Horóscopos

Ver también: ASTROLOGÍA

Horóscopo en el Diccionario de la Lengua Española:
1. Predicción del futuro de personas, países, etc., realizada por los astrólogos y deducida de la posición relativa de los astros del sistema solar y de los signos del Zodíaco en un momento dado.
2. Supuesta adivinación de la suerte de las personas en un futuro más o menos próximo según el signo del Zodíaco correspondiente a la fecha en que han nacido.
3. Escrito en que consta tal adivinación.
4. Gráfico que representa las doce casas celestes y la posición relativa de los astros del sistema solar y de los signos del Zodíaco en un momento dado, y del cual se sirven los astrólogos para realizar una predicción.
5. Disposición o colocación de los astros en la figura o división de los signos del Zodíaco.
6. Astral. Ascendente, principio de la casa celeste.
7. Por ext., cualquier adivinación o predicción.

El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que la consulta a los horóscopos es una forma de adivinación, condenada por el Primer Mandamiento.

Los cristianos tenemos un signo: La santa cruz. Una vez hemos entregado la vida al Señor no podemos seguir confiando en el signo zodíaco sin ofender a Dios.   Pero, ¿qué de malo tiene leerlo por curiosidad?.  Si lo leemos es porque hay algún interés.  Sería tonto quien lee algo sabiendo que es puro engaño.   Además de dar un mal testimonio, nos roba un tiempo que se le quita a otras cosas de valor, como la oración. ¿Cómo vamos a darle nuestro interés a una práctica que suplanta con mentiras a la Providencia Divina?


LA ORACIÓN, Y NO LOS HORÓSCOPOS, PARA PLANIFICAR LA VIDA DIARIA
Papa Juan Pablo II, Castelgandolfo, 6 de septiembre de 1998.

«A todos quiero recordar un principio fundamental de la fe: antes y por encima de nuestros programas, hay un misterio de amor, que nos envuelve y nos guía: es el misterio del amor de Dios... Si queremos plantearnos bien la vida, tenemos que aprender a descifrar su designio, leyendo el misterioso lenguaje de señales que él mismo nos pone en nuestra historia cotidiana. Para alcanzar este objetivo no hacen falta horóscopos ni previsiones mágicas. Hace falta más bien oración, una oración auténtica, que va acompañada siempre por una opción de vida conforme con la ley de Dios».

El Papa habló del Espíritu Santo, que es Espíritu de "Consejo" y "Sabiduría". «Nadie mejor que él conoce nuestro futuro y es capaz de orientar nuestros pasos hacia la justa dirección»

Juan Pablo II explicó que "para programar bien se precisan, además, criterios. Algunos los dicta la realidad misma: son criterios de necesidad, de oportunidad, de eficiencia. Pero tengamos cuidado de no reducir todo a cuestiones materiales. No nos limitemos a la tecnología y a la burocracia. Si queremos hacer proyectos verdaderamente humanos, debemos poner en ellos los grandes valores morales y espirituales".

El Papa recordó que debemos planear pensando en los demás, «considerándolos siempre como personas y nunca como números o cosas». «En una palabra al organizar nuestra vida (personal y comunitaria), no la inspiremos en el egoísmo, sino en el amor. Abrámonos a los hermanos, especialmente a quienes por su condición, se ven obligados a esperar mucho o todo de los demás --pienso en los niños, en los enfermos, en los ancianos, en los desempleados--. Que de este modo, nuestra programación sea también un gesto de solidaridad».


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