EL SACO DE PLUMAS
Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo
por
la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a
ese
amigo, y visitó a un hombre sabio a quien le dijo:
"Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo
hacerlo?", a
lo que el hombre respondió: "Toma una bolsa
llena de plumas de ave y
suéltalas
por donde vayas".
El hombre al cabo de un día las había soltado todas.
Volvió donde el sabio y le dijo:
"Ya he terminado", a lo que el sabio contestó:
"Esa es la parte más fácil. Ahora debes volver a llenar
la bolsa con las mismas plumas
que soltaste. Sal a la calle y búscalas".
El hombre se sintió muy triste, pues sabía que eso era
imposible.
El sabio le dijo: "Así como no pudiste juntar
de nuevo las plumas que volaron con el
viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya
está hecho.
Se humilde y reconoce el daño pidiendo perdón a
tu amigo, y jamás vuelvas a repetirlo".
autor anónimo.
El daño del pecado está hecho
Acudamos a Jesús que ha pagado el precio de nuestro perdón:
En él (Jesús) tenemos por medio de su sangre la redención
el perdón de los delitos, según la riqueza de su gracia -Efesios
1,7
Extendamos el mismo perdón a otros:
Sed más bien buenos
entre vosotros, entrañables, perdonándoos
mutuamente como os perdonó Dios en Cristo. -Efesios
4,32
Soportándoos unos a otros y perdonándoos
mutuamente, si alguno
tiene queja contra otro. Como el Señor os perdonó, perdonaos
también vosotros. -Colosenses 3,13