorable para los cristianos, pues el viento corría en forma contraria y detenía sus barcos. Entonces, el Papa con una gran multitud de fieles empezó a recorrer las calles de Roma rezando el Rosario. De forma milagrosa, el viento cambio de rumbo batió las velas de los barcos y los empujo con fuerza contra los enemigos, alcanzando la victoria. Por ello, el día 7 de octubre es el día del Rosario.
-Napoleón: sabemos que por intervención de María Auxiliadora, el Papa Pío VII, quien había sido apresado por Napoleón, regreso a Roma el 24 de mayo de 1814, y también por Ella fue derrotado el ejercito de Napoleón y termino este en prisión hasta el resto de sus días.
-Fátima: la Virgen pide la consagración de Rusia para evitar que se propaguen sus errores. Viene a querer intervenir en el futuro peligroso que se perfila en el mundo y da los remedios: penitencia, rosario y consagración.
-Iroshima: 6 de agosto de 1945 un grupo de sacerdotes jesuitas rezaban el Santo Rosario, mientras cae la bomba sin causarles algun daño.
-La firma del tratado de Paz en Japón al final de la Segunda Guerra Mundial, fue en agosto 15 de 1945. Seis años mas tarde en septiembre 8 de 1951, firma un tratado mas formal.
-Austria: 70.000 personas se comprometen a rezar el Rosario por 7 años. El 13 de mayo de 1955 los soviéticos salieron del país.
-Brasil: en 1962 los comunistas tomaron el poder, organizaron un rezo y precesión del Rosario, 600 mil mujeres por las calles rezando el rosario y 21 días después, salio el comunismo del país.
-Filipinas: 1986, año mariano local. Gran confrontación del ejercito con el pueblo, iban a ametrallar a la masa de gente, y se aparece una bella señora, la describen los guardias como una religiosa, que les dijo: “¿porque quieren asesinar a mis hijos?”. La guardia bajo sus armas y vino la liberación de Filipinas. El Cardenal Sin ha abiertamente proclamado que esta victoria fue obra de la Virgen Santísima.
-Después de la consagración del mundo en el año 1984 y del año mariano de 1987, viene la caída pacifica del comunismo en Europa. El Santo Padre, ha dicho que el Año Mariano, fuera una anticipación del jubileo, incluyendo en si mucho de lo que se deberá expresar plenamente en el año 2000.
-Santo Padre: su atentado ocurre el día 13 de Mayo de 1981 día de la Virgen de Fátima. El Santo Padre públicamente ha proclamado que su vida fue protegida directamente por la intervención de la Santísima Virgen y que los mensajes de Fátima parecen, con el fin del siglo, acercarse a su cumplimiento.
-La firma en Washington del Tratado de regulación de las armas nucleares de rango intermedio fue en diciembre 8 de 1987.
-En enero 1de 1990 cae la muralla de Berlín
-En agosto 22 de 1991, muere el partido comunista en Rusia. La disolución de la Unión Soviética y la creación de una nueva nación fue en diciembre 8 de 1991.
Tristemente, las intervenciones de nuestra Madre en los acontecimientos del mundo, no son apreciadas ni reconocidas, se ven meramente como resultado de esfuerzos humanos.
La Iglesia del Nuevo Mundo caracterizada por la maternidad espiritual de la Santídima Virgen:
“Deseo vivamente que se me erija aquí un templo, para mostrar y prodigar en el todo mi amor, mi compasión, mi ayuda y mi defensa. Yo soy su piadosa Madre, de ti y de todos los moradores de esta tierra y de los demás devotos míos que me invoquen y en mí confíen” (La Virgen a Juan Diego en Guadalupe)
La Virgen afirma claramente que es Nuestra Madre, con una maternidad universal, y expone los actos maternales de su Corazón: amar, compadecerse, ayudar, defender, tener piedad. Le pide la construcción de un templo, pero no para exhibirse ella misma o pretender honores, sino para oír allí los lamentos de sus hijos y remediar todas su miserias, penas y dolores, para ejercer en estos santuarios, de forma no exclusiva, pero si especial, su misión de Madre en favor de todos los hombres.
Santuarios: Nuevos Cana
En la cuarta aparición la Virgen le abre a Juan Diego todo su Corazón de madre, y le habla con expresiones llenas de afecto maternal: “Oye y ten entendido, hijo mío el mas pequeño, que es nada lo que te asusta. No se turbe tu corazón. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy tu fuente de vida? ¿No estás, por ventura en mi regazo? Que nada te aflija”.
-Bajo su sombra: nos protege del sol o de la lluvia.
-Fuente de vida: ella es Madre en el orden de la gracia, que contribuye en nuestra vida sobrenatural. “vida, dulzura y esperanza nuestra”
-En su regazo: en la cavidad de su manto, guardados, abrigados, protegidos.
