Espiritismo

Práctica oculta por la que se evoca o trata con espíritus. La creencia de que los hombres tienen la facultad de establecer contacto directo con los espíritus. Es una forma de adivinación.

En la antigüedad, los persas, griegos y latinos rendían culto a las almas de los muertos para buscar su ayuda o aplacarlos.

El espiritismo es muy diferente a la loable práctica cristiana de orar por los difuntos, la cual se fundamenta en la doctrina que los que mueren en gracia están siendo purificados en el purgatorio (en ese caso rezamos a Dios por ellos) o están ya en el cielo (entonces pueden interceder por nosotros ante el trono de Dios, pero es Dios quien actúa con su poder infinito. Los santos jamás actúan por su cuenta y nosotros en la tierra no buscamos de ellos sino que intercedan ante Dios para que se haga Su divina voluntad. Dios ha querido esta comunión de la Iglesia militante, purgante y triunfante)

El espiritismo moderno está influenciado por Allan Kardec quien seguía el "nuevo evangelio" (evangelio del espiritismo) y fue acogido con entusiasmo por la masonería francesa. 

En 1917, el Santo Oficio emitió una condena absoluta contra la evocación de espíritus, contra el hipnotismo y toda clase de manifestaciones espiritistas.

El Catecismo lo identifica como un pecado contra el Primer Mandamiento. Bajo el encabezamiento "adivinación y magia" el catecismo enseña:

El espiritismo implica con frecuencia prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia advierte a los fieles que se guarden de él. El recurso a las medicinas llamadas tradicionales no legitima ni la invocación de las potencias malignas, ni la explotación de la credulidad del prójimo. -Catecismo, #2117

Para mayor explicación, Ver: ADIVINACIÓN


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