EL PAPA Y SUS VIAJES
Algunos se quejan: ¿por
qué tantos viajes?
Para el cristiano, la respuesta debería ser evidente:
El mundo necesita escuchar la Palabra de Dios que es la esperanza de
la humanidad. Pero muchos no comprenden al Papa porque no comprenden
el Evangelio. El Papa es el Vicario de Cristo y le tratamos como
tratamos a Cristo.
"Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de
Dios,
a los que creen en su nombre"
(Juan 1,11-12)
Es
conmovedor ver al Papa que, a pesar de su edad y de su pobre condición
física, soporta agendas tan difíciles, condiciones extremas de clima,
graves peligros a su seguridad, todo para llevar la Palabra a todos
los pueblos, lenguas, culturas, religiones y mentalidades. Es
asombrosa la sabiduría y la caridad que para todos manifiesta. Que
pena algunos no ven. Solo se fijan en sus achaques físicos para crear
rumores sobre su futuro. Miran su debilidad externa pero no ven la
sabiduría de su mente ni el amor de su corazón.
Para
entender esta paradoja hay que referirse al Evangelio. A Jesús tampoco
lo comprendían. Los que El escogió como apóstoles también fallaron por
aferrarse a sus propias ideas sobre como debía ser el Mesías. Una de
las consecuencias del pecado es el endurecimiento del oído ante el
Señor. No escuchamos porque tenemos nuestra propia agenda.
Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos,
ni vuestros caminos son mis caminos - oráculo de
Yahveh (Isaías 55,8)
Para hacer
recto y claro sl camino, Jesús instituyó una cabeza visible que le
representara. Es Cristo quien, a través del Papa, nos proclama la
Verdad con voz profética y no como cada uno la quiera ajustar a su
gusto. Por eso, nuestra verdadera actitud hacia Cristo se manifiesta
en nuestra actitud hacia su vicario en la tierra. Aun en los peores
pontificados de la historia, a pesar de los malos ejemplos de algunos
Papas, ninguno jamás promulgó error alguno de doctrina o
moral.
Siempre
ha sido
verdad lo que dijo Jesús:
«Quien a vosotros os escucha, a mí me
escucha; y quien a
vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a
mí, rechaza al que me ha enviado.» Lucas 10,16
Hoy, que
tenemos un
Papa tan santo como lo es Juan Pablo II, no solo descubrimos en sus
enseñanzas las palabras de Jesús sino también en su heroico testimonio
de vida. En estos tiempos de crisis, Cristo ha querido hablarnos con
el ejemplo vivo su Vicario en la tierra.
¿Por que el Papa viaja tanto?
Viaja para cumplir el mandato de Jesús de ir a todos los pueblos, hasta los
confines de la tierra. La Palabra de Dios necesita una voz y la mas
ungida y poderosa es la del Papa. Se escucha hoy día con la debilidad
propia de un anciano pero en esa debilidad humana se manifiesta mas
que nunca el poder de Dios. Cuando ya San Pedro no contaba con sus
recursos humanos, se reunió con María y los otros a rezar, y Dios
derramó su Espíritu. Fue entonces que su proclamación de la Palabra
manifestó el poder de Dios y dio fruto.
Los que acogieron su Palabra fueron
bautizados. Aquel día se
les unieron unas 3.000 almas. -Hechos 2, 41
¡Se
convirtieron 3000 de una vez! ¡La Palabra tiene un poder especial del
Espíritu Santo cuando la proclama el Papa!
El Papa
viaja porque el Espíritu lo impulsa. Es el Papa de todos. Va como
padre, pastor, maestro y peregrino... va como Papa de la Iglesia
Católica, vicario de Cristo, a un mundo hambriento de Dios. Va porque
sabe que así millones escucharán la Palabra que da vida, única
esperanza de la humanidad. ¡Y así ocurre!
He estado
muchas veces entre la multitud que recibe al Papa en diversos países y
soy testigo del poderoso impacto de su presencia. Dios se vale de el
para llevar el evangelio con la fuerza del Espíritu. He visto la
eficacia de la Palabra en pequeños y grandes. El gozo y la claridad de
escuchar la verdad en esas grandes asambleas es una experiencia
liberadora. La presencia del Papa celebrando la Santa Misa con cientos
de miles de fieles (a veces han sido mas de un millón, sin contar los
millones que se unen en TV) es un evento poderoso de gracia que
manifiesta la gloria de Dios y fortalece la fe.
Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre,
allí
estoy yo en medio de ellos.
-Mateo 18,20
¿Se podrán
medir los frutos permanentes? ¿Donde estaría el mundo si no fuese por
este Papa polaco, el Papa de la Virgen? Solo Dios sabe. Pero es
evidente, para los que tienen ojos de fe, que en todas partes que el
visita se derrama la gracia y se abren puertas a la esperanza.