No está la historia de la Iglesia en Latinoamerica llena de la presencia Maternal de la Virgen. Todas las advocaciones que veneramos en nuestros países no son el fruto de una intervención de la Virgen en la vida de nuestros pueblos?.
América es el continente de María, el continente que ha conocido bien de cerca la maternidad espiritual de María. Nunca renunciemos a tan gran elección. ¿Continente de la Esperanza? Será por que en el centro de nuestra vida espiritual, de nuestra cultura, de nuestra Iglesia está la Santísima Virgen. Situada en el centro mismo de aquella “enemistad” de aquella lucha que acompaña la historia de la humanidad en la tierra y la historia misma de la salvación... En esta historia María, sigue siendo una señal de esperanza futura. (Carta Encíclica Redemptoris Mater # 11), porque tenemos una Madre.
Que la maternal intercesión de María, Madre del Redentor y del amor hermoso, sea la estrella que nos guíe con seguridad los pasos de los cristianos al encuentro del Señor” (Carta ApostólicaTertio Millennio Adveniente # 59)
Confiar en su intercesión
Debemos recurrir a ella e invocarla en toda necesidad espiritual y material, completamente seguros que seremos siempre acogidos, escuchados, y nos alcanzará gracia necesaria y en plena coherencia con la voluntad de su Hijo.
1. Sabe lo que necesitamos: por que nos ve en Dios. Desde la gloria vive para velar por sus hijos.
2. Puede concedernos su ayuda: nos logra con una plegaria que Dios de una orden.
3. Quiere ayudarnos: por que nos ama, por que es nuestra Madre.
Características de la Intercesión de María
El Magnificat: oración de alabanza, en la que su Corazón se desborda de afectos, en palabras de agradecimiento, en expresiones de jubilosa admiración por la grandeza divina y por las obras de Dios. En Caná en cambio, la Virgen hace oración de suplica. Es una intercesion de apenas 3 palabras: No tienen vino (San Juan 2,3 ). Sin embargo, en esa brevedad se nos revela una profundidad sobre las características de la súplica de la Virgen a su Hijo, que merece ser puesta de relieve:
1. Sencillez: exposición de la necesidad, pero con la simplicidad de un niño. Los niños mas que pedir, exponen, y no es necesario mas porque la compenetración es tan grande que los padres saben perfectamente todo lo que la frase del niño encierra, y es mas clara que un largo discurso.
Siendo la Virgen, la criatura perfecta, su oración es la mas perfecta de las oraciones, la mejor hecha, la que reúe todas la cualidades en su máxima profundidad. La sencillez revela los sentimientos mas íntimos.
2. La humildad: gramaticalmente hablando, la Virgen no hace una petición, sino que expone una necesidad. Es evidente que que se dirige a su Hijo queriendo que el remedie la necesidad que expone. La delicadeza con que se dirige a Jesús, su manera sencilla de insinuar la necesidad, nos muestra con claridad donde ella se coloca: es su Hijo pero es Dios, era Dios pero ella es su Madre.
Su humildad le permite dar el tono y el matiz preciso a su oración, dandole fuerza y al mismo tiempo, no pedir nada. Muestra su dependencia de Él. Solo el humilde percibe hasta que punto esta necesitado de Dios, y este reconocimiento de su nada y de su necesidad es a lo que Dios responde."Ha mirado la humillación de su esclava, desde ahora me llamarán bienaventurada”.
3. La fe en su Hijo: “Hagan lo que Él les diga” ( San Juan 2,5)
Era su Madre, lo había acunado en sus brazos, y con todo, se abstiene de indicarle lo que debe hacer. Expone la necesidad y deja todo lo demás a su juicio, segura de que la solución que dé al problema, es la mejor, la m'as indiciada, la que lo resuelve de manera mas conveniente. Deja al Señor el campo totalmente libre para que haga su propia voluntad, pero es que porque Ella estaba segura de que su voluntad era lo mas perfecto que podría hacerse y lo que de verdad resolvía el asunto. Confía en su sabiduría, en su superior conocimiento, en su visión más amplia y profunda de las cosas que abarca aspectos y circunstancias que Ella podía desconocer. Expone lo que ocurre y lo deja en sus manos.
Es esta clase de fe, la que compromete a Dios con mas fuerza que los argumentos mas astutos y contundentes. Cuando la Virgen le habló, su hora no había llegado todavía; después de hablarle con fe tanta fe, su hora llegó en seguida. La fe de María Santísima empapando aquella breve frase de tres palabras, alteró el tiempo e hizo apresurar la hora en que el Señor descubrió su divinidad con una manifestación extraordinaria que fortaleció y aumentó la fe de todos los discípulos.