Me
preguntan: ¿Porque
tantos viajes papales? Debería quedarse a resolver los problemas de la
Iglesia.
Yo
respondo: ¿Acaso el Papa no ha enfrentado los problemas con extraordinario
valor?, ¿Acaso no han sido ilustres y precisas sus enseñanzas de buen
pastor en todos los aspectos tocan la doctrina y la moral? Quizás
quienes critican los viajes se olvidan que ni un Papa de la gigante
estatura de Juan Pablo II puede resolver los problemas de la Iglesia.
Cristo tampoco cambió los corazones cerrados de los fariseos.
El Papa no
ha querido quedarse en su oficina mientras el mundo se desmorona ante
el egoísmo y la muerte por falta de la Palabra. El va a buscar las
ovejas en el aprisco y lo hace con gran valentía y entrega, pues sabe
muy bien cual es su misión, aunque le costase la vida. Lo critican,
cosa normal en este mundo. En todo caso, estoy seguro que, de haberse
quedado en Roma, también le criticarían por ello.
Este no es
un Papa que se deje afectar por las críticas y las adversidades. Toda
su vida ha luchado valientemente por Cristo donde otros se hubieran
contentado con sobrevivir. Ha vivido pobreza, guerras, nazismo,
comunismo y siempre actuó como un valiente testigo de Cristo. Hoy,
como Papa, vive las luchas del mundo y de la Iglesia. Siempre ha
estado en el ojo de la tormenta, ha sido probado como oro en el crisol
y ha demostrado ser oro puro. Sí el Papa esta débil y su cuerpo muy cansado,
pero su corazón hoy es mas elocuente que nunca.
Por eso me complazco en mis flaquezas, en las
injurias, en las
necesidades, en las persecuciones y las angustias sufridas por
Cristo; pues, cuando estoy débil, entonces es cuando soy
fuerte. II Corintios 12,10
Quiero
decirle a nuestro querido Papa: "¡Gracias!. Cuenta con nosotros Juan Pablo II, te
amamos y nos comprometemos a seguir tus huellas, somos uno contigo y
así uno con Jesucristo"
-Padre
Jordi Rivero
Presento algunos testimonios, frutos de un solo día (23
mayo, 2002) de visita Papal, en que recorrió dos países: Bulgaria y
Azerbaiyán. Nos deben hacer pensar. Mientras muchos católicos no saben
apreciar el don del Papado, otros lo están descubriendo.
El Papa no
se olvida de nadie. Quiso visitar aquellos que tanto han sufrido por
el comunismo. Su presencia ha sido un testimonio de amor que ha movido
muchos corazones.
Eldar Guliev:
El director de cine más famoso y más apreciado en
Azerbaiyán. «Siempre deseé encontrarme con Juan Pablo II.
...Ha nacido y vivido en un país comunista, por
tanto entiende bien los problemas de Azerbaiyán...
Por aquí (Bakú) pasaba la Ruta de la
Seda, era un punto de encuentro entre Este y Oeste».
¿Y hoy? «Durante 25 horas, hemos vuelto a ser lo que éramos.
Gracias al pontífice».
Presidente de Bulgaria,
Georgi Parvanov (ex-comunista) «El
Papa favorecerá la unidad entre las Iglesias» "Apreciamos
mucho la figura de Juan Pablo II, su empeño en favor de la paz y su
papel en el proceso de unificación de Europa. Durante esta visita,
será rodeado del respeto y la estima no sólo de los diversos
representantes religiosos sino del todo el pueblo búlgaro"
"Considero muy significativo que el Papa llegue aquí durante la fiesta
nacional de los santos Cirilo y Metodio, proclamados patronos de
Europa por el mismo Juan Pablo II. Quiero recordar que Bulgaria no
sólo ha dado hospitalidad a estos dos grandes monjes sino que ha
sabido transformar su obra en una realidad política concreta, fuente
de divulgación del cristianismo en el mundo eslavo. Es una herencia
que todavía hoy nos llena de gran orgullo.
Bulgaria
SOFÍA, 23 mayo 2002 (ZENIT.org).-
...Allí le esperaban todos los más elevados
representantes políticos y religiosos del país, en particular -- y
esta fue una de las sorpresas más comentadas--, el anciano patriarca
ortodoxo Maxim, que en el pasado no había sido favorable a la visita
pontificia.
El joven presidente Georgi Parvanov, ex comunista y líder socialista
(esto ya no es una sorpresa hoy día), fue el encargado de dar la
bienvenida al pontífice, en nombre de los casi ocho millones de
habitantes del país, para reconocer en un espontáneo discurso la
importancia histórica de la visita pontificia para la unidad europea.
Entre los presentes, cabe destacar la presencia del ex rey Simeón
Simeón Saxo-Coburgo Gotha, actual primer ministro, así como
representantes de la comunidades protestante, islámica y judía de este
país, en el que los católicos son 80 mil, 30 mil de rito oriental.
La otra gran sorpresa la ofreció el Papa. Conmovido por las
nostálgicas melodías folclóricas que en varios momentos dominaban el
ambiente y por el calor de las cinco mil personas presentes en la
plaza --en buena parte jóvenes--, improvisó algunas palabras de
agradecimiento.
Tocó las cuerdas de la nostalgia búlgara con palabras que sólo los
ciudadanos de ese país podían entender: «A todos os digo que en
ninguna circunstancia he dejado de amar al pueblo búlgaro».
Eran una velada referencia al atentado del 13 de mayo de 1981 en la
plaza de San Pedro del Vaticano, que según algunas fuentes fue
organizado con la colaboración de los servicios secretos de la
Bulgaria comunista.
«La pista búlgara ha sido olvidada desde hace tiempo, y aunque hubiera
existido, ha sido perdonada», declaró recientemente al diario búlgaro
«Troud» monseñor Pedro López Quintana, responsable de los Asuntos
generales de la Secretaría de Estado del Vaticano.
El reconocimiento de la riqueza espiritual de este país, que a pesar
de la persecución comunista es en su 85,7 % ortodoxo, fue otro de los
temas que tocó el pontífice en su discurso y que conquistaron a los
presentes. (La visita no ha concluido: Este
viernes, el Papa, tras encontrarse con el Santo Sínodo Ortodoxo, se
reunirá con unos 4.500 intelectuales y miembros de la sociedad civil,
a quienes se debe en buena parte el que el obispo de Roma haya podido
venir a estas tierras ortodoxas. También
ese día se celebra la fiesta de los santos Cirilo y Metodio,
y el Papa ofrecerá un
homenaje floreal en la plaza de la catedral ortodoxa de San Alexander
Nevski de Sofía, y visitará después en su sede
al patriarca Maxim y al Santo Sínodo de la Iglesia ortodoxa búlgara).
El discurso papal, recibió muchos aplausos
cuando afrontó el tema político más sentido en el país: «Expreso el
deseo de que el esfuerzo de renovación social emprendido con valentía
por Bulgaria encuentre la acogida inteligente y el apoyo generoso de
la Unión Europea».
El papa en Bulgaria rindió el tributo «de toda
la Iglesia universal a cuantos supieron mantenerse fieles a los
compromisos derivados del bautismo»:
«Vosotros, queridos hermanos y hermanas --añadió--, habéis visto
vuestra religión ridiculizada como fácil superstición, presentada como
un intento de huir de las responsabilidades del compromiso en la
historia. Por este motivo, habéis sido considerados como ciudadanos de
segunda clase y habéis sido humillados y marginados de muchas
maneras».
El
mismo día el Papa, viejo y cansado, sí, pero
lleno de fuerza en el Espíritu Santo, visita Azerbaiyán.
Dios nos da otra lección sobre la importancia de las visitas de
nuestro Santo Padre:
"Tras la
visita del Papa, los católicos tendrán una iglesia en Bakú"
BAKÚ, 23 mayo 2002 (ZENIT.org).- El fruto más evidente de la visita de
Juan Pablo II a que concluyó este jueves, será una iglesia para
los menos de doscientos católicos del país.
La iglesia católica de Bakú fue destruida por Stalin en los años
treinta del siglo XX. Ahora, el presidente ex comunista Heider Aliev,
al concluir la visita, donó al Santo Padre un terreno en el centro de
Bakú para la construcción de una iglesia católica.
El padre salesiano Vladimir Feteke, uno de los organizadores del viaje
del Papa, ha declarado a la agencia misionera Fides: «Juan Pablo II ha
dado una inmensa alegría a la pequeña comunidad católica. Durante la
Santa Misa celebrada por el Papa, hemos improvisado la bendición de la
primera piedra de la nueva iglesia. Estamos encantados: tendremos la
primera nueva iglesia de Azerbaiyán».
«Es un milagro --dice el padre Vladimir--. ¡Un auténtico milagro!
Setenta años de vacío moral y espiritual dejado por el comunismo no
han apagado la sed de Dios. Por eso, toda la población de Azerbaiyán
ha seguido con gran interés la visita del Papa».
Sí. Es un
milagro. Y le pido a Dios otro milagro: que seamos capaces de alabar a
Dios por sus milagros y darle gracias por su providencia al darnos a
Juan Pablo II.
Padre
Jordi Rivero